El Segundo Juzgado de Letras del Trabajo de Santiago condenó a la Agrupación Nacional de Empleados Fiscales (ANEF), cuyo representante legal es su presidente José Pérez Debelli, por vulnerar garantías consagradas en el Código del Trabajo. Esto, en el marco del despido de una profesional que prestó servicios por cinco años.
Todo comenzó cuando la periodista, Soledad Romero Donoso, tras ser desvinculada “por necesidades de la empresa” en julio de 2022, decidió emprender una batalla judicial en contra de la ANEF.
En efecto, la profesional de las comunicaciones presentó ante la justicia una tutela laboral denunciando vulneración de derechos fundamentales y cobro de prestaciones; o en subsidio, despido injustificado y cobro de prestaciones.
En el escrito de 15 páginas patrocinado por el abogado, Rodrigo Ojeda Garrido, se detalla que la relación laboral que había comenzado el 17 de mayo de 2017 terminó abruptamente y sin aviso previo el 4 de julio de 2022.
Problemas en la interna
La demanda denuncia una serie de diferencias al interior del Directorio Nacional de la agrupación que habrían influido en el despido de la periodista, quien aseguró que tras algunas situaciones perdió la confianza del presidente.
“Estuve involuntariamente sometida a rumores de coaliciones y negociaciones con dirigentes mujeres de ANEF que supuestamente buscaban debilitar el poder del presidente, a pesar que no era dirigente sino trabajadora de la organización”, señala la comunicadora en su presentación a la justicia.
Concretamente, Romero Donoso aseguró ante el tribunal que su despido “fue ejecutado como una decisión personal del presidente, por razones subjetivas, que dicen relación con mis convicciones”.
En consecuencia, y al considerar que se trató de un despido injustificado, la mujer recurrió primero a la Inspección del Trabajo y luego al Segundo Juzgado de Letras del Trabajo capitalino denunciando una serie de irregularidades.
Primera instancia
Casi un año después del ingreso de la demanda, este martes el juez titular del tribunal, Cristian Álvarez Mercado, dictó sentencia parcialmente a favor de la extrabajadora de la ANEF.
En concreto, determinó que el despido de la periodista es “vulneratorio de la garantía de no discriminación señalada en el artículo 2 del Código del Trabajo”, además de “injustificado” al invocar el empleador la causal de “necesidades de la empresa”.
Como efecto, la ANEF resultó condenada al pago de $10,4 millones equivalentes a ocho remuneraciones y a $1,9 millones por recargo del 30% a la indemnización por años de servicios.
Además, la organización deberá devolver $1,2 millones a la exempleada que le fueron descontados indebidamente, según la sentencia, por el aporte de la empresa al Seguro de Cesantía.
Apelarán
Consultado por BBCL Investiga, el presidente de la ANEF, José Pérez Debelli, reconoció que lo resuelto en primera instancia por el tribunal laboral los golpea como agrupación que precisamente se dedica a defender los derechos de los trabajadores fiscales.
“Nos produce un golpe, porque también la interpretación del juez en este caso coloca elementos que por ningún motivo… la conducta nuestra, la mía en particular, nunca ha sido contradictoria”, recalcó.
A juicio de Pérez, en su momento “se pagó todo y ella recurrió a su derecho como extrabajadora a presentar una tutela, que dicho sea de paso no está todavía el fallo definitivo, esta es la primera apreciación del juez”.
En la misma línea, el dirigente confirmó que buscarán revertir en instancias superiores revertir la condena y señaló respecto de la desvinculación de la periodista que “más allá de la determinación que igual es compleja, hay que tomar decisiones cuando no se hace bien la pega para decirlo derechamente”.
Esto último, apuntando a que habían razones fundadas para concretar el despido.
Respecto a las razones por las que en principio no compareció ni él ni algún representante de la ANEF en el proceso judicial, el líder de la agrupación aseguró que obedeció a problemas en las agendas de él y del vicepresidente.
Siempre sobre el fallo, Pérez indicó que “nos impacta, igual tenemos nuestro corazón, además nuestra vocación y convicción. Nosotros tenemos tranquilidad que (el despido) no fue violentando ningún derecho fundamental, más allá de que uno cierra un ciclo y efectivamente se toman decisiones en virtud también de conductas vinculadas al trabajo”.
