La Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas (FCFM) de la Universidad de Chile, misma donde la casa de estudios imparte nada más y nada menos que las carreras de ingeniería, se vio en la obligación de convocar de emergencia una Comisión Asesora y encargar “un estudio técnico detallado” a su Centro de Investigación (IDIEM). No era para menos, considerando el repetitivo desprendimiento de vidrios que aqueja a dos torres del emblemático, vanguardista y millonario edificio Beauchef 851, ubicado al poniente del campus del mismo nombre en Santiago.
Se trata de un mega-proyecto inaugurado con bombos y platillos en noviembre de 2014, mismo que la universidad catalogó como un “hito arquitectónico” con siete años de planificación y que tuvo un costo total de casi 100 millones de dólares financiados, en buena parte, gracias a sendos créditos bancarios que la casa de estudios recién terminará de pagar en 2030.
El retraso de las obras (debía estar operativo 1 año y medio antes) y la gran cantidad de dinero que desembolsó la universidad fue en su minuto materia de controversia interna. Pese a todo, la obra arquitectónica de 55.000 m2 y 13 plantas (siete sobre la superficie y seis subterráneas) alberga hoy salas de clases, oficinas de académicos, laboratorios, además de espacios deportivos y de recreación. Sin ir más lejos, cuenta con una piscina semiolímpica temperada en su interior.
Sea como sea, desde un tiempo a esta parte la mega-obra diseñada por A4 Arquitectos y Borja Huidobro, y ejecutada por la constructora Ingevec, se transformó en un dolor de cabeza para las autoridades de la universidad y en comentario obligado entre quienes utilizan las instalaciones.
“Andamios de protección”
De acuerdo con antecedentes recopilados por BBCL Investiga, los problemas comenzaron durante el segundo semestre de 2023 y se han intensificado durante los primeros meses de este año.
“Se acaba de caer un panel de vidrio frente a la oficina de Aidan”, escribió una persona en uno de los grupos de WhatsApp de la comunidad universitaria el 15 de enero pasado. En su mensaje, hacía referencia al desprendimiento de parte del revestimiento arquitectónico que terminó sobre una terraza frente a la oficina 211 de Aidan Hogan, uno de los profesores asociados, ubicada en el segundo piso de la Torre Poniente de Beauchef 851.
“Un día van a matar a alguien y la U no va a poder seguir haciéndose la weona”, expresó a continuación la misma persona. En respuesta, otro integrante de la comunidad le contestó que los pedazos de vidrios incluso habían llegado al piso -1.
En respuesta a estos episodios, las autoridades de la universidad decidieron mitigar el riesgo instalando “andamios de protección anticaídas”, restringiendo la circulación por algunos sectores y quitando el revestimiento exterior en zonas donde no era posible poner andamios o cortar el tránsito de personas.
Edificio inteligente
Entre otros aspectos vanguardistas, según se explicó en su oportunidad, el complejo de edificios que conforman el Beauchef 851 fue pensado para conseguir un 50% de ahorro energético, con respecto a un edificio tradicional en Chile.
Es por eso que, entre otras cosas, se optó por revestir las torres oriente y poniente con un compuesto de placas de dos caras de vidrio templado, unidas por una lámina central que va adosado a la fachada mediante un complejo sistema de anclaje. ¿El objetivo? Reducir la radiación solar directa en el edificio y así “ayudar a la climatización y a la eficiencia energética”, según ha explicado la facultad.
Con el pasar de los años —presumiblemente debido a la fatiga de material o condiciones externas— algunas de estas placas de vidrio comenzaron primero a astillarse y luego a caerse. Esto, a pesar que desde la Universidad de Chile han sostenido que cada año se ha aplicado al pie de la letra el plan de mantenimiento dispuesto para la correcta conservación del revestimiento.
Con todo, los estudiantes de la Escuela de Ingeniería comenzaron a presionar a las autoridades universitarias para que se tomaran cartas en el asunto. Tanto, que en las movilizaciones de las últimas semanas, que incluyó la toma de los edificios de Beauchef, la situación fue incluida en el petitorio por el Centro de Estudiantes de Ingeniería (CEI).
En respuesta a la demanda de los estudiantes, y fruto del trabajo de una Mesa de Infraestructura, el Decanato emitió un comunicado oficial explicando las medidas adoptadas por la caída de los vidrios. En el documento, aclararon que “el quiebre y eventual caída no se debe a falta de mantenimiento ni de presupuesto”.
En la comunicación, fechada el 3 de junio de este año, la FCFM reconoce al menos cuatro episodios de estas características durante 2024, asegurando que están llevando a cabo medidas para subsanar lo antes posible y evitar riesgos.
La U de Chile responde
Consultados por BBCL Investiga, desde la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile, subrayaron de entrada que “el problema observado está relacionado con ese revestimiento exterior y no compromete la estructura de los edificios”.
Asimismo, apuntaron que “Si bien se han realizado las mantenciones programadas mediante un contrato, a raíz de la rotura y caída de algunos elementos, se han tomado medidas orientadas a proteger a las personas que circulan por el sector”.
En ese sentido, enumeraron algunas de las medidas de corto plazo adoptadas, como la restricción de circulación, el despliegue de andamios y el retiro del revestimiento en algunas zonas. Además, explicaron que “se implementó un sistema de monitoreo diario”.
“Dada la complejidad del problema, se requiere de sofisticados estudios técnicos para encontrar la mejor solución, por lo que se encargó a IDIEM un análisis detallado mediante modelos y ensayos experimentales de sus causas y posibles soluciones permanentes. Además, se convocó a una Comisión Asesora conformada por especialistas en Ingeniería Civil, Ingeniería Mecánica y Arquitectura, que ha estado analizando diversas opciones para abordar este complejo problema”, acotaron.
Sobre la existencia de seguros y el costo total de la reparación, desde la casa de estudios afirmaron que “sí hay seguros contratados, los que se encuentran vigentes”. No obstante, “el monto de la solución definitiva dependerá necesariamente de la opción que se adopte, asunto que actualmente se está evaluando con el apoyo de IDIEM y de especialistas, incluyendo el análisis de los resultados de diversos ensayos técnicos”.
Sobre el costo del proyecto que comenzó a construirse en 2011 y que se entregó en noviembre de 2014, desde la universidad informaron que tuvo un costo total de UF 2.051.010. De ese total, una parte se financió “mediante conversión de activos y ahorros de la facultad durante varios años” y la otra, a través de préstamos bancarios que fueron licitados por un total de UF 750.000.
Utilizando como referencia el valor de la Unidad de Fomento y el dólar en la época que se gestaba la obra, esta tuvo un costo de 97,7 millones de dólares americanos.
Los créditos, ambos adjudicado mediante licitación pública en 2012 a Banco Santander, los terminará de pagar la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas en 2029 y en 2030, respectivamente.