Un menor de 10 años murió electrocutado este martes cuando trataba de recuperar pertenencias de su vivienda inundada por la extraordinaria creciente del río Paraguay en Asunción, donde el fenómeno climático El Niño ya produjo unos 100.000 desplazados.

El cuerpo del menor fue hallado pegado a una estructura de metal que sostenía el techo de zinc de su humilde vivienda, reportó el comisario Juan Ramírez, portavoz de la policía metropolitana, en declaraciones a periodistas. Con esta muerte suman siete las víctimas atribuidas a las inundaciones.

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Ricardo López, de la Administración Nacional de Electricidad (Ande), dijo que la vivienda -con el agua a un metro de la superficie- donde murió el menor, en el barrio Bañado Sur, tenía conexión clandestina.

Aclaró que la compañía cortó todas las conexiones a decenas de casas inundadas en el barrio pero que los propietarios volvieron a reponer el fluido eléctrico en forma precaria.

Las lluvias que se precipitan a diario desde fines de noviembre, han provocado una crecida sin precedentes y obligaron a cientos de familias a migrar a lugares altos, aunque algunas han retornado.

Río Paraguay se acerca a su crecida máxima

El río Paraguay está a un metro de alcanzar su nivel máximo de crecida (nueve metros) que data de 1983 cuando la inundación llegó a las calles céntricas de Asunción.

En las últimas dos semanas, dos funcionarios de la Ande murieron al manipular tendido eléctrico dañado por las tormentas. Otras cuatro personas fueron aplastadas por caídas de árboles. Tres de ellas viajaban en un automóvil y la cuarta en motocicleta.

El presidente de Paraguay Horacio Cartes inspeccionó este martes el muro de contención de la ciudad de Pilar, 300 km al sur, donde se decretó “alerta naranja” por las inundaciones.

Las autoridades instalaron una sirena de alerta en caso de derrumbe de las estructuras.

El jefe de Estado cruzó más tarde a la ciudad argentina de Formosa, donde decenas de damnificados de la vecina ciudad paraguaya de Alberdi (130 km al sur) se instalaron por efecto de la crecida, tras la advertencia de las autoridades sobre el desmoronamiento del muro de contención.