Jodorowsky regresa al Festival de Cannes con retrato de la bohemia santiaguina de los 50

Archivo | Luis Vergara (RBB)
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El cineasta y psicomago Alejandro Jodorowsky retorna al festival de cine más importante del mundo con “Poesía sin fin”, continuación autobiográfica de “La danza de la realidad”. Esta vez, narra sus recuerdos del Santiago de su juventud, retrata a artistas y poetas que dejaron huella en su vida y revela cómo se despertó su interés por salir del Chile.

Por Felipe Cornejo C.

No fue fácil para Alejandro Jodorowsky, nacido en Tocopilla hace 87 años, llevar adelante este proyecto cinematográfico que relata la última parte de su vida en Chile, al comienzo de los años 50.

El cineasta y psicomago contaba esta vez con el respaldo que le dio la entusiasta y casi unánime recepción de la crítica internacional a “La danza de la realidad” (estrenada en el Festival de Cannes 2013) y eso auguraba que los fondos para llevar adelante el siguiente proyecto serían más accesibles. Pero nuevamente la búsqueda de recursos e inversionistas fueron una parte importante del desarrollo del filme.

A mediados de febrero de 2015, Jodorowsky confirmó su intención de rodar esta secuela, y aseguró que el presupuesto total bordeaba los tres millones de dólares. Con el fin de recaudar esta cantidad de dinero, abrió una cuenta de ‘crownfunding’ en la red Kickstarter y pidió directamente ayuda a sus seguidores en redes sociales para financiar la película.

Incluso, como una forma de agradecer el respaldo, el cineasta dio a cambio “dinero poético”, que son billetes que traen su foto y en el dorso tienen impreso un poema original del realizador.

Ese financiamiento colectivo fue el punto de partida para que Jodorowsky regresara a Chile y, en el invierno de 2015, iniciara el rodaje de “Poesía sin fin”, que es una directa continuación de donde quedó “La danza de la realidad”.

En este nuevo filme, Jodorowsky relata cómo dejó atrás su natal Tocopilla para instalarse con su familia en la capital, en busca de un nuevo camino y en un Santiago ya casi totalmente desaparecido, el de los años 40 y 50 del siglo pasado, donde no eran los automóviles sino los poetas y artistas los que predominaban en los alrededores del Parque Forestal y el barrio Brasil.

En esta narrativa autobiográfica, Alejandro Jodorowsky evocará su amistad con Nicanor Parra, Stella Díaz Varín y Enrique Lihn, con quienes su relación gira y vive en torno a la creación, imaginación y a la acción poética.

Adiós, Santiago querido

La película fue rodada en la capital en un periodo de tres meses, en locaciones situadas en los tradicionales barrios de Matucana, Recoleta y el Parque Forestal, con un elenco encabezado por sus hijos Brontis y Adán Jodorowsky. La soprano Pamela Flores, que interpretó a Sara -la madre del cineasta- en ‘La danza de la realidad’, retomó ese rol, al tiempo que interpretara también a Stella Díaz, a quien Jodorowsky describe como ‘feroz poetisa pelirroja’ y quien falleció en 2006.

Casi al finalizar el rodaje, en agosto pasado, Jodorowsky hizo un llamado por las redes sociales para que sus seguidores asistieran al Teatro Caupolicán para participar de una de las últimas escenas del filme. En la ocasión se congregaron más de cinco mil personas y el cineasta destacó que no se trataba de una convocatoria de “extras” sino de “participantes de la acción, porque quiero realizar un acto de piscomagia colectiva, donde se vea una multitud conciente solucionando sus problemas”, aseguró.

El proceso de postproducción se realizó en el extranjero, sobre todo el París, Francia, ciudad donde el cineasta reside desde 1953 y donde recibió la noticia de que “Poesía sin fin” fue invitada oficialmente a formar parte de la Quincena de los Realizadores, lo que sella su regreso al Festival de Cannes, instancia donde el 2013 presentó “La Danza de la Realidad”.

Será probablemente el próximo 16 de mayo (fecha por confirmar) que su más reciente producción verá la luz en el festival más prestigioso y reconocido del planeta; un filme donde Alejandro Jodorowsky recupera la bohemia perdida de Santiago y reivindica la poesía, lo mágico y el crecimiento interior como pilares de su vida.

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El cineasta y psicomago Alejandro Jodorowsky retorna al festival de cine más importante del mundo con “Poesía sin fin”, continuación autobiográfica de “La danza de la realidad”. Esta vez, narra sus recuerdos del Santiago de su juventud, retrata a artistas y poetas que dejaron huella en su vida y revela cómo se despertó su interés por salir del Chile.

Por Felipe Cornejo C.

No fue fácil para Alejandro Jodorowsky, nacido en Tocopilla hace 87 años, llevar adelante este proyecto cinematográfico que relata la última parte de su vida en Chile, al comienzo de los años 50.

El cineasta y psicomago contaba esta vez con el respaldo que le dio la entusiasta y casi unánime recepción de la crítica internacional a “La danza de la realidad” (estrenada en el Festival de Cannes 2013) y eso auguraba que los fondos para llevar adelante el siguiente proyecto serían más accesibles. Pero nuevamente la búsqueda de recursos e inversionistas fueron una parte importante del desarrollo del filme.

A mediados de febrero de 2015, Jodorowsky confirmó su intención de rodar esta secuela, y aseguró que el presupuesto total bordeaba los tres millones de dólares. Con el fin de recaudar esta cantidad de dinero, abrió una cuenta de ‘crownfunding’ en la red Kickstarter y pidió directamente ayuda a sus seguidores en redes sociales para financiar la película.

Incluso, como una forma de agradecer el respaldo, el cineasta dio a cambio “dinero poético”, que son billetes que traen su foto y en el dorso tienen impreso un poema original del realizador.

Ese financiamiento colectivo fue el punto de partida para que Jodorowsky regresara a Chile y, en el invierno de 2015, iniciara el rodaje de “Poesía sin fin”, que es una directa continuación de donde quedó “La danza de la realidad”.

En este nuevo filme, Jodorowsky relata cómo dejó atrás su natal Tocopilla para instalarse con su familia en la capital, en busca de un nuevo camino y en un Santiago ya casi totalmente desaparecido, el de los años 40 y 50 del siglo pasado, donde no eran los automóviles sino los poetas y artistas los que predominaban en los alrededores del Parque Forestal y el barrio Brasil.

En esta narrativa autobiográfica, Alejandro Jodorowsky evocará su amistad con Nicanor Parra, Stella Díaz Varín y Enrique Lihn, con quienes su relación gira y vive en torno a la creación, imaginación y a la acción poética.

Adiós, Santiago querido

La película fue rodada en la capital en un periodo de tres meses, en locaciones situadas en los tradicionales barrios de Matucana, Recoleta y el Parque Forestal, con un elenco encabezado por sus hijos Brontis y Adán Jodorowsky. La soprano Pamela Flores, que interpretó a Sara -la madre del cineasta- en ‘La danza de la realidad’, retomó ese rol, al tiempo que interpretara también a Stella Díaz, a quien Jodorowsky describe como ‘feroz poetisa pelirroja’ y quien falleció en 2006.

Casi al finalizar el rodaje, en agosto pasado, Jodorowsky hizo un llamado por las redes sociales para que sus seguidores asistieran al Teatro Caupolicán para participar de una de las últimas escenas del filme. En la ocasión se congregaron más de cinco mil personas y el cineasta destacó que no se trataba de una convocatoria de “extras” sino de “participantes de la acción, porque quiero realizar un acto de piscomagia colectiva, donde se vea una multitud conciente solucionando sus problemas”, aseguró.

El proceso de postproducción se realizó en el extranjero, sobre todo el París, Francia, ciudad donde el cineasta reside desde 1953 y donde recibió la noticia de que “Poesía sin fin” fue invitada oficialmente a formar parte de la Quincena de los Realizadores, lo que sella su regreso al Festival de Cannes, instancia donde el 2013 presentó “La Danza de la Realidad”.

Será probablemente el próximo 16 de mayo (fecha por confirmar) que su más reciente producción verá la luz en el festival más prestigioso y reconocido del planeta; un filme donde Alejandro Jodorowsky recupera la bohemia perdida de Santiago y reivindica la poesía, lo mágico y el crecimiento interior como pilares de su vida.