Hoy son muy pocos los debates políticos que se zanjan en virtud de la primacía de la soberanía nacional. Por el contrario, parte de la izquierda y la derecha están de acuerdo en que, por ejemplo, la resolución de determinados asuntos contenidos en tratados internacionales ratificados por Chile y que se encuentren vigentes sean resueltos por tribunales internacionales cuyas reglas, integrantes y procedimientos muchas veces ni siquiera han sido aprobados por nuestro Congreso Nacional. Al mismo tiempo, permitimos con relativa facilidad que empresas de propiedad de estados extranjeros adquieran compañías destinadas a satisfacer servicios públicos estratégicos. La soberanía y seguridad nacionales, la libertad para desarrollar actividades económicas y el derecho de los chilenos a pensar y decidir sobre nuestro futuro es y debe ser exclusivamente nuestro. Por estas razones, entre otras, te invito a revisar esta video columna.