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Mirko Macari: "Salvo un puñado de incondicionales en La Moneda, Piñera no tiene nada más"

Sábado 23 octubre de 2021 | 06:30

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Jaime Silva (BBCL)

El periodista realiza un descarnado análisis del escenario actual. Y sin tapujos lanza: "La candidatura de Parisi se reduce a un eslogan: ‘su voto es mi sueldo’. Mil y tantos pesos por voto es lo que está buscando". Lo propio respecto de Eduardo Artés: "Es como un kiosko puesto en la Alameda, tiene su público que le pasa a comprar, siempre se mantiene abierto pero no es más que eso". Estas son sus definiciones.

“Yo creo que Piñera está muy solo”, señala enfático el comentarista de actualidad política en conversación con BioBioChile.

Y en cuanto a las elecciones de noviembre próximo, Macari admite que la posibilidad de que José Antonio Kast pase a segunda vuelta ha aumentado en las últimas semanas. “A Sichel le llegaron dos golpes que lo dejaron en la lona”, puntualiza.

La polémica en torno a la ministra Karla Rubilar, la nueva colusión entre las empresas de transporte y sus comentados argumentos por la acusación contra su amigo Gonzalo Müller, por los millonarios pagos mensuales que recibía en la Corporación Cultural de Las Condes, son otros de los tópicos que Macari aborda en esta entrevista.

“Se entendió como una defensa, pero a mí no me interesa defender a nadie”, aclara.

Un país en transformación

-A dos años del estallido social, ¿Qué tanto ha cambiado Chile?

Evidentemente que ha cambiado mucho. Hay un antes y un después en la política por el 18 de octubre. Sin lugar a dudas ocurrió un hecho políticamente impensado que era el cambio de la Constitución.

Si las cosas hubieran seguido en el ritmo en que estaban el 17 de octubre nunca hubiéramos entrado en una nueva Constitución, y una Constitución es importante porque marca de manera formal el comienzo de un nuevo ciclo político. Se redefinen las reglas de la sociedad, del juego del poder, los márgenes económicos, así que ha cambiado mucho.

Pero sigue cambiando, se está transformando el poder y la política porque lo que está cambiando es la cultura además, también de manera muy radical. Los cambios culturales, como por ejemplo todo el movimiento feminista, es anterior al estallido pero el estallido lo potencia, lo exacerba (…).

Acusación contra Sebastián Piñera

-¿Consideras que es pertinente la acusación constitucional contra el presidente Piñera?

Sí, pertinente en un sentido político, porque es evidente que en la historia de Chile, en todos los momentos que son cambios de ciclo político, se vive una ruptura. Y desde el estallido del 18 de octubre era muy evidente la precariedad en la que quedaba el liderazgo de Piñera.

Hubo cambio de ciclo político, aunque no cambio de Constitución, tras la revolución de 1891 en la que José Manuel Balmaceda termina suicidándose en la embajada de Argentina. Hubo cambio de ciclo político con el cambio de la Constitución de 1925 en donde el presidente Alessandri termina exiliado por unos años en París, Francia. Y hubo cambio de ciclo político en 1973 cuando el presidente Allende muere en La Moneda con el palacio bombardeado.

Entonces hoy día, que estamos terminando un ciclo, el ciclo neoliberal que se caracteriza básicamente por el concubinato que hay entre dinero y política, entregando el negocio de política, también debería terminar cíclicamente con un rechazo al elemento que mejor simboliza esta relación espuria entre el dinero y la política, que es la conducta histórica de Sebastián Piñera. Y, por lo tanto, habría una coherencia con la propia historia de Chile en el hecho del término anticipado del mandato por la vía de una destitución.

En ese sentido, me parece que la historia no tiene leyes como la física o la biología, pero sí hay patrones que te permiten ver elementos de continuidad.

-Siempre planteas la idea de Piñera huyendo de La Moneda en helicóptero…

Es una metáfora de esto, de Piñera no terminando su mandato. En el imaginario latinoamericano está esta idea de que en nuestra generación representa el momento en que De la Rua abandona la Casa Rosada en Argentina, a comienzos de los 2000.

Pero a eso me refería, a una metáfora del fin anticipado del mandato, no entregando la banda. La manera en que eso ocurre es misteriosa, puede ser vía destitución, puede que la propia acusación constitucional genere tal nivel de presión que se vea obligado a renunciar. En fin, hay muchas posibilidades.

-¿Crees que Piñera está solo en estos momentos?

Yo creo que está muy solo. El otro día en un programa la Teresa Marinovic decía que si es cierto que Piñera usó su posición de presidente para favorecer algún negocio en un acto administrativo, se validaba la acusación constitucional. Lo que habla que vastos sectores de la derecha están desafectados de Piñera hace mucho rato y por diferentes razones. Dentro y fuera de su coalición.

Recordemos el tercer retiro, cómo el propio Tribunal Constitucional dominado por la derecha le dio la espalda al gobierno. Entonces la soledad es total. Salvo un puñado de incondicionales en La Moneda, no tiene nada más.

Unas elecciones inciertas

-José Antonio Kast ha tenido un llamativo repunte en las encuestas, superando incluso a Gabriel Boric según la última realizada por Cadem.

Atropellando por los palos como se dice en el lenguaje hípico.

-¿Cómo analizas estos resultados? ¿Crees que son representativos?

Yo creo que las encuestas son un instrumento que sirve mucho para medir un momento, y esos momentos tienen distintos termómetros, cada encuesta es un termómetro diferente, hay termómetros mejores y más precisos, pero también hay otros más imprecisos. Entonces, lo que tú tienes que ver es la tendencia del conjunto de las encuestas.

Todas las encuestas te dicen que en primer lugar está Gabriel Boric en intención de voto, no hay ninguna que no lo diga. Y todas las encuestas han mostrado una caída de Sichel a partir de lo que ha sido su performance política desde el primer debate, después vinieron los cuestionamientos por los retiros, etc. Evidentemente que asistimos a un desfonde de la candidatura de Sichel que emergía victoriosa de la primaria de la derecha, y buena parte de esa votación se ha trasladado a Kast.

La magnitud de aquello no lo sabremos hasta el día de la elección, pero no estamos haciendo futurología esotérica si decimos que ha subido altamente la probabilidad de que sea Kast quien pase a segunda vuelta y no sea Sichel, y esto tiene una racionalidad política. La derecha es un transatlántico que ha naufragado en el gobierno de Piñera, ha perdido sus elementos de poder simbólicos fundamentales.

-Entonces…

Políticamente, el fortalecimiento de Kast es bastante coherente con un momento que responde al naufragio de la derecha con el gobierno de Piñera. Cómo se han desplomado aquellos elementos centrales de su proyecto político, como la Constitución de 1980, las AFP, la presidencia, el prestigio de Carabineros, etc. Entonces es como un naufragio, y en ese naufragio, que está con barriles de petróleo incendiándose, con muebles flotando, con gente ahogándose, José Antonio Kast está parado arriba de una balsa con unas tablitas ofreciendo seguridad y certezas, sobre todo a un sector que vive buscando certezas.

El discurso central de la derecha se trata de ‘deme seguridades de todo tipo’: seguridad de reglas, seguridades de carácter policial, seguridades económicas para invertir, etc. Él ofrece un puñado de certezas y finalmente toca los tambores de su tribu, es alguien que viene del riñón de la derecha, no es un afuerino.

A la derecha le fue mal con este afuerino que es Sebastián Piñera, una persona que en su origen viene de la Democracia Cristiana, que su alma está más en los negocios que en la política, y le ha ido muy mal, ha perdido todo lo vital. Entonces pareciera ser el momento de refugiarse o parapetarse en aquellas cuestiones que le dan más certezas como alguien que habla en su lenguaje.

-¿Cómo ves la candidatura de Sebastián Sichel? ¿Por dónde crees que pasó la caída que ha tenido?

Paradojalmente, yo creo que el impacto bajo la línea de flotación tiene que ver con, guardando las proporciones, lo mismo que lo de Piñera. Haber negado su relación con grandes empresas a través de la gestión de lobby, incoherencias respecto a lo que dice y hace, como lo del cuarto retiro, son cosas que hoy en día están híper sensibles a nivel de opinión pública.

Él había construido un relato meritocrático de su historia pero había omitido otros aspectos de su biografía más reciente como su trabajo en la industria del lobby y ahí quedó mal parado. No tuvo la respuesta correcta, hizo cosas que hoy día, en un tiempo tan líquido como este, dos errores decididos te hacen trastabillar. Son tiempos de cambios muy rápidos, la gente está vitrineando, está viendo cómo se comportan los candidatos y está esperando el primer fallo moral, la primera incoherencia para irse y acusar con el dedo.

Esto pasa a todo nivel, pero a nivel de las figuras presidenciables es mucho más evidente, la gente está descreída, es un momento de desplome de la política. La gente no cree en las instituciones políticas, los partidos están en el suelo, entonces se acerca con mucha desconfianza. A Sichel le llegaron dos golpes que lo dejaron en la lona.

-A tu juicio, ¿podría Chile Podemos Más terminar apoyando a Kast?

No sé si formalmente pero en la práctica sí. Como la política requiere certezas, los candidatos a diputados y senadores van a buscar el rostro al cual apegarse y la historia dice que Kast viene de la UDI.

El Partido Republicano es fundado por un militante de la UDI, alguien que toda su vida estuvo en la UDI, desde la universidad, desde el movimiento gremial en la Universidad Católica y que fue secretario general, entonces no es un afuerino en Chile Vamos. No es raro que la gente de Chile Vamos se acerque más.

Relación Boric-Jadue

-En la otra vereda, ¿cómo ves la relación entre Gabriel Boric y Daniel Jadue?

Es compleja, me recuerda a Allende, siempre tuvo que lidiar con la ultra que en ese caso estaba representada por el secretario general del Partido Socialista, Carlos Altamirano, cuyo lema era ‘avanzar sin transar’. Hay un mundo en la izquierda que cree que el estallido es una energía de izquierda y que por lo tanto este es el momento de avanzar sin transar, y someten a Boric a la presión de ese adjetivo ‘amarillo’, en donde todo lo que no es radical y avanza en función de un programa de izquierda se torna amarillo.

Es una forma de presión también desde adentro. Si Boric es presidente, que es lo más probable, eso se va a acrecentar porque estamos viviendo un momento de fraccionamiento de la política, las coaliciones vienen frágiles y débiles, basta con recordar la Nueva Mayoría de Michelle Bachelet, cómo terminó dividida por el programa. La derecha ni hablar, una parte de la derecha apoyó los retiros del 10% de la AFP, algo impensado porque estamos en un momento de fraccionamiento entonces cada grupo y actor político busca su interés y no está sujeto a un bien mayor como en este caso apoyar a un presidente.

-¿Qué te parece la candidatura de Franco Parisi, la cual ha sido blanco de cuestionamientos por no estar en el país?

Ni siquiera me parece serio hablar de Parisi, creo que no da para opinión política. La candidatura de Parisi se reduce a un eslogan: ‘Su voto es mi sueldo’. Mil y tantos pesos por voto es lo que está buscando Parisi, no es más que eso.

-¿Y sobre las candidaturas de Marco Enríquez-Ominami, Eduardo Artés y Yasna Provoste?

Yo creo que MEO y Artés son arroz graneado completamente prescindibles. Querer ser presidente no es la única razón para ser candidato presidencial, hay muchas otras. En el caso de Marco es mantenerse vigente en sus negocios y asesorías internacionales, entonces así es presentado como el excandidato a la presidencia de Chile en 2021, eso le da vigencia.

Lo de Artés es como un kiosko puesto en la Alameda, tiene su público que le pasa a comprar, siempre se mantiene abierto pero no es más que eso. En cuanto a Provoste, estamos por ver si tiene una fuerza que uno presupone que el mundo que fue la Concertación no debería tener, porque es un mundo que está muriendo. Puede capitalizar algo de la votación de Sichel que se desfondó… vamos a ver. Pero en todo caso políticamente carga con ese tremendo yunque que es el mundo de la Concertación.

Polémica de la ministra Rubilar

-¿Cómo ves lo que ha sucedido con la ministra Rubilar tras haber sido acusada de utilizar recursos públicos para financiar la campaña parlamentaria de su pareja, Christian Pino?

Pareciera que en estos tiempos lo que hay que hacer es tirarle piedras a todo el mundo por cualquiera de estos eventos. A ella la pillaron nomás, o más bien dicho algún funcionario descontento salió a acusarla, pero en general las autoridades usan su posición para favorecer sus redes políticas, personales y familiares.

Eso ha sido siempre así en la historia de Chile. Me ha tocado verlo como parte de la prensa política durante años, no es nada nuevo. Si constituye o no una falta ya es una cosa técnica, lo dirá la Contraloría, si el uso del WhatsApp en hora de almuerzo es público o no, pero es evidente, la política es una actividad en que se hacen colectivos, todos tratan de meter a sus familiares y cercanos. Este es un país en donde pesan mucho las familias en la política.

“No me interesa defender a nadie”

-Hace un tiempo un reportaje de América Transparente reveló los millonarios pagos mensuales que se hacían en la Corporación Cultural de Las Condes, entre los que aparecen Gonzalo Muller. Frente a los cuestionamientos, usted mencionó que él podría acceder a ingresos aún más altos que los 6 millones de pesos que percibía. ¿Mantiene este planteamiento?

Yo dije lo que dije, lo expliqué en su minuto y lo sostengo. Se entendió como una defensa, pero a mí no me interesa defender a nadie sino que me interesa explicar un hecho. En el caso de Gonzalo yo lo conozco, pero no por conocerlo estoy diciendo que no haya habido algo irregular, sino que digo que las personas que trabajan en política, como operadores políticos, acceden a sueldos políticos.

Esto parece muy escandaloso pero insisto, así funciona la política. Respecto del tema, no es si está contratado, el tema es si él prestó los servicios que dice que prestó en la municipalidad y en la corporación. Eso es un asunto técnico, cosa que se evaluará en una investigación, tengo entendido que no hay ninguna investigación. Eso es lo relevante.

¿Nos gustaría que la política no la hicieran los operadores políticos? Sí, y yo creo que eso es lo que vamos a tener que conversar en la nueva Constitución, pero hasta el minuto es así. No conozco a ninguna autoridad que no tenga contratado para trabajar políticamente a gente cercana, con una afinidad política, que pertenezca a su grupo político.

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