Un día como hoy, 25 de enero, pero hace 80 años, murió el estadístico francés René Carmille, reconocido como el primer hacker de la historia, quien salvó miles de vidas durante la ocupación nazi al sabotear las tarjetas perforadas para identificar a los judíos.
El sabotaje al censo nazi
René Carmille, nacido en 1886 en Francia, ingresó a los 20 años a estudiar en la Escuela Politécnica Militar donde se especializó en artillería. Tras participar en la Primera Guerra Mundial, en 1924, se incorporó al área administrativa del ejército francés, donde promovió el uso de la mecanografía de las tarjetas perforadas para la gestión de datos.
Durante la Segunda Guerra Mundial, con la instauración del Tercer Reich en Alemania, el gobierno nazi puso en marcha un ambicioso censo que incluía, por primera vez, el registro de la religión de cada ciudadano, extendiendo esta información hasta los abuelos de los individuos. Esto tenía como objetivo principal identificar a los judíos para su posterior persecución. Las tarjetas perforadas de IBM, un invento estadounidense de fines del siglo XIX, fueron fundamentales para procesar esta vasta cantidad de datos.
Cuando los nazis ocuparon Francia en 1940, ordenaron hacer un censo nacional y asignaron la labor de computar los datos en las tarjetas perforadas, a Carmille. Al reconocer el peligro que representaba la recopilación de dichos datos, decidió hackear el sistema, reprogramando las máquinas para omitir la columna que registraba la religión, evitando que los nazis pudieran identificar a los judíos. Durante casi tres años lograron mantener este sabotaje, logrando salvar miles de vidas.
Los nazis, al darse cuenta de este error sistemático en las tarjetas, identificaron a Carmille como el responsable. En 1944, fue detenido y torturado por la Gestapo para luego ser deportado al campo de concentración de Dachau, donde falleció de tifus en 1945, a los 59 años.