Dos mujeres de nacionalidad venezolana fueron detenidas por la PDI por su presunta participación en trata de personas.
Las mujeres habrían contactado a otra joven de 23 años de la misma nacionalidad, para que trabajara como niñera en Chile. La víctima llegó con su hija de 3 años al país para esa ocupación, sin embargo, poco después de su arribo todo cambió.
La joven venezolana fue obligada a ejercer el comercio sexual en Rancagua, mientras las mujeres mantenían a la niña de 3 años retenida en la capital.
De esto y mucho más habló el subprefecto José Contreras, jefe de la Brigada de Trata y Tráfico de Personas Metropolitana de la PDI.
“Esto es bastante más regular de lo que uno cree y piensa. Siempre hay seres humanos que tienden a abusar de otros cuando se encuentran en situaciones de vulnerabilidad”.
“Chile tiene un buen sistema de persecución en términos de este delito en particular. La Convención de Palermo nos obligó como país a modernizar las herramientas legal para la persecución de este delito”.
“Las personas imputadas son de la misma nacionalidad que la víctima, venezolanas, dos mujeres de 28 y 31 años. Falta todavía localizar a un sujeto que está pendiente de ubicación”.
“Se trata de connacionales que abusaron de esta situación de vulnerabilidad”.
“Claramente a esta joven cuando se le oferta este trabajo para venir a Chile, es por una situación de mejora en su calidad de vida. Sin embargo, llegando acá se le cambian las condiciones y se le exige que trabaje en un oficio que no habían acordado”.
“Estando con su hija, la obligan a ejercer labores de comercio sexual en una ciudad distinta a donde estaba su hija, que estaba en la Región Metropolitana al cuidado de estas personas. Luego, le dicen que si ella no cumple con las instrucciones, ella tenía que pagarle 6 millones de pesos por el viaje desde Venezuela a Chile”.
Revisa a José Contreras, jefe de la Brigada de Trata y Tráfico de Personas Metropolitana de la PDI.