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Generación ´86: la historia de la brigada solidaria de médicos que viaja por Chile operando gratis

Generación ´86: la historia de la brigada solidaria de médicos que viaja por Chile operando gratis

Domingo 08 mayo de 2022 | 07:00

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Antonia Puga

Desde 2017 un grupo de médicos egresados de la Universidad de Concepción viajan por el país operando y realizando consultas de manera gratuita en distintos hospitales. La llamada “Brigada Médica Solidaria” ha realizado siete viajes y espera continuar haciendo dos por semestre. “Ojalá nazcan otras brigadas. Nosotros ya tenemos 36 años de egresados, hay 35 generaciones que pueden hacer algo distinto con su grupo”, dice el médico Nelson Cánovas. La historia de estos héroes anónimos la revela la Unidad de Investigaciones de Radio Bío Bío.

En un mundo donde el costo de la vida sube día a día y donde vemos que profesionales están más preocupados de ver cuánto tienen en su cuenta corriente o simplemente fortalecer sociedades médicas para recibir altos dividendos, existen algunos que están dispuestos a entregar sus conocimientos gratuitamente a chilenos que tanto necesitan.

Ejemplo de ello es el grupo de médicos egresados en 1986 de la Universidad de Concepción decidieron dar un giro y crear la “Brigada Médica Solidaria generación 86”. Viajar a zonas alejadas, con largas listas de espera y así “devolver lo que la medicina les ha entregado”.

Basados en su lema, “amor y entrega”, viajan dos veces al año desde 2017, se costean todos los gastos y trabajan por alrededor de 12 horas totalmente gratis.

Fue el 2016 en las Termas de Chillán en un encuentro por los 30 años de egreso de la universidad que el Traumatólogo José Venegas alzó la voz y propuso a sus compañeros viajar por Chile para ayudar en los lugares más necesitados en dónde hay baja presencia de médicos especialistas y año a año aumenta la lista de espera.

La anestesióloga, Antonia Puga, estaba presente ese día y explica que Venegas “planteó la idea de proyectarnos a la comunidad como médicos y de entregar una labor en retribución a todo lo que nos ha entregado la medicina durante todos estos años. Nos preguntó si estábamos de acuerdo y si nos parecía. Yo hace mucho tiempo que andaba buscando algo así. Esa fue mi oportunidad y dije: Cuenta conmigo”.

A partir de esa conversación, a través del chat de Whatsapp donde participa gran parte de la generación, se inició la organización del primer viaje: el destino sería Taltal.

Travesía que se concretó en agosto de 2017. Participaron nueve médicos de distintas especialidades y por dos días trabajaron a “toda máquina”, resolvieron más de 80 consultas oftalmológicas, operaron a adultos mayores, niños, hombres y mujeres.

“En Taltal hay un caballero que lo operamos de una hernia que llevaba 5 años esperando, y eso es lo que pasa en Chile. Pero feliz, con ese paciente yo no necesitaba más”, cuenta el cirujano coloproctólogo, Nelson Cánovas.

Por efectos de la pandemia tuvieron que detener los viajes y concentrarse en sacar adelante la crisis provocada por el covid-19. Pero a finales del mes pasado, el 29 y 30, visitaron Puerto Aysén. Travesía que originalmente estaba organizada para abril del 2020 “teníamos los pasajes comprados, las cabañas reservadas y las tablas quirúrgicas listas”, dice Puga.

Viajes realizados

Aunque estuvieron dos años sin poder ayudar en las listas de espera, la brigada ya ha realizado siete viajes : uno a Taltal, tres a Cañete, dos a Puerto Aysén y uno a Puerto Natales.

Al finalizar el trabajo en Taltal, comenzaron a pensar en cuál sería el siguiente destino y al final dijeron “la caridad empieza por casa” y tomaron la decisión de que el siguiente lugar sería Cañete. “Tiene los más altos índices de pobreza. Y apadrinados Cañete”, agrega Puga.

Y ese mismo año, el segundo semestre fueron a Cañete. Con alegría, da cuenta de que “dejamos al hospital sin lista de espera en ecografías ginecológicas. Operamos hernias, colecistectomías, videolapariscopicas, histerectomías, esterilizaciones. Muchas consultas de geriatría, nutrióloga, dermatología y cardiología”.

Por tres años, fueron a la zona y una vez participaron 20 médicos de la generación. La Dra. Puga resaltó que en el primer operativo fue un cardiólogo “que sacó toda la lista de espera de ecocardiografía”.

Pero lamentablemente es un viaje que no repetirán. “En otros lugares nos han recibido con mucho más cariño y se nota que lo necesitan más. Tienen hospitales cerca con cirujanos. Pensamos que no era mucho lo que podíamos hacer ahí”, indica Cánovas y puntualiza que además la situación actual del conflicto en la zona les dificulta la posibilidad de ir a ayudar: “ Ahora por supuesto nos da miedo, nos da mucho miedo”.

En abril 2018 fueron a Puerto Aysén. Visita que emociona especialmente a los miembros de la brigada dice la Dra. Puga: “Nos recibieron con los brazos abiertos y lo entregamos todo esos dos días” y volvieron con “la Dra. Sanhueza, que es diabetologa, con neumonía”.

Para Cánovas lo importante es focalizarse en los especialistas que no hay en los distintos hospitales. “Cuando fuimos a Aysén cuatro años atrás no tenían cirujano y a mi me tocó operar bastantes pacientes” pero “ahora llegó un cirujano, incluso se formó acá en la Universidad de Concepción, entonces la parte de cirujía está un poco mejor pero le faltaba ginecólogo. Entonces eso es lo que nosotros pretendemos hacer, ir focalizando”.

Y sobre todo “Aysén es un lugar que nos llama mucho la atención, (…) se nota que nos necesitan”.

Puerto Natales fue el destino de abril de 2019, el viaje al “fin del mundo”. “Me acuerdo que en Puerto Natales operé a una persona que era de Porvenir, ella tuvo que atravesar Tierra del Fuego, llegar a Punta Arenas en una barcaza, de Punta Arenas se tuvo que ir a Natales. En Natales yo la operé y al otro día se fue para su casa, volvió y tuvo que irse al otro día”, menciona Cánovas y agrega: “¡Tan asustado estaba, que hasta tengo el Whatsapp de ella para que me avisara cuando llegara!”.

Finalmente, el último fue nuevamente a Aysén. En el cual solo participaron 5 médicos: Juan Carlos Rozas, Antonia Puga, Nelson Cánovas, Miroslav Vulinovich y Ricardo Shade. Aunque fueron pocos y para Cánovas fue un error porque “este era un viaje que teníamos suspendido de la pandemia. Teníamos pasajes comprados para abril de 2020, entonces empezamos a reactivar esto. Al final nos comunicamos con Aysén y nos dijeron que tenían algunas necesidades urgentes. Entonces armamos el viaje dentro de 1 mes y medio”. Fueron dos días completos de trabajo, y dan cuenta que “nos vamos con el corazón llenito, además del cordero que comimos en la noche”.

Organización

Los destinos tienen un punto en común: están muy retrasados en las listas de espera y también se encuentran en lugares apartados. Pero ¿por qué se deciden por uno o por otro? “Se va dando según como nosotros vayamos teniendo acogida en los hospitales”, indica Antonia Puga.

Taltal fue el primer destino porque el traumatólogo Venegas tenía contactos en el hospital. Y lo que sucede generalmente es que en el último día del viaje se comienza a conversar cuál será el siguiente destino.

Con meses de anticipación se coordina con el hospital local para que estos entreguen las listas, las necesidades más urgentes, y se escribe en el chat de la generación para ver quienes estarían dispuestos a viajar y ayudar. Luego se revisan los pasajes, cada uno los paga en forma particular y se reserva el alojamiento para las 3 noches que generalmente se quedan en cada lugar.

El cirujano Canovas agrega que “nosotros nos hacemos todo solos, compramos los pasajes, arrendamos los hoteles pero es una cuestión fácil. Son dos días, trabajamos viernes y sábado, siempre los hospitales nos apoyan con lo que nosotros necesitamos para trabajar”.

Comenta que otros de los viajes que han realizado fue a Puerto Natales y lo eligieron porque “una compañera de curso trabaja en el hospital de Punta Arenas así que ella nos coordinó los pacientes, nosotros los revisamos, vemos las patologías. Hacemos cosas simples que sabemos que tienen poca complicación”.

Otras generaciones

La brigada no nació con un objetivo claro, ni con metas a cumplir solo que fuera un grupo fuera de cualquier color político y ayudará a reducir las listas de espera.

Para la Dr. Puga solo “partimos por un sentido de ayuda. Uno se da cuenta que es muy feliz haciéndolo. No solo por la ayuda que le das a la gente sino por ayudar con tus compañeros de curso”. Agrega que es “super lindo ver a tus compañeros que entraron mechones, que no sabían ni siquiera donde estaba el fémur ahora convertidos en profesionales exitosos. Eso a uno le llena el corazón”.

Y lo realmente importante para el Dr. Cánovas es que “ojalá nazcan otras brigadas. Nosotros ya tenemos 36 años de egresados, hay 35 generaciones que pueden hacer algo distinto con su grupo”.

Idea que es apoyada por Puga: “Quiero que otras generaciones se entusiasmen y lo repliquen. Que los médicos reventemos Chile y mostrar a la gente lo que somos”.

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