Hemos revisado largamente las proyecciones que hay sobre la actividad económica para el año 2022, donde todo indica que va a ser un periodo muy desafiante, y eso también se refleja en las cifras de empleo.
Hay temas que están sobre la mesa como la informalidad, el empleo femenino o la inactividad que suponen riesgos importantes para la recuperación, pese a que en términos globales las cifras sean buenas.
La última Encuesta de Empleo UC dice que la tasa de ocupación está en 55,1%, se mantienen los niveles del mes previo y no estamos tan lejos del 58%, que era la tasa pre pandemia.
De hecho, se han recuperado un 89% de los 2,4 millones de puestos de trabajo que llegaron a perderse durante el año pasado. Pero la tarea no está hecha, los niveles de empleo son similares a la crisis del 2008.
La población en edad de trabajar ha aumentado, y por lo tanto se requiere sumar más o menos 550 mil nuevos puestos de trabajo. Para el próximo gobierno, la gradualidad podría ser un factor clave, según el diagnóstico de David Bravo, quien dice que el empleo es el centro.
Bajo este escenario, con un 2021 prácticamente jugado, claramente la atención está sobre el programa del gobierno entrante. Se plantean temas como un aumento del sueldo mínimo a 500 mil pesos, en forma escalonada y gradual, o la reducción de la jornada laboral.
¿Por qué se habla de gradualidad? Porque en una economía que se va a estar enfriando, con niveles de consumo que van a caer y la estrechez fiscal limita la acción del Estado, un arma central puede ser la inversión.
En el contexto de las “señales” que puede dar el presidente electo al sector privado, el economista y académico de la Universidad de Chile, Joseph Ramos advierte que estas medidas no ayudan en 1ra etapa.
Por otra parte, hay quienes tienen confianza en las señales de moderación, responsabilidad y realismo que ha estado entregando Gabriel Boric, reconociendo que estas medidas tienen costo económico.
Así lo dice, por ejemplo, Juan Bravo, del OCEC UDP, quien también cree que el crecimiento es lo central, pero se puede mitigar efectos.
Un punto donde hay consenso es en la extensión del IFE Laboral. Hoy está vigente hasta marzo, y se ha deslizado la opción de mantenerlo. Esta herramienta ha servido, y de hecho más de la mitad de los empleos que se han recuperado son formales, en mayor proporción que independientes.
Ese punto lo destacó el ministro del Trabajo, Patricio Melero quien dice que esto da buenas señales para el 2022.
El IFE Laboral estará vigente hasta marzo, ayudando el dinamismo del empleo, donde todavía hay 648 mil personas desalentadas, con la duda de si habrá plazas laborales para emplearlas.