Un día como hoy, pero en 1928, perdió por nocaut el boxeador chileno Quintín Romero, en México. Peleó contra el español Paulino Uzcudun en el campeonato latinoamericano y estando ambos en la categoría peso pesado.
En 1893, en San Félix, nació Quintín de los Santos Romero Rojas. Comenzó sus estudios en Vallenar, no obstante, tuvo que abandonarlos para comenzar a trabajar en una compañía salitrera.
Luego, trabajó en el ferrocarril de la zona de Puerto Huasco. Debido a su labor, terminó llegando a Antofagasta, donde fue descubierto, es decir, su tamaño y su fuerza eran aptos para competir de forma amateur como peso pesado, ya que medía 1 metro 85 y pesaba 85 kilos.
Inicios en el boxeo:
En 1922, cuando Quintín tenía 29 años, comenzó a entrenar como boxeador, y su primer entrenador fue Manuel Bastias. Al principio competía en Antofagasta e Iquique, pero pronto se quedó sin contrincantes en la zona, así que se fue a Valparaíso.
Empezó a entrenar con Jack Martínez, quien se volvió su manager, y después de varios encuentros, se trasladó a Santiago, lugar en el que comenzó a entrenar más conscientemente, junto a Felipe Zúñiga.
En el año 1921, realizó cinco peleas con Alex Rely, un boxeador peruano que vivía en Chile desde 1919, y quien tenía mucho éxito en las carteleras. Romero perdió los primeros dos encuentros por puntos, pero ganó el tercero por nocaut y los últimos dos terminaron en empate.
Reconocimiento por sus triunfos:
Gracias a las victorias de Quintín, se posicionó como una figura importante en el boxeo nacional, lo que lo terminó dirigiendo a Francia. Allí tuvo tres combates en seis meses, ganándolos todos por nocaut, y con ese éxito, fue catapultado hasta Estados Unidos.
Después de acumular triunfos en Estados Unidos (1924), la revista The Ring lo catalogó como uno de los aspirantes al título que, en ese momento, se encontraba en poder del boxeador estadounidense Jack Bernstein, aunque jamás le dieron la oportunidad de pelear por él hasta que su capacidad disminuyó.
La carrera de Quintín comenzó a decaer (1925), pues perdió en diversos encuentros que se llevaron a cabo en Estados Unidos. En ese mismo sentido, se leyó en un diario español, llamado “La Vanguardia”, que le faltó inteligencia al administrar sus fondos.
Lamentablemente, Romero se vio víctima de sus entrenadores que, muchas veces, le hicieron combatir con el objetivo de pagar sus gastos, sin importar el resultado. Eso, sumado a los muchos viajes, las derrotas y nuevos negocios, lo obligó a retirarse por salud. A mediados de 1925, ya no tenía manager ni entrenador.
Realizó un corto viaje a México para dos peleas, siendo una de ellas contra Paulino Uzcudun, en 1928, la cual perdió por Nocaut.
Últimas batallas:
Debido a la cancelación de su licencia por una fractura en el esternón(1930), regresó a Chile, donde realizó sus últimos combates, logrando dos empates y sufriendo dos derrotas. El último fue el 12 de diciembre de 1931, en el lugar donde inició su carrera: Antofagasta. Ahí logró un empate con el local, Carlos Carmona.
Fue instructor de boxeo en el ejército (1941), y más tarde, se mudó a Antofagasta, lugar en el que Quintín Romero, boxeador chileno que viajó por muchos países para desarrollar su carrera, falleció, un 25 de julio de 1972.
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