Las semillas de árboles sobrevivientes a la bomba atómica de Hiroshima que ahora crecen en Valdivia

Créditos: Mylthon Jiménez-Castillo | UACH

Jueves 06 agosto de 2020 | Publicado a las 14:43 · Actualizado a las 16:55

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Japón conmemoró este jueves el primer ataque nuclear de la historia, cometido hace 75 años, el 6 de agosto de 1945 en Hiroshima, en un contexto particular debido a la pandemia de coronavirus que obligó a limitar los homenajes a las víctimas.

Supervivientes de la bomba atómica, descendientes de víctimas, el primer ministro japonés Shinzo Abe y algunos representantes extranjeros asistieron por la mañana a la principal ceremonia en Hiroshima (oeste de Japón).

A la fecha, todavía viven unos 136.700 supervivientes de Hiroshima y Nagasaki, conocidos como “hibakusha” en Japón, pero tienen en promedio más de 83 años y quieren pasar el testigo a las nuevas generaciones.

Con la ayuda de otros activistas, los hibakusha han creado archivos de memoria, en forma de testimonios, poemas o dibujos.

En ese contexto partió en 2011 la iniciativa Green Legacy Hiroshima (GLH) o Legado Verde de Hiroshima, impulsada por Tomoko Watanabe, quien ha dedicado su vida a difundir el pasado doloroso de su ciudad natal.

Las acciones de Watanabe y GLH se centran en el jardín Shukkeien, a 1,7km del hipocentro de la explosión, que hace 75 años fue arrasado por la bomba atómica, y que conserva un árbol ginkgo biloba de 300 años.

A partir de 2011, voluntarios de la fundación comenzaron recoger semillas de esta especie y a enviarlas a decenas de países como Irán, Singapur, Estados Unidos, Rusia, Etiopía, Argentina, Colombia y Chile, donde empezaron a reproducirlas.

Watanabe subraya que envían semillas y plantas “como embajadores de nuestro mensaje y deseos de paz. Nosotros sentimos que es muy importante proteger los árboles sobrevivientes. Ellos son nuestro tesoro. Nosotros queremos dar su mensaje a las futuras generaciones. Nosotros queremos enviar amor desde nosotros a todos ustedes”, sumado a la concientización respecto al uso de armas nucleares.

En nuestro país, serán plantados en Valdivia, en el Jardín Botánico de la Universidad Austral.

Según explicó a BioBioChile el ecólogo Mylthon Jiménez-Castillo, investigador del Instituto de Ciencias Ambientales y Evolutivas de la casa de estudios, a fines de 2012 llegaron suelo nacional 3 especies: ginkgo biloba, cinnamomum camphora (alcanforero) e ilex rotunda (sombrilla china), los que en total ya suman 180 árboles.

Eso sí, el proceso no estuvo exento de complicaciones. “Lo más crítico fue el ingreso de las semillas a Chile. Chile tiene restricciones fitosanitarias super estrictas. Fue muy complejo, nos demoramos casi un año solamente tramitando permisos y al final esos permisos nunca llegaron. El SAG nos quería dejar las semillas en cuarentena un montón de tiempo y corrían peligro de morirse”, detalló el académico.

Finalmente, consiguieron la autorización gracias a Vicente Pinto, agregado de Agricultura en la Embajada de Japón en Tokio, quien ayudó desde allá a gestionar con el ministro de la época un permiso especial. “Se nos dio un permiso especial del SAG, dada la relevancia de esta semilla y lo que significaba, y pudimos pasarla sin cuarentena, pero bajo restricciones bien claras. Nuestras semillas están en confinamiento en la Universidad, en la práctica no deberían salir nunca de la Universidad. La única forma de salir es con un permiso especial, tenemos que sellarlas en una caja especial, va con un sello del inspector del SAG”, explicó Jiménez-Castillo.

Mylthon Jiménez-Castillo | UACH
Mylthon Jiménez-Castillo | UACH

¿Cómo es que la Universidad Austral terminó siendo parte de la iniciativa? El año 2012, una voluntaria de Green Legacy Hiroshima, que vivió en Valdivia mientras su marido estudió un posgrado, propuso a la casa de estudios para sumarse al proyecto, pues conocía de cerca el jardín botánico.

Un vez dentro del programa, es GLH quien selecciona las especies apropiadas para el clima del país receptor. De hecho, según el ecólogo, “las tres especies enviadas a Chile fueron elegidas porque viven naturalmente en un clima muy parecido al nuestro acá en Valdivia, entonces no requieren nada especial”.

A la fecha ya se cumplió lo más difícil. Un par de árboles ya consiguieron superar los 2 metros de altura, por lo que ya podrían ser plantados en el Jardín Botánico.

En principio, la idea es ubicarlos detrás del Emilio Pugín de la UACH, un lugar bastante protegido, pero el plan se ha postergado a raíz de un plan de infraestructura para el jardín, que junto a los icónicos árboles propone hacer un memorial con paisajismo tipo jardín japonés. No obstante, aquello requiere fondos importantes -particularmente escasos por la pandemia- y, si no resulta, al menos uno de ellos sería plantado en ese lugar, con un menor costo, a la espera de concretar dicho proyecto.

Mylthon Jiménez-Castillo espera que sea al menos el 2022. Por ahora, han sacado a relucir los pequeños árboles en exposiciones en Valdivia y Santiago, en el Museo de la Exploración Rudolph Amandus Philippi, en La Casa de Cultura de Las Condes, en el Museo de Arte Contemporáneo de Cerrillos, entre otras instancias.

Mylthon Jiménez-Castillo | UACH
Mylthon Jiménez-Castillo | UACH
Expo en Museo Philippi. Ginkgo rodeado por especies nativas chilenas, símbolo de unión | Mylthon Jiménez-Castillo
Expo en Museo Philippi. Ginkgo rodeado por especies nativas chilenas, símbolo de unión | Mylthon Jiménez-Castillo

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