Causa y Efecto: a los parlamentarios "les sale gratis" acertar, equivocarse o sobregirar su rol

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Diputados de RN, tras la acusación constitucional a la Ministra del Interior Carolina Tohá, consideraron hacer lo mismo con el Presidente Boric, pero finalmente retrocedieron, evidenciando fragmentación en la oposición. Surge la inquietud sobre la falta de mecanismos para fiscalizar a los parlamentarios, quienes gozan de impunidad en decisiones y gastos, como se observa en el Senado al mantener en secreto sus erogaciones en asesorías. Existe un vacío en cómo exigir responsabilidad a los legisladores, permitiendo promesas incumplidas y acciones contradictorias.

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Tras la acusación constitucional presentada por el Partido Republicano en contra de la Ministra del Interior Carolina Tohá al inicio de esta semana, diputados de RN anunciaron que pretendían hacer lo mismo con el Presidente Boric.

No obstante, tras una serie de desacuerdos y recriminaciones en el sector, decidieron dar “pie atrás” con esta acción. Este fallido libelo demostró fragmentación y dificultad en la oposición para definir estrategias políticas y marcar un rumbo.

Pareciera que esto fue una idea de la bancada, que surgió en un almuerzo o reunión, y no lo consultaron con nadie. Quisieron probar “si había agua en la piscina”.

A raíz de esta situación, se podría plantear lo siguiente. En el Poder Ejecutivo y en el Judicial, existen las acusaciones y severas instancias de fiscalización. Pero en el caso de los parlamentarios, ¿Qué espacio existe para poder reprocharlos?

A los parlamentarios “les sale gratis el hacer o no hacer”; el acertar, equivocarse, o “sobregirar su rol”. Por otra parte, la ciudadanía es responsable de evaluar su desempeño y de elegirlos, aunque muchas veces, se olvida de ciertas situaciones.

“Les está saliendo muy fácil”

Por ejemplo, el Senado se negó a transparentar y hacer público sus gastos en asesorías. Esto va más allá de una responsabilidad política; se trata de hacer buen uso de recursos públicos.

Teóricamente, hay gente dentro del parlamento, de las comisiones que se dedica a revisar el presupuesto, pero contratan a gente externa para que les diga cómo gastar “la plata”. Es un verdadero derroche.

Hay un vacío con respecto a cómo “sacarle en cara” la responsabilidad a los parlamentarios. En ese escenario, le está saliendo muy fácil a los políticos el prometer algo y no cumplirlo, o decir algo y hacer lo contrario.

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Diputados de RN, tras la acusación constitucional a la Ministra del Interior Carolina Tohá, consideraron hacer lo mismo con el Presidente Boric, pero finalmente retrocedieron, evidenciando fragmentación en la oposición. Surge la inquietud sobre la falta de mecanismos para fiscalizar a los parlamentarios, quienes gozan de impunidad en decisiones y gastos, como se observa en el Senado al mantener en secreto sus erogaciones en asesorías. Existe un vacío en cómo exigir responsabilidad a los legisladores, permitiendo promesas incumplidas y acciones contradictorias.

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Tras la acusación constitucional presentada por el Partido Republicano en contra de la Ministra del Interior Carolina Tohá al inicio de esta semana, diputados de RN anunciaron que pretendían hacer lo mismo con el Presidente Boric.

No obstante, tras una serie de desacuerdos y recriminaciones en el sector, decidieron dar “pie atrás” con esta acción. Este fallido libelo demostró fragmentación y dificultad en la oposición para definir estrategias políticas y marcar un rumbo.

Pareciera que esto fue una idea de la bancada, que surgió en un almuerzo o reunión, y no lo consultaron con nadie. Quisieron probar “si había agua en la piscina”.

A raíz de esta situación, se podría plantear lo siguiente. En el Poder Ejecutivo y en el Judicial, existen las acusaciones y severas instancias de fiscalización. Pero en el caso de los parlamentarios, ¿Qué espacio existe para poder reprocharlos?

A los parlamentarios “les sale gratis el hacer o no hacer”; el acertar, equivocarse, o “sobregirar su rol”. Por otra parte, la ciudadanía es responsable de evaluar su desempeño y de elegirlos, aunque muchas veces, se olvida de ciertas situaciones.

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Por ejemplo, el Senado se negó a transparentar y hacer público sus gastos en asesorías. Esto va más allá de una responsabilidad política; se trata de hacer buen uso de recursos públicos.

Teóricamente, hay gente dentro del parlamento, de las comisiones que se dedica a revisar el presupuesto, pero contratan a gente externa para que les diga cómo gastar “la plata”. Es un verdadero derroche.

Hay un vacío con respecto a cómo “sacarle en cara” la responsabilidad a los parlamentarios. En ese escenario, le está saliendo muy fácil a los políticos el prometer algo y no cumplirlo, o decir algo y hacer lo contrario.