Tomás Cisternas: de Shumeikers a "Gafas"

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Desde que se inició como dibujante e ilustrador, Tomás Cisternas, premiado publicista, ha sido conocido como Shumeikers. Todo a causa del éxito de sus historietas, donde circulan cuerpos y cabezas cuadradas sin nombre definido. Pero dice que se empezó a cansar de los temas amorosos que abordaba. Y apareció entonces “Gafas. Estuve muerto y otros relatos” (Reservoir Books), nueve cuentos gráficos, llenos de personajes melancólicos, solitarios, misteriosos. Historias que, en sus palabras, “nos cuentan que la muerte es algo cotidiano”.
En “Del Fin del Mundo”, de BioBio TV , le contó a Ana Josefa Silva y Marco Antonio de la Parra de su afición por el jazz de New Orleans, la música de Bob Dylan y Henry Mancini. Que leyó cientos de “Condorito” en casa de una tía, siendo niño; que descubrió al Quino post “Mafalda” en el consultorio del dentista; y que a los 18 años, trabajando en Dulces La Ligua en Coquimbo, recortaba las historietas de Calvin y Hobbes que aparecían en los diarios. Ya estudiando Publicidad empezó a comprar libros de Liniers.
En cine, dice que le encanta Woody Allen y el arte de Wes Anderson y Akira Kurosawa. Y su máxima fascinación: Van Gogh.
De cómo surgió “Gafas”, sus cómics favoritos y su próximo proyecto habló en “Del Fin del Mundo”.

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Desde que se inició como dibujante e ilustrador, Tomás Cisternas, premiado publicista, ha sido conocido como Shumeikers. Todo a causa del éxito de sus historietas, donde circulan cuerpos y cabezas cuadradas sin nombre definido. Pero dice que se empezó a cansar de los temas amorosos que abordaba. Y apareció entonces “Gafas. Estuve muerto y otros relatos” (Reservoir Books), nueve cuentos gráficos, llenos de personajes melancólicos, solitarios, misteriosos. Historias que, en sus palabras, “nos cuentan que la muerte es algo cotidiano”.
En “Del Fin del Mundo”, de BioBio TV , le contó a Ana Josefa Silva y Marco Antonio de la Parra de su afición por el jazz de New Orleans, la música de Bob Dylan y Henry Mancini. Que leyó cientos de “Condorito” en casa de una tía, siendo niño; que descubrió al Quino post “Mafalda” en el consultorio del dentista; y que a los 18 años, trabajando en Dulces La Ligua en Coquimbo, recortaba las historietas de Calvin y Hobbes que aparecían en los diarios. Ya estudiando Publicidad empezó a comprar libros de Liniers.
En cine, dice que le encanta Woody Allen y el arte de Wes Anderson y Akira Kurosawa. Y su máxima fascinación: Van Gogh.
De cómo surgió “Gafas”, sus cómics favoritos y su próximo proyecto habló en “Del Fin del Mundo”.