El Gobierno logró un acuerdo con nueve gremios de la pequeña y mediana empresa, para incluir en el proyecto de aumento del salario mínimo a $400 mil, un subsidio que permita amortiguar este reajuste.
El aporte sería de 22 mil pesos pesos por cada trabajador y trabajadora que reciba este ingreso, pero otros dirigentes -que no firmaron el documento- esperan mejorar la propuesta en la discusión legislativa.
Mañana viernes, el Gobierno debería llegar al Congreso con un proyecto de ley de reajuste al salario mínimo que lo eleva hasta $400 mil con un acuerdo que consideran sólido, incluso lo han calificado –en reiteradas ocasiones- como histórico.
La propuesta, una de las más relevantes del programa de gobierno, viene respaldada de un acuerdo con la CUT y también las pymes, que habían reclamado respecto al apoyo para poder solventar el reajuste.
Esta era una arista pendiente, de hecho, valió varios cuestionamientos y también una autocrítica del Presidente Boric. Sin embargo, hubo intensas negociaciones en el Ministerio de Economía, casi cinco horas de conversaciones donde se llegó a una fórmula de consenso.
Lo que se suscribió con nueve gremios pymes del país es un monto fijo de $22 mil que se va a entregar proporcionalmente por cada trabajador que reciba sueldo mínimo, hasta diciembre de este año.
Además del compromiso respecto de lo que queda del año, el subsidio también se extendería hasta abril del 2023, incluso se podría reajustar.
Otro punto que permitió destrabar la negociación fue un compromiso que tomó el Gobierno para trabajar junto a los gremios en materias como la reducción de jornada laboral, la ley de pago a 30 días, acceso a créditos y evaluar refinanciamiento para créditos Fogape.
Esta apertura al diálogo fue lo que más destacaron los gremios, tal como lo señalan Rodrigo Bon, de ProPyme y Marcos Rivas, de Asech.
Pero, aunque fueron nueve los gremios que firmaron este acuerdo, hubo otros que formaron parte de la conversación y no lo suscribieron. Por ejemplo, la Multigremial Nacional de Emprendedores, donde su presidente Juan Pablo Swett no quedó conforme con la fórmula.
Dijo que esto no asegura un esfuerzo significativo del Gobierno, si se compara con lo que se había conversado en semanas previas, y era que el Ejecutivo absorbiera el reajuste real, restando la inflación.
Caso similar es el de la Federación de Empresas del Turismo, donde su presidenta, Helen Kouyoumdjian, de hecho, se retiró bastante temprano de esta reunión. Ellos, dice, no están en condiciones de entrar en esta discusión dado el contexto económico.
La mitad del trabajo está hecho, pero va a restar todavía una discusión importante en el Congreso, donde hay reparos sobre la cobertura de las medidas de canasta básica y también habrá una intención de mejorar este acuerdo por parte de algunos dirigentes.