Un día como hoy, 24 de enero, pero hace 121 años, murió Juana López, cantinera, enfermera y heroína de la Guerra del Pacífico.
Entre el olvido y la gloria
Nacida en Valparaíso en 1845, Juana López no dudó en seguir a su familia hacia los frentes de combate cuando comenzó la Guerra del Pacífico en 1879. Así, se integró al Batallón 2º de Valparaíso. En la batalla de Dolores perdió a su esposo y dos de sus hijos y un año más tarde perdió al tercero en la expedición Lynch. A pesar de la tragedia personal, Juana continuó luchando como enfermera y cantinera, participando en distintos combates y batallas, como en Antofagasta, Pisagua, San Francisco, Tacna, Chorrillos, Miraflores y la ocupación de Lima.
A lo largo de la guerra, se destacó no solo por su rol de apoyo, sino también por su valentía en combate. En un hecho memorable, arrebató una espada a un oficial enemigo y le dio muerte durante una de las batallas. Tras la guerra, fue condecorada con medallas por su participación en la campaña de Lima y la batalla de Huamachuco, además de una entregada por la Municipalidad de Valparaíso. Aun así, las injusticias y olvidos del Estado respecto a su sacrificio y el de otras mujeres que combatieron quedaron reflejadas en su escasa pensión y el desdén por parte del gobierno.
A los 60 años, Juana López murió en la pobreza y fue enterrada en el Cementerio General de Santiago en una tumba sin reconocimiento. Sin embargo, en años posteriores, gracias a la intervención de su hija Ceferina Vargas y un periodista, su tumba fue restaurada con una lápida de mármol que recordaba su heroico legado. Hoy, su sable de guerra se conserva en el Museo Histórico Nacional destacando el fundamental y olvidado rol que desempeñaron las mujeres en la defensa del país.
En este video, Nibaldo Mosciatti nos cuenta más acerca de la vida de este personaje histórico.