Hombres preparando la cena y escuelas cerradas: el día en que las mujeres paralizaron Islandia

Créditos: Archivo Histórico de la Mujer de Islandia

Jueves 04 marzo de 2021 | Publicado a las 14:53

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Islandia es uno de los países más feministas del mundo, ostentando el primer puesto en la lista de los estados con menor brecha de género según un estudio del Foro Económico Mundial.

Pero para poder llegar a este podio, han recorrido un largo camino.

Es más, sólo han tenido una mujer como presidenta, Vigdís Finnbogadóttir, quien fue la cuarta mandataria del país en 1980 y estuvo en el cargo por 16 años tras varias reelecciones. De todas formas, su llegada al mandato es destacable por si sola.

Finnbogadóttir es madre soltera y divorciada, siendo la primera mujer que pudo adoptar en el país. Estudió francés y literatura francesa, y posteriormente obtuvo un certificado en educación. Un perfil poco común en un presidenciable en los años 80.

Sin embargo, cinco años antes de esta victoria para el feminismo, hubo un hecho que cambiaría la visión de Islandia ante los ojos del mundo.

Vigdís Finnbogadóttir | Wikipedia
Vigdís Finnbogadóttir | Wikipedia

El día en que Islandia se detuvo

Es 1975 y estamos en la tercera ola del feminismo. Nace el movimiento de liberación de las mujeres y muchas están exigiendo sus derechos reproductivos, que se deje de ver a la mujer como estereotipo sexual en los medios de comunicación, el arte y la publicidad.

En Islandia, el 24 de octubre de ese año las guarderías, escuelas y tiendas no abrieron sus puertas por la falta de mujeres. A esto se sumaron algunas empresas que cerraron más temprano.

¿La razón? las mujeres no fueron a trabajar y salieron a las calles a protestar. En esta paralización el 90% de las mujeres hizo huelga, algo más de 220.000 habitantes según consignó El País.

La mayoría de los periódicos tampoco pudieron imprimirse porque las tipógrafas y las secretarias eran mujeres y también habían secundado el paro.

Ante esto, muchos hombres tuvieron que tomar roles que nunca antes habían realizado. Llevaron a sus hijos al trabajo, porque no podían quedarse solos, tuvieron que preparar desayunos, almuerzos y cenas.

“La convocatoria fue un éxito. Nunca he visto nada igual. Fue una fiesta por la igualdad”, señaló Gerdur Steinthorsdottir. Fueron cerca de 25.000 las mujeres que llegaron hasta la plaza central de Reikiavik para clamar por sus derechos.

Según señaló a BBC Vigdís Finnbogadóttir “escuchábamos a los niños jugar mientras los locutores leían las noticias en la radio. Era bueno escucharlos, pues sabíamos que los hombres tenían que estar a cargo ese día”.

El argumento para realizar esta huelga era que si las mujeres paran, se para todo. Por aquel entonces, el sueldo de los hombres islandeses era un 40% más alto que el de sus compañeras y el número de mujeres en el Parlamento no superaba el 5%.

Archivo Histórico de la Mujer de Islandia
Archivo Histórico de la Mujer de Islandia

¿Y las consecuencias?

Positivas.

Este hecho cambió a la nación para siempre. “Lo que ocurrió ese día estableció el primer paso para la emancipación de las mujeres en Islandia. Paralizó el país por completo y abrió los ojos de muchos hombres”, indicó Finnbogadóttir.

Para la expresidenta y actual embajadora de buena voluntad de la Unesco, sin esta paralización masiva, ella jamás habría llegado al cargo más importante del país ni se hubiera mantenido ahí por 16 años.

Gracias a esto, muchos niños crecieron conociendo únicamente a una mujer como presidente.

“Probablemente, la mayoría de la gente subestimó el impacto de este día en aquella época; más tarde, tanto hombres como mujeres comenzaron a darse cuenta de que marcó un hito”, dijo a BBC Styrmir Gunnarsson, redactor jefe de un periódico conservador en 1975.

En 1983 para las elecciones parlamentarias se presentaron por primera vez listas compuestas sólo por mujeres. En 2000 se introdujo el permiso de paternidad remunerado tanto para hombres como mujeres, y en el 2010, Johanna Sigurdardottir asumió por primera vez el cargo de primera ministra de Islandia, siendo también la primera persona abiertamente homosexual en asumir un liderazgo gubernamental en el mundo.

Muchos años después y en pleno siglo XXI, las ciudadanas de Argentina emularían la hazaña lograda en Islandia y clamarían a grito de “ni una menos” que no tolerarían más violencia machista. En Polonia, las mujeres no fueron a trabajar y salieron a la calle vistiendo luto para poder reivindicar el derecho a decidir libremente su maternidad.

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