En Causa y efecto conversamos de las nuevas alertas sobre la crisis del sistema judicial, tomando como punto de partida casos recientes (desde jugadores envueltos en apuestas ilegales hasta el imputado por el triple crimen de La Reina encontrando un teléfono en la cárcel) para mostrar que el problema atraviesa todos los niveles.
Se cuestionó cómo, durante años, la clase política priorizó afinidades y redes personales al momento de nombrar autoridades judiciales, dejando de lado la probidad, y cómo esa lógica explica parte del deterioro actual.
La discusión también apuntó al rol del Senado frente a la acusación constitucional contra Antonio Ulloa, advirtiendo que la votación del lunes será observada de cerca en plena crisis institucional.
La conversación se detuvo en la audiencia del caso, donde el Ministerio Público describió vínculos entre poder político, judicial y redes privadas, confirmados en cumpleaños, reuniones y escuchas telefónicas que exhiben cercanía impropia entre magistrados, notarios, abogados y operadores.
Finalmente se mencionaron nombres que se repiten hace años en pasillos judiciales, junto a filtraciones y favores que minan la confianza pública.