Un viaje incómodo en avión podría ser fatal y lo peor de todo, es que muchos no le toman importancia a aquello. Así lo ha advertido Pablo Wagner, fisioterapeuta de la Universidad CEU de Valencia (España), quien ha hecho notar en un estudio los riesgos de un mal transporte.

El especialista de 29 años realizó una tesis, en la que observó el ‘Síndrome del clase turista’ donde personas de estatura media sufren por ir en un reducido espacio dentro de las aeronaves. “El riesgo más grave que sufre un turista es la falta de espacio, lo que puede provocar una trombosis severa profunda”, afirma Wagner en su trabajo, citado por el diario El País.

Es en específico para personas sobre los 174 cm de estatura, los que padecen mayores problemas al volar (complicaciones de postura y musculares), situación que en un tiempo podría afectar a gran parte de los chilenos, que han visto un aumento de sus medidas.

Así lo ha indicado Wagner, quien hizo notar que “los adolescentes chilenos crecieron más de 10 centímetros en el último siglo, un cm por década”, dato que permite prever que “dentro de poco tiempo, el chileno de estatura media tampoco estará hecho para viajar en avión“.

Bernal Saborio (cc) / Flickr

Bernal Saborio (cc) / Flickr

En entrevista con el diario La Segunda, el fisioterapeuta añadió lo que pasa con aquello “viajeros frecuentes”, quienes padecen de “sensación de frío, estrés producido por el ruido de turbinas y motores, molestias en el pabellón auditivo por los cambios de presión, o malestar por la disminución de oxígeno”. Todo ello como parte del ‘síndrome del viajero’.

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En cuanto al espacio, Wagner culpa a las líneas low cost, quienes incrementan “el número de plazas por vuelo con finalidad de mejorar la rentabilidad económica podría estar ocasionando una serie de problemas ligados a la postura y sobrecargas musculares”, describe Wagner en su trabajo.

El experto aconseja “mover los pies, hacer paseos frecuentes, hidratarse, evitar el alcohol y la cafeína. Usar prendas confortables y holgadas, aflojarse el cinturón y soltar los cordones del calzado” durante el vuelo, para disminuir los problemas.

Un dato interesante conocido en la investigación, es que si bien en promedio el espacio entre un asiento y otro es pequeño en Europa (entre los 76 y los 85 centímetros en clase turista), la anchura no lo es tanto. “Hasta las personas con más peso caben en los asientos. En cambio, sí es una verdad que en muchas aerolíneas los asientos son reducidos si se miden frontalmente”, afirma.

Una buena opción de asiento es el “de emergencia”, por el espacio que éste dispone. “Además, es conveniente que las personas que se marean con facilidad se ubiquen lo más atrás posible del avión. Esta zona es menos afectada por turbulencias y el tambaleo”, aconseja.