Los Cascos Azules de la ONU y el ejército congoleño han sido acusados, una vez más, de pasividad ante los grupos armados, luego de que al menos 14 personas fueran asesinadas este jueves en una masacre de carácter étnico en el este de la República Democrática del Congo (RDC).

El drama se produjo en Miriki, localidad de Kivu del Norte, a unos 100 kilómetros al norte de Goma, capital de esta provincia desgarrada por conflictos armados alimentados por disputas interétnicas y territoriales.

Las Fuerzas Armadas de la RDC (FARDC), las autoridades territoriales y el jefe local de la comunidad Nande acusan a rebeldes hutu ruandeses de las FDLR (Fuerzas Democráticas de Liberación de Ruanda) de ser los responsables.

“Hemos contabilizado 14 cuerpos”, declaró a la AFP Bokele Joy, administrador del territorio de Lubero, donde se produjo la matanza. “Estamos intentando que la situación se calme, pero sigue siendo tensa.

Todas las víctimas son de la misma étnia (Nande), eso debería decir algo a las autoridades”, agregó Georges Katsongo, presidente de la ONG Sociedad Civil de Lubero.

Según fuentes locales, los jefes Nande del sur del territorio de Lubero, donde se encuentra Miriki, se oponen desde hace varios meses al regreso de desplazados hutu congoleños, acusándolos de querer “conquistar el espacio Nande”.

El jefe de la localidad de Miriki, Gervain Paluku Murandia, explicó por teléfono que se sentía en peligro, aunque no estaba presente en la aldea durante los hechos. “Los asaltantes mataron con machetes, en presencia de las FARDC y la Monusco, que están presentes en esta aldea y no hubo ninguna intervención”, denunció.

Connivencia

El teniente Mak Hazukay, portavoz del ejército congoleño en la zona, dijo a la AFP que los asaltantes “rodearon la posición de las FARDC” en Miriki antes de matar “con arma blanca”. Por su parte, un portavoz de la Monusco interrogado por la AFP, no deseó pronunciarse al respecto.

El ejército y la Monusco (desplegada desde 1999 y que cuenta con unos 20 mil efectivos en el terreno) son acusados regularmente de no cumplir con sus obligaciones vinculadas a la protección de civiles.

En junio de 2014, la misión de la ONU presentó públicamente sus excusas y reconoció una parte de responsabilidad tras la masacre de 32 personas de una misma etnia en Mutarule, en Kivu del Sur.

Este jueves por la mañana, la localidad de Miriki seguía en tensión tras la matanza. “La comunidad Nande acusa a la comunidad Hutu congoleña de connivencia con los FDLR”, declaró el teniendo Hazukay. “Acabamos de enviar refuerzos para mantener la seguridad en la zona”, agregó.

En RDC, la milicia está acusada de innumerables atrocidades. El ejército congoleño, que lanzó una operación contra las FDLR en 2015, afirma que ya solo quedan activos menos de 60 miembros. Por su parte, la Monusco, que rechazó apoyar esta operación contra la milicia y que estimaba en 1.500 sus efectivos a principios de 2015, dice no tener forma de corroborar esta estimación.