El 8 de mayo de 1928 nació en Ginebra, Suiza, el filántropo y fundador de la Cruz Roja, Henry Dunant.
Este capitalista y banquero militó en su juventud en movimientos cristianos y con un grupo de amigos fundó la Asociación del Jueves compuesta por jóvenes que se reunía para estudiar la Biblia y ayudar a los pobres.
También participó en la creación de la Asociación Cristiana de Hombres Jóvenes pero de igual forma fue comerciante y así en el año 1856 creo un negocio con ramificaciones en las colonias extranjeras.
Recibió una concesión de tierras en Argelia ocupada por los franceses y allí decidió montar una compañía de cultivo y comercio de maíz. Sin embargo, la tierra y los derechos sobre el agua, no se asignaron correctamente por lo que Dunant decidió apelar directamente al emperador francés, quien era Napoleón III y estaba con su ejército en Lombardía.
En ese entonces Francia luchaba contra Austria que ocupaba gran parte de Italia. Los cuarteles de Napoleón se ubicaban en la pequeña ciudad de Solferino y hasta allí viajó Dunant para encontrarse con el emperador en persona.
Lo que se encontró fue con un valle desolado y completamente lleno de heridos desatendidos con más de 38 mil hombres.
Tras esta masacre organizó de inmediato la compra de lo que se necesitaba y levantó hospitales de campaña. Además convenció a la población para que atendiese a los heridos y consiguió la liberación de médicos austriacos capturados por los franceses.
Posteriormente se lanzó una campaña de sensibilización de los gobiernos y la opinión pública sobre los sufrimientos de los heridos de guerra, consiguiendo en 1863 la fundación de un servicio sanitario neutral para actuar en los campos de batalla.
Se trataba de la Cruz Roja Internacional e iba atender a los heridos sin distinción al bando al cual pertenecen.
La dedicación a esta causa lo hizo descuidar sus negocios y quedó totalmente arruinado en 1867 teniendo que abandonar Suiza perseguido por sus deudores.
Finalmente se refugió en Francia donde Napoleón III lo ayudó y en 1887 regresa a Suiza para ser tratado de múltiples enfermedades viviendo recluido en un sanatorio hasta su muerte en el año 1910.
Dunant fue reconocido como el primer Premio Nobel a la Paz, que fue otorgado el año 1901 y lo recibió junto al fundador y presidente de la primera sociedad francesa de la paz, Frédéric Passy.