Llegó el esperado informe final de la Fiscalía Nacional Económica, después de un año de trabajo y de conocer las conclusiones preliminares en octubre, ratificaron las críticas y advertencias sobre la forma en que hoy está funcionando el mercado del gas.
Gas licuado de cilindros y gas natural. En ambos casos, la FNE detectó una falta de competencia importante que, según dicen, es urgente corregir, a través de modificaciones regulatorias.
¿Por qué? Porque existe concentración de actores a nivel horizontal, y también integración vertical. Eso se traduce en sobreprecios de hasta 20%, pero si se toman las recomendaciones, se puede evitar.
¿Cuáles son? Prohibir la participación de mayoristas en la distribución y un mejor cálculo de la rentabilidad en el caso del gas natural.
Parte de esas recomendaciones las va a recoger el Gobierno, en un proyecto de ley, según garantizó el ministro Juan Carlos Jobet.
De todas formas, esto no se termina acá. Abre un espacio de dudas respecto a cómo han actuado las empresas. El presidente de Odecu, Stefan Larenas, por ejemplo, alude a lo que ocurrió con Lipigas.
En ese sentido, dice que esto no puede quedar acá, y se debe investigar la existencia de alguna colusión.
Juan Pablo Montero, economista que asesoró a la FNE en esta materia, descartó que se pueda llegar a esa conclusión.
Lo que sí sabemos es que en la arista legislativa se va a abrir un flanco importante. Las empresas dicen que la FNE no hizo bien los cálculos, que NO existen tales sobreprecios y que sería contraproducente sacarlos de la distribución.
Esa postura se va a tener que enfrentar a la de los parlamentarios, que han impulsado proyectos como gas a precio justo y otros. El diputado DC, Miguel Ángel Calisto dice que se requiere intervención de precios.
Hay una ofensiva importante de las empresas, de hecho, hoy se anunciará nuevamente un convenio para entregar tickets de descuento.