Las redes de cibercrimen en la actualidad operan como organizaciones estructuradas con jerarquías, reglamentos y soportes técnicos, dejando atrás la imagen del hacker solitario.
En el Podría Ser Peor conversamos con el jefe de cibercrimen metropolitano de la PDI, el subprefecto Gerardo Raventós, quien afirmó que estas estructuras se organizan según habilidades y su objetivo central es la recaudación de fondos ilícitos.
Además, agregó que las organizaciones criminales se disgregan cuando sienten la persecución penal y, aunque se comparen con empresas, carecen de principios como responsabilidad y ética.
Raventós explicó que la transnacionalidad y el trabajo remoto dificultan dimensionar cuántas bandas operan en Chile.
También hizo un llamado a desconfiar de ofertas financieras fuera de lo habitual, no entregar claves ni coordenadas y no abrir links desde correos o mensajes desconocidos.
Finalmente, recalcó que los delincuentes extraen información en las primeras interacciones y llamó a usar siempre los canales oficiales de bancos para evitar fraudes.