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"El programa de Boric es socialdemócrata": las definiciones del histórico Viera-Gallo

Sábado 27 noviembre de 2021 | 06:00

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Edición: Jaime Silva

El exministro José Antonio Viera-Gallo analiza las candidaturas de Gabriel Boric y José Antonio Kast, quienes el próximo 19 de diciembre se enfrentarán en las urnas para elegir al nuevo presidente. En entrevista con BioBioChile, quien fuera una figura emblemática de la Concertación aborda el escenario político, indicando que "felizmente, la situación actual es mucho más tranquila y menos riesgosa" en comparación a lo que sucedió a inicios de los 70. ¿Ve a Camilo Vallejo y Giorgio Jackson como ministros en un eventual gobierno de Apruebo Dignidad? "Tienen las condiciones para ocupar cargos de importancia".

Atento a la coyuntura política nacional se mantiene José Antonio Viera-Gallo, figura emblemática de la ex Concertación y subsecretario de Justicia del presidente Salvador Allende.

“El programa de Boric es socialdemócrata, pero el problema es su nivel de gradualidad”, señala a BioBioChile el exembajador en Argentina entre 2015 y 2018 sobre el candidato del Frente Amplio.

Quien también fuera miembro del Tribunal Constitucional desde 2010 hasta 2013, califica a José Antonio Kast como “un conservador autoritario”.

“Yo creo que hay un problema de origen y es la falta de unidad”, menciona, en tanto, sobre el actual ala izquierda, agregando que la gran cantidad de candidatos de dicho espectro hizo que se dispersara el apoyo.

Allende y Boric

-¿Ve similitudes entre los procesos de Gabriel Boric y Salvador Allende?

Felizmente la situación actual es mucho más tranquila y menos riesgosa. En el caso de Salvador Allende, no había segunda vuelta sino que era el Congreso el que elegía al presidente, y dos días antes de que lo hiciera, un comando de extrema derecha de Patria y Libertad, encabezado por el general Roberto Viaux y con apoyo norteamericano, asesinó al comandante en jefe del Ejército. Es decir, el país vivía un clima tremendamente tenso, ni siquiera diría de incertidumbre sino que era de una máxima confrontación. Hoy día no es así, hoy el país está calmado y las instituciones están funcionando tranquilamente y esperamos que así siga.

-Ante una eventual llegada de Boric a la presidencia, ¿Qué debería hacer para evitar asemejarse a Allende?

Yo entiendo que todas las personas y países aprenden de sus experiencias, y en ese caso las transformaciones que supone la nueva etapa que va a vivir Chile, habrá que hacerlas con gradualidad y por la vía institucional. Y eso supone diálogo en el parlamento, el que además está empatado y es de conformación bastante plural. Entonces, por una parte supone entender, como en su época el propio Salvador Allende quería, que los cambios se hagan de forma institucional, pero en segundo lugar, abrir un diálogo fluido con las fuerzas que estén en la oposición.

-¿Esta elección es más polarizada que la del 73, considerando que ni Alessandri ni Allende eran tan disímiles como Boric y Kast?

No, yo creo que el programa de la Unidad Popular, el clima político de fines de los ’60 y comienzos de los ’70, era mucho más radical de lo que es hoy día. Hay que pensar que era la época de la Guerra de Vietnam, una época en la que hasta pocos años antes estaba la figura emblemática del Che Guevara, la enorme influencia de la revolución cubana en Chile, en fin. Creo que lo que pasó antes fue muchísimo más radical.

El programa de Boric es socialdemócrata, pero el problema es su nivel de gradualidad. Él ha dicho que algunas de sus medidas se van a tomar en un plazo que puede durar ocho años, entonces lo que él tendrá que decidir si es que sale elegido, es qué prioridades va a tener su propio gobierno, y cuáles son los que van a impulsar dentro de un marco presupuestario que ya está definido por la Ley de Presupuestos que se acaba de aprobar en el Congreso y con las restricciones fiscales que todos conocemos.

Apoyo de la ex Concertación

-¿Está de acuerdo con el cheque en blanco a Boric de la ex Concertación?

Yo no entiendo que sea un cheque en blanco. Lo que entiendo es que la mayor parte de los partidos de la ex Concertación, veremos qué pasa con la Democracia Cristiana, deciden darle su voto. Otra cosa es, después, cómo él piensa configurar su gobierno, cómo va a definir sus equipos y si piensa o no, y si los partidos lo quieren o no, ampliar su base política de sustentación. Eso será una etapa posterior. Para eso en Chile hay tres meses que van desde que se elige al presidente hasta que asume.

-¿Giorgio Jackson debería salir como jefe del comando por el segundo lugar de Boric tras Kast? ¿Qué consejo le daría a Boric?

Estoy demasiado fuera como para decir quién corresponde ser el jefe de la campaña. Lo que sí me parece bien es que él ha ampliado su equipo hacia nueva gente, y seguramente lo podrá seguir haciendo. La entrada del senador Montes me parece bien, así como la de Izkia Siches, entre otras personas que se han integrado al comando. Y me imagino que eso se podrá ir ampliando en la medida que también se vayan teniendo las conversaciones con los otros partidos.

-¿Quiénes de la ex Concertación podrían sumarse a un eventual gobierno de Boric? ¿A quiénes ve desde esa perspectiva?

A cualquiera. Yo creo que todos y cada uno de los que tuvimos un rol protagónico en la Concertación somos partidarios de cambios sociales, todos somos partidarios de enfrentar los nuevos desafíos que tiene la sociedad chilena.

-¿Cree que Giorgio Jackson podría ser un buen ministro del Interior y Camila Vallejo una buena vocera? Considerando que ambos quedarán sin cargos desde marzo próximo.

Si Boric sale elegido, no sé cómo piensa configurar su equipo ministerial, pero sin duda que las dos personas que me has nombrado tienen las condiciones para ocupar cargos de importancia.

-¿Usted votará en esta segunda vuelta?

Sí, claro. Siempre he votado, y nunca he votado en blanco.

Situación en la izquierda

-¿Cómo siente que ha evolucionado la izquierda en comparación a los tiempos de la Concertación?

Yo pienso que la izquierda en general está en una encrucijada en esta etapa histórica.

-¿En qué sentido?

En el sentido de que le toca hacer sus planteamientos políticos dentro de un marco de globalización del capitalismo. Y eso es como un dato de la realidad. Además hay que considerar la emergencia de nuevos actores muy significativos que vienen especialmente del área del Pacífico.

El mundo progresista, lo que busca, es hacer más efectivo el principio de solidaridad, de fortalecer los bienes comunes, garantizar igualdades de oportunidades. Entonces, son valores y principios que entran en contradicción, o en tensión al menos, con la forma de cómo funciona el sistema. De ahí la enorme dificultad.

La figura de Kast

-¿Le sorprendió el primer lugar alcanzado por José Antonio Kast en la primera vuelta?

Viendo lo que está pasando en el mundo, si consideramos a Donald Trump, a Jair Bolsonaro, y consideramos lo que está pasando en Francia, donde hay dos candidatos parecidos en parte a Kast, o lo mismo se puede decir de Italia, de tantos países, la emergencia de una derecha más radical y en ciertos aspectos más autoritaria, es casi una reacción a los cambios que están sucediendo en Chile y en el mundo. Sobretodo en el escenario nuestro con una inmigración descontrolada en el norte, una situación de conflicto extremo y violento en La Araucanía, y una delincuencia desatada en todas las ciudades. Entonces, la demanda de orden es muy fuerte y por eso, en todos los países del mundo, siempre habrá alguien de la derecha o extrema derecha que diga “yo voy a poner orden”. Pero son demandas muy difíciles de satisfacer.

-¿Le atribuye a eso el ascenso de Kast en las encuestas, así como su primer lugar en la primera vuelta?

Él supo captar un descontento hacia el gobierno de Sebastián Piñera pero desde una posición de mayor énfasis en actitudes y planteamientos de extrema derecha. Lo mismo pasó en Brasil.

-En ese sentido, ¿qué autocrítica tendría que hacer el Frente Amplio, y la izquierda en general, por no haber materializado el primer lugar que mantenía Boric en la mayoría de las encuestas?

Yo creo que hay un problema de origen y es la falta de unidad. Si pensamos un minuto, el progresismo iba con varios candidatos. Íbamos con Yasna Provoste, que era mi candidata, iba Gabriel Boric y también Marco Enríquez-Ominami. Entonces, evidentemente eso dispersa el apoyo.

-Desde ciertos sectores han acusado a Kast de fascista. ¿Qué piensa usted?

Es como cuando en la derecha dicen que Boric es comunista. Pues no. Yo creo que son epítetos, formas de descalificación. Yo más bien pienso que Kast es un conservador autoritario. Ahora, que eso traiga reminiscencias de lo que fue el fascismo en su minuto… puede ser. Pero no creo que se puede le pueda catalogar a él como una persona técnicamente “fascistas” o “neofascista”. Este término hay que usarlo con precisión. Lo que sí creo es que es una persona tremendamente autoritaria y que tiene valores que son de intolerancia, y por tanto, es un riesgo para la democracia. Claro, eso no necesariamente significa que él sea un fascista.

-Ante un eventual triunfo de José Antonio Kast, ¿cómo visualiza el escenario en nuestro país?

Yo creo que va a ser más tenso políticamente, puede haber más conflicto de él como presidente con la Convención Constitucional, y como él no plantea grandes reformas, es probable que no tenga tantos problemas en el plan, porque no creo que él quiera hacer grandes transformaciones. Pero sí, él va a tener desafíos enormes para cumplir lo que ha dicho, por ejemplo respecto a cómo va a enfrentar la inmigración ilegal, cómo va a enfrentar el problema en La Araucanía, etc. Va a tener muchas dificultades, el país se va a polarizar más.

Convención constitucional

-Usted mencionó la Convención Constitucional. ¿Cómo siente que ha sido el trabajo de este gobierno en relación a este órgano?

En general yo no haría una mayor crítica. Podrían haber ocurrido roces, pero son roces de funcionamiento. En general, el gobierno ha sido respetuoso con la autonomía de la convención.

-Se ha hablado de que el gobierno que venga será de transición precisamente por la convención. En ese sentido, ¿cuáles son sus expectativas respecto al nuevo gobierno, independiente de qué candidato resulte electo?

Yo creo que es muy distinto si el futuro presidente es Boric o es Kast.

-A ver.

Si es Boric, va a haber una sintonía entre el gobierno y los cambios que van a estar consagrados en el proyecto de constitución que emane, esperamos, de la convención. Si es Kast, va a haber una contradicción, porque el mismo Kast ha dicho que él no descarta en ese caso llamar a votar “rechazo” ante esa nueva Constitución. Entonces, mientras un gobierno sería funcional a la transición política, el otro gobierno podría abortar esa transición.

Tropiezos para las candidaturas

-¿Cree que los casos de Karina Oliva y Johannes Kaiser podrían afectar las candidaturas de Boric y Kast, respectivamente?

No sabría responder. Lo que sí puedo decir, es que lo del diputado Kaiser me parece completamente disfuncional a la candidatura de Kast. Uno de los dirigentes del Partido Republicano dijo: “Si hubiésemos sabido que eso era lo que pensaba, no lo habríamos llevado de candidato”. ¿Pero cómo no sabían? Me parece muy raro. Ellos sumaron a una persona que tenía planteamientos completamente extremistas. Ahora, se retiró del partido pero en la Cámara va a tener diputados votando con él.

Respecto a lo de Karina Oliva, es lamentable que todavía hayan resquicios legales para burlar la regulación del financiamiento de la política. Yo creo que es un llamado de atención para que el Servel haga un examen de las rendiciones de cuentas un poco más exhaustivos.

-¿A cuál de los dos candidatos usted cree que se le hará más cómodo ir a buscar los votos del centro, o los votos de quienes votaron por Franco Parisi?

En primer lugar, todos los técnicos electorales coinciden en que la segunda vuelta es una elección nueva, diferente de la primera. Cambia completamente el escenario, entonces ahora, todos quienes conformamos el cuerpo electoral, tenemos que optar entre dos posibilidades. En ese sentido, lo que tienen que hacer los candidatos para ganar es posicionarse en un nuevo escenario que es diferente.

Evidentemente que es positivo para cualquiera de los dos que partidos que no los apoyaron en primera vuelta, los apoyen en segunda vuelta. Pero no es suficiente, porque los partidos no tienen hoy día esa disciplina que tenían antiguamente. El voto es mucho más volátil. Tienen que salir a buscar el voto en ese llamado “electorado de centro” pero sobretodo en ese 54% que no votó y que no se sintió convocado por ninguno de los dos ni tampoco por el resto de los candidatos que quedaron en el camino y que miran esta contienda desde la vereda del frente.

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