Si el Presidente y su coalición de Gobierno quieren tener credibilidad frente a la ciudadanía respecto a su compromiso contra de la delincuencia y la inseguridad, deberán no solo dar meras declaraciones, sino que realizar un verdadero mea culpa por errar en el diagnóstico, por haber sido irresponsables con las declaraciones e incluso insultos a las distintas instituciones de seguridad; pero, sobre todo, por sus anteriores acciones que afectaron el orden público del país.