—Compramos helados de agua y le dimos al dueño del vehículo quien se encontraba en el maletero. Incluso le dimos jugo y galletas.
Milovan Alveal Urra (18) relató ante la PDI en primera persona cómo secuestró -junto a su primo y otros dos amigos- a un chofer de la aplicación Uber. Se trata de uno de los cuatro detenidos este miércoles en la capital penquista por amenazar, maniatar y retener al conductor para utilizar el auto en un infructuoso tour delictual por la región del Bío Bío.
En su alocución, el imputado describe con lujo de detalles los movimientos del grupo, cuyos integrantes quedaron este jueves -tras la audiencia de formalización- con cautelares que van desde el arresto domiciliario total al nocturno.
Los hechos se remontan a las primeras horas de luz del 9 de septiembre de 2022. El que parecía ser uno más de los tantos viajes de la víctima en Concepción resultó convertido en una pesadilla. Tras recibir la solicitud del viaje, el afectado se trasladó hasta Valle Nonguén para recoger a un grupo de jóvenes pasajeros. ¿El destino? Chiguayante.
“Quizás se asustó”
Según el testimonio de Alveal, la primera parte del trayecto se desarrolló de manera normal, pero todo cambió rápidamente.
“Recuerdo que tuvimos conversaciones triviales con el conductor de Uber y cuando llegamos a un sector que está al lado de la línea del tren en Chiguayante, en el sector de Leonera Vieja, donde están los terminales de buses, sacamos un arma de fogueo”, partió señalando.
Hasta antes de eso, el chofer desconocía que lo que se venía estaba planificado desde la noche anterior por sus cuatro clientes. Primero le pidieron que se sentara en la parte posterior, específicamente al medio, con la cara mirando hacia abajo. La idea era que uno de ellos agarrara el volante para trasladarse de vuelta a Concepción, hasta una sucursal del BancoEstado en Collao. Todo con el objetivo de concretar el robo de dinero a algún cliente mediante el método de la “salida de banco”.
Pese a que reconoce que durante el trayecto todo el grupo manipuló el arma, asegura que “nadie lo amenazó”. De todos modos, el secuestrador cree que de igual forma el chofer pudo haberse visto intimidado. “El conductor sí la vio, por eso yo creo que se asustó”, cuenta Alveal.
Al banco y al maletero
Mientras estaban a la espera de cazar algún incauto, decidieron cambiar de lugar al conductor. Se quejaba que le dolían las piernas, por lo que en lo que -en algo que el secuestrador plantea casi como un acto de bondad- lo llevaron al portamaletas.
“Ahí recuerdo que estuvimos harto rato y trasladamos al conductor del Uber al maletero para que estuviera más cómodo, porque se quejaba que le dolían las piernas. Ahí le amarramos las manos y quedó en el maletero por harto tiempo”, comenta.
Como no tuvieron “éxito” en las afueras del banco ubicado en el sector Juan Bosco, a uno de ellos se le ocurrió que era buena idea ir a probar suerte a la comuna de Florida, a 44 kms de Concepción.
“Nos fuimos todos a esa comuna mientras que el conductor se mantenía en el maletero, de ahí me bajé yo con el Benjamín y fuimos a una caja vecina que estaba frente a la plaza. Sacamos alrededor de $30.000 en efectivo desde la tarjeta CuentaRUT del conductor, incluso le pedimos la clave”, recalca.
Según contó el hampón a la PDI, parte del dinero que giraron lo utilizaron para cargar combustible en un servicentro Copec y el resto para comprar algo de comer. Eso sí, tuvieron la cortesía de convidarle algo al conductor mientras volvían a Concepción.
“En un negocio que está en la calle principal de Florida compramos helados de agua y le dimos al dueño del vehículo quien se encontraba en el maletero. Incluso le dimos jugo y galletas”, subraya el victimario.
Al llegar por la carretera al ingreso de la urbe penquista, sin el botín que planearon, dejaron al conductor a la orilla de la carretera.
“Le dijimos al caballero que lo íbamos a dejar ahí, que su automóvil lo dejaríamos más adelante, que la llave iba a estar en la rueda derecha arriba y sus pertenencias quedarían al interior del auto”, recuerda Alveal Urra.
Así fue. En efecto, los delincuentes avanzaron hasta la pasarela ubicada a la altura del Estadio Ester Roa, se bajaron del vehículo y cruzaron para posteriormente tomar la locomoción colectiva hasta sus casas.
La detención
En su minuto, el chofer de Uber interpuso la denuncia respectiva y un año más tarde la investigación tuvo frutos. En concreto, esta semana se materializó la detención de los cuatro involucrados.
El jefe de la Brigada de Investigaciones Policiales Especiales y Antisecuestros (BIPE) de Concepción, subprefecto Walter Oyarce, explicó que el procedimiento se concretó gracias al trabajo con el Ministerio Público.
“En un trabajo en conjunto con la Fiscalía Local de Concepción se procedió en forma simultánea al allanamiento de cuatro domicilios. Específicamente se ingresó a tres casas de Concepción y a uno en la comuna de Renaico, en la región de La Araucanía”, detalló.
Durante el desarrollo de las medidas intrusivas, los policías encontraron en poder de los implicados distintos teléfonos celulares y chips de distintas compañías que ahora forman parte de la evidencia.
Pese a todo, ninguno quedó en prisión preventiva.
"Lo metimos al maletero para que estuviera más cómodo": la confesión de un secuestrador penquista
