No es un secreto que desde 2019 en adelante algunas oficinas de abogados ubicadas en la capital, específicamente en el centro de Santiago, han migrado a otras comunas. No todas. Hay algunas que se resisten a partir. Una de ellas es la de la ex fiscal del Ministerio Público Marisa Navarrete Novoa, ubicada en calle Huérfanos, a metros del Palacio de los Tribunales de Justicia.
Ex persecutora y ex jefa de la Oficina de Litigación Penal del Servicio de Impuestos (SII), fue la abogada quien denunció el fraude al FUT al entonces fiscal Carlos Gajardo, tras no ser tomada en cuenta por su jefatura, hecho que devino en el caso Penta. A raíz de esta situación, en el libro de la periodista María Olivia Mönckeberg, “La máquina para defraudar”, se la describe como la “insistente Marisa”.
“Volví a insistir varias veces para que hicieran la denuncia, (…) y finalmente nunca denunciaron, lo que me motivó, por cierto, al saltarme el conducto regular y hacer esta denuncia casi secreta ante quien era fiscal en aquel tiempo, Carlos Gajardo”, recuerda, en conversación con Radio Bío Bío. Vive en la zona Occidente, misma jurisdicción a la que postula al cargo de fiscal regional, un dato que no es menor a la hora de comprender lo que se está viendo en las calles.
Durante esta jornada, la abogada y los restantes postulantes expondrán ante las Cortes de Apelaciones de Santiago y San Miguel, quienes elaborarán la terna desde donde el fiscal nacional, Ángel Valencia, deberá elegir al sucesor de José Luis Pérez Calaf, quien finaliza su periodo de ocho años el próximo 22 de enero de 2024. Navarrete, además, es pareja del fiscal regional de O’Higgins, Emiliano Arias.
– Fue fiscal adjunto, con especialidad en Delitos Económicos, en la zona Occidente, ¿por qué volver?
Mi desarrollo como fiscal durante casi 10 años fue bastante motivador, fue algo que me gustó hacer y salí de ahí por otra motivación que también me gustó, que era ser jefa de Litigación Penal del Servicio de Impuestos Internos. (…) Y la decisión de postular a la fiscalía Occidente tiene que ver con dos cosas: primero, porque la fiscalía Occidente la conozco, fui fiscal casi la mayor parte del tiempo en San Bernardo, dependiente de la fiscalía Occidente, por lo tanto puedo decir que la conozco bastante bien, y además vivo en la región y por lo tanto también tengo una sensibilidad especial con que la persecución penal pueda mejorarse. Vemos que hoy día los crímenes y los delitos se han sofisticado, el Ministerio Público es una institución que necesita mejoras. El actual fiscal nacional ya ha hecho un camino en eso que hay que reconocerle, verdad, y cuando uno tiene alguna preparación, alguna experiencia en esto obviamente quiere hacer esta contribución, y en ese contexto es que se enmarca esta postulación.
– En la zona Occidente se han detectado casos de corrupción de funcionarios públicos, como el denominado caso “basura”. ¿Cómo evalúa el rol del Ministerio Público al respecto, persiguiendo este tipo de criminalidad?
Hace años atrás me correspondió investigar un delito económico, tendría la calificación hoy día de delito económico, porque tenía que ver con un alimento defectuoso que fue elaborado por una empresa, un laboratorio, y que causó la muerte de varias personas. Y allí fue, diría, como la primera causa donde nos encontramos con este fenómeno, porque era un monstruo. La carpeta de investigación era toda una oficina completa. Mucha información que no estábamos preparado para poder manejar. Un fiscal, imagínate, no tenía ni siquiera abogado asistente porque los abogados asistentes estaban para las otras causas. (…) Entonces, eso obviamente ha tenido un avance, pero claramente nos encontramos, o nos encontrábamos en aquella oportunidad, y creo que los fiscales hoy día, la mayoría de los fiscales, se encuentran en la misma posición de desventaja frente imputados empresas o imputados que tienen grandes asesorías de abogados.
– ¿En qué sentido?
No vamos a mencionar a aquellos que utilizan la corrupción como ya lo hemos visto, sino simplemente estoy hablando que tienen los recursos para pagar grandes defensas, grandes equipos de trabajo, entonces ante eso, por cierto, que el Ministerio Público no se encuentra todavía preparado, y esa es una debilidad que muchas veces utilizan las personas imputadas por delitos económicos para lograr, o simplemente no ser condenado, obtener condenas más bajas porque saben que la fiscalía no tiene la capacidad muchas veces de ir a juicio largo, de analizar información. Por lo tanto, yo creo que una de las cosas que debiéramos hacer como fiscalía, en el caso de que fuera yo, digamos, elegida, es potenciar la investigación de estos delitos.
– ¿Cuáles?
Me refiero a delitos que tienen que ver con delitos económicos en que están involucradas empresas, pero también los delitos de corrupción, porque la corrupción es el arma con la que operan no solamente delincuentes del narcotráfico, sino que también delincuentes económicos, porque de la única forma que ellos pueden mantener una operatoria determinada, una máquina, una máquina para defraudar, como lo decía Carlos Gajardo, que fue el que dijo esa frase.
– ¿Cuál es su diagnóstico en torno a la criminalidad que hoy vemos en las calles del país, incluida la zona donde busca ser fiscal regional?
Los delitos, en general, por ejemplo mencioné que fui fiscal en San Bernardo, y es una zona con mucha criminalidad, igual toda la zona sur de Santiago, y allí la diferencia, y te pongo un ejemplo: creo haber tenido casi un récord cuando fui fiscal de turno, en mi turno de 24 horas, tuve cuatro homicidios distintos. (…) La característica de esos homicidios es que eran todos con imputado conocido. (…) Hoy día suceden, probablemente, esos mismos cuatro pero sin imputado conocido, y eso qué te demuestra, demuestra que esos homicidios son homicidios que provienen del crimen organizado, porque el crimen organizado. (…) Entonces, nos encontramos en un fenómeno que es distinto, no estábamos acostumbrados a este tipo de delitos, lo que evidentemente nos lleva, y nos exige, a trabajar, no solamente coordinadamente entre los fiscales, sino con las policías.
– ¿En qué sentido?
Las policías también tienen que perfeccionarse para hacer estas investigaciones exitosas, entonces, ¿qué es lo que se necesita para ello? Por cierto, mayor coordinación, como he dicho, pero también mayor capacitación, y algo, que tal vez, no se ha dicho, pero que también es evidente, es que también se requiere más seguridad para los fiscales.
– ¿Cree que es un problema la flagrancia? Es decir, investigaciones que se quedan en capas más superficiales.
Salvo excepciones, salvo fiscales determinados que tienen una motivación personal de investigación llegan más allá, pero la mayoría de las investigaciones quedan en la flagrancia. Por eso que el sistema, porque tampoco le puedes exigir a un fiscal que tiene 600 causas, 500 causas, que investiga más allá de lo que tiene en el día a día, te das cuenta, entonces por eso que el apoyo, y la organización de la fiscalía, debe estar estructurada de manera tal de ser eficiente, utilizando herramientas que bajen la carga de trabajo de delitos que son, a lo mejor, de menor complejidad, no menos importante, pero de menor complejidad.
– Delitos, ¿como cuáles?
Supongamos que hoy día tenemos en la fiscalía una gran cantidad de amenazas, de hurto, manejo en estado de ebriedad, son todos delitos de baja complejidad, entonces esa investigación de esos delitos debe estar estandarizada y optimizada de tal manera de que los fiscales se dedique a lo que es realmente relevante, que es la investigación de delitos, porque hoy día no solamente el crimen organizado es lo que está afectando a las personas. Hoy día, el día a día, le afectan los robos, el que anda por la calle y le roban, entran a sus casas y les roban una y otra vez, y qué pasa, la mayoría de esas causas se archivan, y va ocasionando un sistema muy nocivo porque la gente al tercer robo no denuncia, por qué, porque no cree en el sistema.
– ¿Cómo se soluciona esto?
Me archivaron la causa uno, me archivaron la causa dos, entonces la tercera para qué voy a estar perdiendo el tiempo si no van a hacer nada, te das cuenta. Entonces, todo esto es un círculo vicioso, si la fiscalía mejora sus niveles de investigación, si esa víctima es considerada, por un solo fiscal, de todas las veces que ha sido robada y no diez fiscales, por cierto que va a tener un resultado distinto que si lo conocieran distintos fiscales, porque va a ver el fenómeno completo. Al menos, la víctima va a ver que hay un fiscal viendo todas sus causas, y eso, algo tan simple como eso, para una persona que ha sido víctima de delito es muy relevante, porque la están escuchando, al menos, de lo que le ha sucedido.
– Narcotráfico. ¿Cómo atacamos el narcotráfico?
Lo trataríamos de la misma forma que hemos estado conversando. El narcotráfico es igualmente, como te señalaba, una empresa, un negocio, entonces no nos podemos quedar en la flagrancia, no nos podemos quedar en aquellos que están detenidos y punto. Tenemos que ir más allá, tenemos que ir por los bienes. Es muy importante ir por los bienes, porque en definitiva, es un negocio que tiene un lucro, que tiene un resultado económico, que tiene bienes detrás, entonces ese esfuerzo es, a mí parecer, no ha llegado… correctamente para perseguir los bienes de los traficantes. Si tú les quitas los bienes, les quitas el negocio, no tienen ya sustento.
– ¿Qué medidas propone como candidata a fiscal regional Occidente respecto a la criminalidad que vemos, a los delitos? ¿Dónde cree que hay que apuntar?
Creo que hay que hacer una gestión de persecución penal más eficiente. O sea, sin duda que eso es lo que hoy día la ciudadanía está exigiendo, que los fiscales investiguen, que los fiscales lleguen a puerto con las investigaciones de personas que están imputadas de delito. Entonces, para eso los esfuerzos que se van a hacer tienen que ser relacionados con mejorar la gestión de la fiscalía Occidente.
– ¿Cómo piensa hacerlo?
Somos la región que tenemos más cantidad de habitantes, a nivel regional, y la que tiene menos cantidad de funcionario, eso es como un contrasentido, pero bueno, eso nos corresponde a nosotros aumentar el número de funcionarios, pero sí hacer gestión eficiente, y eso significa emplear herramientas, por ejemplo, de inteligencia artificial para casos que son masivos, por así llamarlo, que, como dije, también no son que sean menos relevantes, sino que al ser de menos complejidad pueden tramitarse de una manera más eficiente. (…) Sacar mucha de las investigaciones que hoy día agotan a funcionarios y fiscales, a través de este medio, y dejarlos para que puedan investigar, reduciendo, entonces, los niveles de investigaciones que no tienen ningún resultado, es decir, llamémoslo archivo provisional, decisiones de no perseverar, que son los términos que la ciudadanía ve con mayor sentido de impunidad.
– ¿Cree que hay una desconexión entre la ciudadanía con la fiscalía?
Sí, por cierto. A ver, una de las cosas que trajo el nuevo sistema procesal penal y que dejó atrás fue el secretismo, esta cosa del secreto del sumario y que nadie hablaba. Como principio fundamental, y de todo organismo, fue la transparencia, por eso que las audiencias son públicas, la mayoría de ellas, para qué, para que la gente pueda evaluar. El principal control es, precisamente, la comunidad de la labor que hacen jueces y fiscales, porque ellos pueden asistir a una audiencia y ver qué es lo que está pasando, a cuántas personas piden prisión preventiva, a cuántas dejan libre, cuáles son los antecedentes, eso es un principio fundamental. Entonces, hubo un retroceso, sí, porque la fiscalía en algún minuto oscuro… lo asumo personalmente, y no tengo ningún problema en decirlo, cuando estuvo Abbott fue una fiscalía que retrocedió mucho, por qué, porque hubo todo este cuestionamiento, además, de la fiscalía en el involucramiento de las platas políticas. Entonces, la ciudadanía, que ya estaba desmotivada por las otras instituciones, vio que la fiscalía también fue parte de esta sensación de impunidad.
– De sus tiempos como fiscal, ¿cómo se definiría?
Era súper persecutora. Muy persecutora. Y eso lo conocían todas las personas que me conocían, pero también era una persona que era objetiva, y eso se reflejaba en que los defensores también tenían ese mismo concepto mío. (…) También creo que me definiría como una persona preparada. Siempre a todo juicio, aunque fuera el más pequeño, siempre iba muy preparada, por eso es que uno tiene que estudiar y siempre estar estudiando porque las leyes se van modificando, y eso hace la diferencia en la discusión del día a día, a una persona que ve estos como un mero trámite o realmente se pone la camiseta por lo que está llevando ante un tribunal. Y creo que eso lo saben los jueces.
– Ante la crisis de seguridad, ¿cuál es el rol que debe jugar el Ministerio Público?
En esto el Ministerio Público debe ser un ente colaborador de todo los otros organismos encargados de la prevención del delito, porque el Ministerio Público no está, teóricamente, encargado de prevenir el delito, para eso, cierto, son otras las instituciones, el gobierno, Carabineros, pero es una mirada muy pequeña, porque sí el Ministerio Público también contribuye a la prevención del delito con una investigación y una sanción adecuada de los mismos. Obvio. Cuando sanciono a un delincuente estoy previniendo que ese mismo delincuente cometa otro delito, y también estoy previniendo que otros vean cuando esta persona cayó presa por un delito grave, entonces se abstenga de hacerlo. Por lo tanto, evidentemente, esa es la orientación que debería tener la fiscalía el día de hoy.