La brecha de género en las carreras científicas sigue siendo uno de los principales desafíos del sistema de educación superior. Aunque, según el Informe de Brechas de Género en la Educación Superior 2024, elaborado por la Subsecretaría de Educación Superior, las mujeres representan el 52,6% de la matrícula de primer año en 2024, su participación en carreras STEM (Ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) sigue siendo minoritaria, alcanzando apenas un 20,8%.
Para enfrentar este escenario, el proceso de Admisión 2026 contempla más de 3.300 cupos adicionales exclusivos para mujeres en este tipo de programas, conocidos como Más Mujeres Científicas (+MC).
Estos cupos, implementados desde el año académico 2024 por el Comité Técnico de Acceso, buscan abrir nuevas oportunidades en carreras donde históricamente los hombres han sido mayoría. No requieren postulación adicional: se asignan por puntaje ponderado durante el proceso regular de admisión, permitiendo un acceso complementario y directo a estas áreas.
El subsecretario de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación, Cristian Cuevas, destaca que esta política forma parte del esfuerzo articulado del Estado para enfrentar una exclusión profunda y persistente.
“En el ámbito STEM, la diversidad de mujeres, niñas y adolescentes está subrepresentada y por eso es imperativo visibilizar y potenciar su participación. Se trata de abrir una ventana de opciones que ha estado bloqueada e impedir que mujeres y otros grupos históricamente excluidos puedan elegir el camino de las ciencias como una forma de vida o profesión”, afirma.
Acceso y permanencia
Las cifras justifican la urgencia. Según la Radiografía de Género 2025, las mujeres representan solo el 21,38% de la matrícula total en programas STEM en universidades, CFT e IP.
La brecha se vuelve aún más evidente en áreas como Tecnología de la Información y Comunicación, donde apenas el 13,5% de los estudiantes son mujeres. En el extremo opuesto, disciplinas como Ciencias Naturales y Matemáticas alcanzan un 44% de matrícula femenina, mostrando que las brechas no son homogéneas y responden a factores culturales y estructurales que limitan la participación desde edades tempranas.
Para Cuevas, estas iniciativas ya muestran señales de avance. “Entre los datos de la Tercera y Cuarta Radiografía de Género, la matrícula de pregrado en STEM creció un 8,7%. También observamos un incremento en la titulación: a nivel de pregrado pasamos de un 18% a un 27,3%”, detalla. Aunque todavía modestos, estos cambios reflejan el impacto de políticas sostenidas y la relevancia de monitorear el sistema para tomar decisiones informadas.
El subsecretario subraya que el desafío no se limita al acceso, sino también a la permanencia y el desarrollo de trayectorias académicas y laborales.
“Con la Política Nacional de Igualdad de Género del MinCiencia trabajamos tanto por aumentar la participación de más mujeres en las STEM como por su permanencia y desarrollo pleno de sus carreras. Más Mujeres Científicas es una de estas acciones y demuestra el esfuerzo articulado entre instituciones del Estado”, señala.
Tema de futuro
La incorporación de más mujeres no solo es un asunto de equidad, sino también de calidad y futuro. “La participación de más mujeres otorga mayor diversidad al mundo STEM, genera mejores oportunidades laborales, mayor autonomía económica y lo más importante: las hace parte de la producción y el desarrollo científico del país”, sostiene Cuevas.
Complementa María Fernanda Caicedo, presidenta de la Mesa de Equidad de Género de ACTI, al señalar que “la tecnología es el motor del desarrollo económico, pero sin mujeres en la ecuación, estamos desaprovechando la mitad del talento disponible. No se trata solo de equidad, sino de competitividad y crecimiento para el país”.
El subsecretario pone especial énfasis en áreas emergentes como inteligencia artificial, donde la presencia femenina es crítica para evitar sesgos y asegurar desarrollos inclusivos.
“Hoy necesitamos avanzar en IA, machine learning o redes neuronales. Solo un 22% de quienes trabajan en IA a nivel global son mujeres, y sabemos que estos campos poseen sesgos de género que debemos corregir”, advierte.
En este sentido, Caicedo añade que “nuestras políticas públicas deben ser aceleradoras de procesos de transformación, no solo digital, sino también como sociedad, donde el liderazgo femenino, acompañado del valor masculino, ha logrado una gran labor”.
Con más de 3.300 cupos exclusivos, un enfoque integral de igualdad de género y un diagnóstico claro de las barreras existentes, el proceso de admisión 2026 busca marcar un nuevo punto de inflexión. La meta: que más mujeres ingresen, permanezcan y lideren en los espacios donde se construye el conocimiento y el desarrollo tecnológico del país.
