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Senador Cruz-Coke apunta a la administración Boric: "Se dieron cuenta que otra cosa es con guitarra"

Sábado 18 junio de 2022 | 07:00

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Edición: Camilo Suazo

Crítico con el trabajo de la convención se muestra el senador Luciano Cruz-Coke, quien manifiesta sus reparos con lo desarrollado por el órgano constitucional en los últimos meses. A su vez, el parlamentario de Evópoli enfatiza en lo importante que el poder no solamente se divida sino que también se comparta entre distintas instituciones. Y sobre las encuestas lanza: "Si esto fuera un concurso de popularidad seguiría haciendo teleseries".

“Me asusta la falta de garantías respecto de asuntos que para la ciudadanía fueron relevantes precisamente a partir del acuerdo del 15 de noviembre”, plantea el exministro de las Culturas, Luciano Cruz-Coke en conversación con BioBioChile.

Al mismo tiempo, el senador valora la propuesta emanada desde la DC para rebajar el quórum de 2/3 a 4/7 para hacer cambios a la Constitución. “Me parece un proyecto pertinente porque yo siempre he sido partidario de los quórum no fueran tan altos”, dice.

Por su parte, manifiesta sus evidentes reparos con la actual administración de Gabriel Boric, asegurando que las señales que da el gobierno son tremendamente equivocadas.

“Todos los proyectos importantes de saqueos, barricadas, de aumentos de penas para quienes atenten contra carabineros, incluso contra bomberos, fueron votados consistente y permanentemente en contra por los ministros Jackson, Vallejo y el actual presidente Boric, mientras estábamos en el congreso”, lanza.

El senador además aborda los resultados en la encuesta CEP, la cual arrojó que Cruz-Coke es el político más desaprobado con un 58%. Sobre esto, menciona: “Habrá elementos que hay que trabajar pero yo no creo que la política sea un concurso de popularidad”.

“Maximalista”

-El Partido Republicano ingresó una acusación constitucional contra la ministra Izkia Sickes porque “infringió la Constitución y las leyes y dejó éstas sin ejecución”. ¿Coincide con este planteamiento?

Como en este caso juego un rol de juez de una acusación constitucional, porque cuando el caso pasa al Senado es el rol que nos corresponde a los senadores, no puedo pronunciarme porque sería inhabilitarme, entonces lamentablemente es un tema sobre el cual yo no puedo dar una opinión pública.

Si esto llega a pasar al Senado, voy a tener que emitir una opinión política sobre esto, y por ende estoy inhibido de dar ninguna opinión previa.

-El pasado martes la convención ratificó el fin del Senado para marzo de 2026, fijando en su reemplazo la denominada cámara de las regiones. ¿Cómo toma esto? Usted asumió en 2022, por lo que solo podría cumplir con la mitad de su mandato.

Creo que funciona en la misma lógica refundacional a la lista que pretende hacer refundar al país de cero, y que es la que ha funcionado en la convención. Piense usted que no solamente se elimina el Senado, sino que se elimina también el Poder Judicial, se elimina el recurso de protección, se eliminan instituciones que tienen 200 años, etc.

Cualquier cosa que uno finalmente diga termina pareciendo una defensa corporativa, efectivamente todos los senadores que fuimos electos obedecemos a un mandato del soberano que votó con una cantidad mayor de votos de los que tuvo la propia convención.

Más que el problema del Senado, a mí me asusta este maximalismo, me asusta también la falta de garantías respecto de asuntos que para la ciudadanía fueron relevantes precisamente a partir del acuerdo del 15 de noviembre.

-¿En qué sentido esto le preocupa?

Me preocupa en el sentido de que, por ejemplo, no se dan garantías de que se va a mantener la provisión mixta en salud, que toda la cotización va a ir a un sistema de salud estatal, cuando hoy día las personas pueden elegir pero lo cual va a encarecer horriblemente al sistema y va a ocultar un sistema que ya funciona con muchas precariedades como el sistema de salud.

En el caso de la previsión no se aseguran los ahorros personales en las cuentas individuales de las personas y se establece un sistema estatal. En el sistema político se establece una cámara única muy fuerte, degradando la función que tenía antiguamente el Senado, transformándolo en una cámara de las regiones sin mucho poder y sin mucha iniciativa y sin capacidad de veto respecto a lo que diga la cámara de los diputados y diputadas.

También, aquel que se haga del Ejecutivo y a la vez de la cámara de diputados y diputadas, finalmente va a concentrar el poder, por tanto todo aquello que es finalmente una ganancia civilizatoria en lo que denominamos democracia liberal que es precisamente el sistema de peso y contrapeso, de equilibrio entre los poderes, se pierde. Y esto parte de una premisa, a mi juicio, muy equivocada, y es que la izquierda piensa que va a estar eternamente en el poder y no se da cuenta que precisamente las constituciones se hacen también con estos mecanismos de equilibrio, peso y contrapeso para defender a las minorías del poder que pueda tener el día de mañana un autócrata, un dictador o aquella persona que se pueda hacer de todo el poder.

Por eso que es importante que el poder no solamente se divida sino que también se comparta entre distintas instituciones, y en este caso lo que vemos es que se concentra y, particularmente, se robustece el aparato estatal dándole muy poco espacio a la sociedad civil para poder actuar. Por ende, cuando yo veo una constitución maximalista, que se aleja de los principios del liberalismo y adicionalmente agrega sistemas de justicia distintos para chilenos distintos, que es el problema que proponen los sistemas de justicia, y un sistema administrativo en el cual hay autonomías indígenas, en donde hay autonomías comunales y regionales, estamos ante un problema de ingobernabilidad administrativa.

Lo que necesita precisamente el país, creo yo, es tratar de alcanzar mayorías que puedan llegar a acuerdos, alcanzar ciertos equilibrios financieros hacia el futuro de manera tal de poder proyectar el país hacia adelante porque los países no crecen por la promulgación de constituciones, sino que los países crecen con medidas responsables, de ahorro, de inversión, que fue lo que le permitió a Chile dar un salto en los últimos 30 años bajo cualquier estándar que se mire, con sus ripios evidentemente.

Pero me parece que el sistema propuesto es una especie de collage de cosas que no tienen unas que ver con la otra, que no tiene un diseño sistémico y creo que van a llevar al país a una gobernabilidad difícil y por ende también a un empobrecimiento de las condiciones para desarrollarse y salir adelante.

Sobre un eventual triunfo del rechazo

-Desde RN se anunció un proyecto de ley con un mecanismo para redactar una nueva constitución en caso de que triunfe el rechazo. La presidenta de Evópoli, Luz Poblete, dijo que si gana el rechazo “este proceso no puede terminar el 4 de septiembre”. ¿Cuál es su posición en el caso de que gane esta opción?

Yo creo que hay dos elementos que son bien importantes de señalar. Primero, nosotros tenemos una constitución actual, que es la de 2005 de Ricardo Lagos, que cumplió un ciclo político. Cuando tú tienes que se vota con un 78% de la población en contra de la Constitución para cambiarla por otra, tú tienes un problema de legitimidad política, ya sea porque la legitimidad de origen de la Constitución de 1980, que fue modificada después, se hizo en dictadura, o ya sea porque consideras que puede arribar a un texto constitucional de mejor calidad. Es decir, como primer elemento tenemos una Constitución que funciona jurídicamente pero que no tiene legitimidad política.

Por otra parte, tienes un muy mal texto y con muchos ripios, dicho incluso por aquellos que apoyan la opción de aprobar el texto de la convención, que de todas maneras habrá que reformarlo porque es universalmente señalado como un texto deficitario, un mal texto. Entonces estás en una suerte de zapato chino, por ende, nosotros a lo que apostamos precisamente es a generar un nuevo texto constitucional pero no este texto, porque el que está proponiendo la Convención Constitucional es un texto deficitario. Y ahí se te abre otra arista del problema porque tú tienes dos alternativas: puedes aprobar para reformar o puedes rechazar para generar una nueva Constitución.

Lo que sucede en la primera parte es que para aprobar para reformar, tú vas a necesitar 2/3 de ambas cámaras, asunto que es muy difícil de lograr ya que es el quórum más alto que existe, para que no haya plebiscito, y sino de ahí para abajo, de 4/7 o lo que sea, tú vas a necesitar un referéndum. Yo integré durante cuatro años la Comisión de Constitución y el próximo año voy a estar en la Comisión de Constitución del Senado, y nosotros hacemos muchas reformas constitucionales al año.

Si es que cada vez que hay que reformar un elemento importante de la Constitución nos vamos a ir a un plebiscito, nos vamos a pasar en plebiscitos. Es muy difícil transformar nuestra democracia en una democracia plebiscitaria, por tanto, la idea de aprobar para reformar es imposible porque a esta Constitución lamentablemente la izquierda más radical le puso un candado enorme que son los 4/7 más plebiscito.

Y en la otra opción, en rechazar para generar un nuevo proyecto constitucional, tú tienes que hoy día nuestra Constitución tiene quórums altos para reformar. Por eso hay un proyecto de Matías Walker y Ximena Rincón para bajar los quórums y permitir que aquellos aspectos relevantes para generar una nueva Constitución, o para modificar la nueva Constitución, yo soy partidario de una nueva Constitución bien hecha, van a permitir más flexibilidad para hacerlo. La pelea entre aprobar para reformar o rechazar para generar una nueva Constitución va a ser cuál de los dos textos es más flexible para ser reformado. Esa será la pregunta que la ciudadanía se va a hacer.

-¿Cree que de alguna manera le pudo haber afectado a la credibilidad o imagen de Evópoli al ir por el rechazo?

Efectivamente había dos posiciones, una que creía en la buena fe de una izquierda dura y radical que nosotros conocimos muy bien en la legislatura que está en el Congreso, y habían otros quienes éramos muy escépticos de aquello. Quienes fuimos escépticos señalamos que había que rechazar para buscar mecanismos de generar una buena Constitución porque esta convención iba a ser el reflejo de esa izquierda infantilista, revolucionaria, reaccionaria, octubrista que vimos también reflejada en el Congreso en la legislatura anterior. Por ende, había que tomar una de estas dos opciones. Al final hay que ver cómo devinieron los hechos y en qué termino este proceso constitucional, en el que incluso si llegara a ganar el apruebo, no se va a transformar bajo ningún punto de vista en la casa de todos.

Debate sobre quórum

-¿Le sorprendió esta propuesta de la DC de rebajar el quórum de 2/3 a 4/7 para hacer cambios a la actual constitución?

Me parece que es un proyecto pertinente porque yo siempre he sido partidario de los quórum no fueran tan altos. Efectivamente, si alguna vez algún sector político, y ojo que operó tanto para Gobierno como para oposición porque si Sebastián Piñera hubiese propuesto bajar los quórum se lo hubiesen rechazado totalmente, se sintieron alguna vez protegidos por los quórum, hoy día estamos en una lógica en la cual cada sector tiene que salir a defender ciertos valores y principios que son muy legítimos, y los ponen dentro del juego democrático y decide la ciudadanía.

Evidentemente hay ciertos elementos de la democracia que requieren de una protección mayor pero no requieren de una protección de 2/3. Requieren tal vez de una protección de 4/7 que implica más que la mitad pero es algo que finalmente nos termine poniendo en asuntos esenciales, es decir, los derechos fundamentales, los derechos políticos, los derechos sociales y la protección de ciertos derechos económicos, evidentemente que no pueden ser transformados por mayoría simple.

Pero también deben tener capacidad de ser reformados, porque cuando tú pones un quórum de 2/3 y le pones un plebiscito a los 4/7, la verdad que lo que estás haciendo, y eso es lo que ha propuesto la convención, es generar candados de irreformabilidad que es precisamente lo que tanto se le criticó a Jaime Guzmán y a la Constitución de Pinochet, ergo, esta Constitución que propone la convención se transforma en el anverso de la Constitución de Pinochet, lo cual no sólo es paradojal sino que también habla del poco espíritu democrático de los grupos más radicalizados dentro de la convención, que son precisamente los que la hegemonizan.

-Usted mencionó al expresidente Sebastián Piñera, gobierno en el cual fue ministro. ¿Cree que él debiera sumarse a la campaña por el rechazo?

No, yo creo que la campaña debiese ser una campaña ciudadana, me parece que la ciudadanía no está en disposición en ánimo ni en ganas de ver políticos decidiendo sobre asuntos que finalmente van a ser sometidos a consulta ciudadana. Me parece que la espontaneidad finalmente de las mayorías que se manifiestan en las encuestas respecto al rechazo, obedece precisamente a que lo que vamos a juzgar es la calidad de un texto que nos puede permitir progresar, o nos va a significar un paso atrás.

Yo creo que los políticos debiesen guardar una debida distancia y cautelar que el proceso se lleve de buena manera.

¿Estado de excepción “acotado”?

-A propósito de la aprobación en el congreso para extender por 15 días más el estado de excepción en la Macrozona Sur, la ministra Izkia Siches dijo que la discusión sobre si el estado de excepción es acotado o no acotado, “es un debate falso”. ¿Cuál es su visión al respecto?

Me parece que se equivoca porque las señales que da el Gobierno son tremendamente equivocadas. Por una parte señala que va a generar un proyecto de indulto a delincuentes que están presos por acción de la justicia, no del Gobierno, y por otra parte muchos ministros salen a decir que existen presos políticos y luego que no. Todos los proyectos importantes de saqueos, barricadas, de aumentos de penas para quienes atenten contra carabineros, incluso contra bomberos, fueron votados consistente y permanentemente en contra por los ministros Jackson, Vallejo y el actual Presidente Boric, mientras estábamos en el Congreso.

Al igual que sucedió por ejemplo en el 10%, el gobierno se desdice de lo que ha sido su actuación histórica y usa los instrumentos constitucionales a conveniencia, diciendo ‘mire, lo vamos a acotar’. Y lamentablemente se dan cuenta que como otra cosa es con guitarra y que gobernar es difícil, esos instrumentos constitucionales funcionan, porque ella misma señaló que las cifras han bajado en la medida que se aplicó con ciertos recaudos en estado constitucional.

Pero por otra parte, sus correligionarios de Apruebo Dignidad, del Partido Comunista, del Frente Amplio, votan la extinción del estado de emergencia en la nueva Constitución. Votan que carabineros pase a ser una fuerza desmilitarizada, entonces las señales que se dan son tremendamente confusas en el Gobierno y por eso que la gente pierde también credibilidad. Porque en general en la izquierda más dura y radical, y aquí no hablo de la izquierda madura y democrática que hoy día se está dando cuenta también que el Gobierno no puede jugar todas sus fichas en una sola apuesta política, nunca se han caracterizado por tener programas razonablemente buenos en materia de seguridad.

Entonces, cuando dicen que vamos a terminar con los estados de excepción en la Constitución, pero por otra parte los ponen en el norte para detener la inmigración y los ponen en el sur diciendo que es acotado, entonces la gente dice ‘pero bueno, qué les pasa. O están o no están’. Y la verdad es que la labor es deficiente. Yo creo que la ciudadanía lo califica así.

Pésimos resultados en encuestas

-El Centro de Estudios Públicos (CEP) entregó los resultados de su encuesta, arrojando que el senador Cruz-Coke es el político más desaprobado según el organismo, llegando al 58%. ¿Cómo toma estos resultados?

No les asigno mayor relevancia, son percepciones en general y tiene que ver con muchos elementos. La verdad es que yo salí electo con una buena cantidad de votos por la región más populosa del país. Claro, habrá elementos que hay que trabajar pero yo no creo que la política sea un concurso de popularidad y hay que estar acá precisamente para defender principios, defender aquello por que los votantes que creyeron en uno los votaron. Si fuera por un concurso de popularidad yo seguiría haciendo teleseries.

-En la misma línea, quienes le siguen en cuanto a nivel de desaprobación son José Antonio Kast y Sebastián Piñera. ¿Es un llamado de alerta para la derecha, considerando que luego de las elecciones Kast dejó detener protagonismo en la política, mientras que Piñera se alejó de la arena política tras el 11 de marzo?

Honestamente yo pienso que la política hoy día está muy contingente, las percepciones públicas cambian muy rápido por la influencia que tienen las redes sociales, los medios, la televisión. Son dos personas que han sacado votaciones históricamente buenas así que si esto es el proyector o algo por el estilo, bienvenido sea. Honestamente, no le asigno ninguna causalidad ni tampoco mayor importancia, hoy día el país está en asuntos muy relevantes y cualquier elección que venga, en cualquier caso, va a tener que producirse en cuatro años más.

Nuevos liderazgos en la derecha

-¿A quién ve como nuevos líderes de la derecha para el futuro? Se ha hablado de una falta de renovación.

Yo creo que cometemos un error nosotros si empezamos a levantar hoy liderazgos hacia el futuro, me parece que hay una generación de personas que vienen a renovar a la centro-derecha, de los cuales se encuentra Evópoli. Sin duda que se ha producido una renovación en RN y la UDI, en donde también hay rostros nuevos de personas que creo que están teniendo un liderazgo político dentro de lo que nosotros llamamos la centro-derecha, que va a tener que entenderse en algún minuto con la que yo llamo la izquierda democrática, la izquierda madura, la izquierda no radical, el socialismo democrático si se quiere.

En ese mundo, que se encuentra desde la centro-derecha hasta la izquierda democrática, por decirlo así, se van a tener generar los consensos y acuerdos para escribir un nuevo texto constitucional porque mi percepción es que así como van las cosas, vamos a necesitar replantearnos el asunto constitucional en lo que probablemente los expresidentes de la República van a tener mucho que decir y vamos a tener que establecer un camino en el caso de que el apruebo no gane.

-¿Se siente como una carta proyectable para una eventual candidatura presidencial en algún momento?

Me parece que es adelantar un debate que nos saca de lo relevante, y hoy día la única carta que tengo en vista, por lo menos hacia la década que viene, es estar con mi familia, con mi hija con síndrome de down que la adoro, a los cuales les he quitado demasiado tiempo de mi vida.

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