El mercado mundial de drogas está en crecimiento acelerado y con cambios rápidos, con un consumo que ha alcanzado los 316 millones de usuarios en 2023. Un récord en la producción, consumo e incautación global de cocaína llama la atención, aunque el cannabis sigue liderando la droga ilícita de mayor consumo.
La mayoría de las personas con trastornos por consumo de drogas no reciben tratamiento, con una cobertura especialmente baja en África y Asia. Este uso tiene efectos sociales graves: medio millón de muertes calculadas en un año, pérdida de años de vida saludables, aumento de Hepatitis C y VIH e impactos medioambientales negativos.
Esto en una nueva era de inestabilidad global que intensifica los retos para abordar el fenómeno mundial de las drogas y empodera a los grupos de delincuencia organizada que trafican las sustancias ilícitas.
Así lo expuso el Informe Mundial sobre Drogas 2025 de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) que fue presentado hoy en Viena, estudio que abarca una década de información (2013-2023).
“Esta edición del Informe Mundial sobre las Drogas muestra que los grupos delictivos dedicados al tráfico de drogas continúan adaptándose, explotando las crisis y teniendo en la mira a las poblaciones en mayor situación de vulnerabilidad,” mencionó Ghada Waly, Directora Ejecutiva de UNODC. “Debemos invertir en prevención del consumo y abordar las causas raíz del tráfico de drogas en todas las etapas de la cadena de suministro. Debemos reforzar las respuestas, aprovechando la tecnología, fortaleciendo la cooperación transfronteriza, proporcionando medios de subsistencia alternativos y tomando acciones desde la justicia para combatir a quienes impulsan las redes ilícitas del tráfico de drogas. Mediante un enfoque coordinado e integral, podemos desmantelar a las organizaciones criminales, reforzar la seguridad global y proteger a nuestras comunidades.”
Cifras generales
En 2023 fueron 316 millones de personas en el mundo las que utilizaron drogas en el último año, lo que representa un 6% de la población mundial entre 15 y 64 años. En 2013 era de 245 millones, lo que equivale a un aumento de un 28%.
El cannabis continúa siendo la droga más utilizada, con un 4,6% de la población mundial entre 15 y 64 años. A esto lo siguen los opioides naturales y sintéticos, las anfetaminas, la cocaína y el éxtasis.

A pesar de que el uso de drogas entre jóvenes de 15 y 16 años sigue siendo similar o mayor que en adultos –lo que tiene implicancias sobre su desarrollo cerebral– en países de altos ingresos se observa una disminución reciente en el uso de drogas entre adolescentes.
Dentro de los análisis de las causas del aumento de consumo en drogas se encontró la expansión de la vulnerabilidad socioeconómica a nivel mundial, potenciado por factores como conflictos, migración masiva y precariedad económica.
“Grupos vulnerables, como personas que han perdido sus medios de vida debido a la automatización o al declive industrial, así como poblaciones en el Sur Global que enfrentan dificultades para acceder a medicamentos esenciales, están en mayor riesgo de involucrarse en mercados ilícitos de drogas que se diversifican y se vuelven más efectivos”.
Cocaína
Uno de los principales descubrimientos del estudio fue que el mercado global de la cocaína batió su propio record en 2023, convirtiéndose en la droga ilícita con mayor crecimiento en el mercado. Mientras que en 2013 la cantidad de usuarios era de 17 millones, una década después aumentó a 25. Solo entre 2019 y 2023, las incautaciones de cocaína aumentaron en un 68%.
En un terreno de competencia feroz entre traficantes que genera niveles alarmantes de violencia y que ha sido durante mucho tiempo un problema en América Latina y el Caribe, el tráfico se está extendiendo a países de Europa Occidental, en parte debido a la creciente influencia de grupos criminales organizados de los Balcanes Occidentales en el tráfico de cocaína desde Sudamérica hacia Europa.
Las ganancias generadas por el comercio de cocaína distorsionan economías enteras en algunas partes de América Latina, socavando la inversión económica y el bienestar de las comunidades. En algunos países, los flujos financieros ilícitos generados por el tráfico de cocaína pueden alcanzar niveles comparables al valor total de las exportaciones agrícolas nacionales.
Drogas sintéticas
El mercado de las drogas sintéticas también continúa expandiéndose globalmente siendo uno de sus principales facilidades que pueden producirse cerca de los mercados de destino, lo que reduce costos operativos y riesgos de detección.
La dominación del uso y tráfico de drogas sintéticas en 2023 fue de anfetaminas (comunes en pastillas) y metanfetaminas (normalmente fumada, inyectada o inhalada). La incautación de anfetamina alcanzó un record, llegando casi la mitad de todas las incautaciones de drogas sintéticas.
Además, Myanmar y México —donde grupos criminales organizados controlan comunidades enteras— siguen siendo los principales centros de producción de metanfetamina, abasteciendo a los dos mercados más grandes: el Sudeste Asiático y América del Norte, con 80% de las incautaciones globales en 2023. En Norteamérica, las incautaciones han disminuido desde 2021, mientras que en Asia han aumentado.
Los opioides sintéticos representan el segundo grupo más incautado en peso, con el fentanilo predominando en número de dosis, droga que causó un alto número de muertes especialmente en Estados Unidos (48.422 en 2024) y Canadá (7.057 en 2023), aunque se observan señales de disminución en la segunda mitad de 2023 y 2024. Un opioide sintético al alza son los nitazenos, más potentes que el fentanilo. En 2023, se reportaron 320 muertes por nitazenos en EE.UU. y su presencia se ha detectado en varios países desde 2019.
La guerra en Ucrania ha interrumpido las rutas establecidas para la heroína y la cocaína, pero la producción y el tráfico de drogas sintéticas se ha expandido. Ucrania se ha convertido en una fuente importante de metadona (opioide sintético que actúa similar a la morfina o la heroína) fabricada ilícitamente.
Declive social por uso de drogas
De acuerdo al informe, los trastornos por consumo de drogas representan un costo enorme para las personas, las comunidades y los sistemas de salud.
En 2021, casi medio millón de personas murieron a causa de las drogas y 28 millones de años de vida saludable se perdieron por discapacidad y muertes prematuras.El 40% de los años de vida saludable perdidos responden a los trastornos por uso de opioides, seguidas en un 28% de las enfermedades hepáticas crónicas, principalmente por hepatitis C. Son 14 millones de personas las que se inyectan drogas, de esas: 6,9 millones viven con hepatitis C; 1,7 millones con VIH y; 1,5 millones con ambas enfermedades.
Según el informe, el costo social por no abordar los trastornos vinculados al uso de drogas, es elevado. En 2023 calculó que solo 1 de cada 12 personas con trastornos por consumo de drogas recibió algún tipo de tratamiento. La proporción es aún menor en mujeres, con 1 de cada 18.
El documento subrayó que existen múltiples barreras para la provisión del tratamiento, como la limitada disponibilidad de servicios basados en evidencia, la falta de reconocimiento de la necesidad de tratamiento por parte de algunos usuarios, el miedo al estigma y la discriminación, y barreras adicionales para las mujeres, incluyendo doble estigma, expectativas sociales, miedo a sanciones legales y falta de apoyo para el cuidado infantil.

Drogas y crimen organizado
El informe analizó que para enfrentar el tráfico de drogas se requiere una comprensión profunda de los objetivos y estructuras de estos grupos de crimen organizado.
Algunos de los puntos claves para entender y enfrentarlo son que las autoridades debieran focalizarse en perseguir a los individuos menos reemplazables y con habilidades especializadas dentro de estos grupos –más que los mensajeros o “mulas”– como lo son los gerentes de nivel medio, químicos y lavadores de dinero.
Además afirmaron que el mapeo y análisis de redes sociales de estos grupos permiten identificar vulnerabilidades, actores clave y nodos para su intervención, facilitando la desarticulación de redes y reducción de mercados. El uso de tecnologías avanzadas, como inteligencia artificial, drones no armados y análisis de datos, es fundamental para equipar a las fuerzas del orden con capacidades para identificar nuevas drogas y amenazas emergentes en la cadena de suministro.
Asimismo pusieron énfasis en la importancia de la cooperación internacional, el intercambio de inteligencia y las operaciones conjuntas, especialmente en zonas fronterizas dominadas por grupos criminales.
Es necesario atacar tanto a los grupos criminales como a la dinámica del mercado, ya que la reducción de la demanda o la oferta puede generar cambios significativos que desestabilicen las redes criminales.