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La crisis de la democracia en las sociedades actuales ha generado debate a nivel global, con un declive en el respaldo popular a los regímenes democráticos. Problemas como el populismo, la falta de representatividad en los gobiernos y la lentitud en la toma de decisiones han sido señalados como causas principales. Sin embargo, aspectos menos mencionados como la obsolescencia de instituciones democráticas y la falta de adaptación a la complejidad del mundo actual también influyen en esta crisis. Daniel Innerarity aborda estos temas en su libro "Una teoría de la democracia compleja", que destaca la importancia de repensar y adaptar la democracia a los desafíos contemporáneos.
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Desde hace algún tiempo se discute en los distintos continentes sobre la crisis que estaría enfrentando la democracia en las sociedades actuales. La discusión es, simultáneamente, intelectual y práctica, y se refleja en la disminución del respaldo popular a los regímenes democráticos.
Los problemas derivarían no solo del auge del populismo, sino también de la falta de representatividad de los gobiernos o las asambleas legislativas; de las restricciones a laparticipación de la ciudadanía, así como de la lentitud de los sistemas para resolver ciertos desafíos que se le presentan. Sin embargo, hay otros aspectos que permanecen más ignorados o silenciados, y que tienen tanta o más relevancia: uno de ellos es la vigencia de un sistema que conserva aprobación intelectual y ciudadana, como es la democracia, pero con instituciones concebidas para tiempos pasados; otro es la falta de comprensión o de adaptación a la evidente complejidad del mundo actual. Estos últimos temas son, precisamente, los que aborda Daniel Innerarity en Una teoría de la democracia compleja, (Barcelona, Galaxia Gutenberg, 2020), 446 páginas