El 26 de diciembre de 1553 se produjo el Combate de Elicura, entre españoles y mapuches.
El hecho se remonta al 23 de diciembre de ese mismo año cuando Pedro de Valdivia salía del Fuerte de Arauco rumbo a Tucapel para reconstruir ese fuerte que se había incendiado.
En paralelo ordenó que se le unieran allí algunos soldados de Purén y su capitán Juan Gómez de Almagro.
Cabe recordar, que Valdivia terminó muerto el 25 de diciembre en la batalla de Tucapel, por lo tanto el encuentro no pudo ser posible.
Gómez de Almagro entonces, después del recado que había recibido de Valdivia partió de Purén a Tucapel distante a unos 60 kilómetros al norte. Lo hizo la noche del 25 con 13 soldados que había elegido más unos indios auxiliares.
En toda la travesía de la Cordillera de Nahuelbuta no divisó aborígenes pero la mañana del 26 de diciembre al llegar al valle de Elicura, en la entrada sur al Lago Lanalhue en Arauco, se encontró con mapuches armados que celebraban la victoria que era la derrota a Pedro de Valdivia.
Gómez de Almagro se abrió paso con su lanza y consiguió llegar a las inmediaciones del fuerte. Durante el trayecto los indios le gritaban que se rindiesen porqué ya había muerto el Gobernador y todos sus soldados.
Los 14 jinetes llegaron hasta el fuerte de Tucapel y se desmontaron para reponer sus caballos pero de inmediato varios escuadrones de mapuches los acometieron con tanto impetu que apenas alcanzaron a montar a caballo.
El combate duró hasta la puesta del sol, estaban muy fatigados y todos heridos pero durante la noche lograron abrirse paso para huir.
Pese a que la batalla no había concluido tuvieron que seguir peleando durante el camino en donde uno tras otro fueron cayendo. Los 8 sobrevivientes al llegar al Valle de Elicura se dividieron en dos grupos.
Tras ya no contar con caballo y para salvar a sus compañeros, Gómez de Almagro optó por sacrificarse y los instó a escapar para que sobrevivieran.
Dos horas antes del amanecer los sobrevivientes llegaron al Fuerte de Purén, cubiertos de heridas, sangre y de polvo. En tanto, los pobladores del lugar a percatarse del riesgo de una invasión decidieron partir a Imperial.
A tres leguas del fuerte los alcanzó un Yanacona de Juan Morán y les dio el recado de un español herido que estaba cerca a Purén.
Pedro de Avendaño, Martín de Aricias, Alonso Coronas, Antonio Gutiérrez de San Juan y Alonso Riera partieron a recogerlo. Llegaron al Fuerte que ya ardía pero no lo encontraron, luego Gómez de Almagro apareció con vida.