Han pasado más de cinco años desde aquel 5 de junio de 2010, fecha en que los familiares de María Viviana Haeger realizaron una denuncia por presunta desgracia al perder contacto con la contadora de Puerto Varas, en la región de Los Lagos.

42 día después, el cuerpo de la mujer fue encontrado en el entretecho de su propia casa y la primera hipótesis apuntó a un suicidio. Lo cierto es que el “Caso Haeger” evidenció una cadena de errores por parte de efectivos de la Policía de Investigaciones y serias contradicciones en las autopsias del Servicio Médico Legal.

Del suicidio al asesinato… esta es la crónica del caso policial que, hace solo unos días, presentó un giro completo y derivó en la detención del esposo de la víctima como presunto responsable del crimen.

Por años ha sido uno de los grandes enigmas policiales. La escena del crimen era clara, se creía los peritajes eran acuciosos y más aún los informes forenses, pero el denominado “Caso Haeger” es el ejemplo de la ineficacia, de la incapacidad de oportunamente establecer una causa de muerte y, de ello, identificar al o los responsables del homicidio.

Todo comenzó la mañana del pasado martes 29 de junio de 2010, cuando María Viviana Haeger Masse, de 42 años, profesión contadora, compartió el desayuno con su esposo, Jaime Anguita, y sus dos hijas. Al quedar sola en su casa en el sector del Parque Stocker algo ocurrió, que provocó que no se presentara en el colegio Alemán de Puerto Varas y fuera la última vez que su familia la vio con vida.

Esa misma jornada Jaime Anguita recibió el llamado de una persona anónima quien le aseguró tener secuestrada a su esposa, pero él cortó la llamada rápidamente. Así lo explicó Anguita al ser cuestionado por su reacción.

Y lo que vino fue la campaña, el pegar fotografías, conceder entrevistas, recurrir a todos los medios para tener información sobre Viviana, quien cumplía una semana desaparecida y no habia rastro o indicio alguno de lo ocurrido.

Pero hubo un detalle, esos primeros días que generó molestia y, quizás, sospecha en los padres de Haeger, quienes cuestionaron porqué Jaime Anguita desestimó el llamado por el presunto secuestro y siquiera llamó a su esposa para corroborar si estaba bien.

Así pasaron los días y semanas, con Carabineros y la PDI centrando su búsqueda en la vivienda, sus inmediaciones y por el sector de Tres Puentes y el Monasterio. No hubo resultados positivos.

Razón por la que regresaron al origen, a la casa, la que fue inspeccionada en reiteradas oportunidades por la policía, pero ese martes 10 de agosto de 2010, 42 días después de su desaparición, fue su esposo quien encontró el cadáver en el entretecho de la vivienda, arriba de la pieza matrimonial. Así reaccionó el abogado de Anguita, Jorge Vásquez.

Comenzaron los peritajes y el informe preliminar indicó que no había intervención de terceros y cobró fuerza la hipótesis de un suicidio. Días después vino el funeral de Viviana Haeger en el Cementerio Parque de la Esperanza de Puerto Montt, donde su esposo, Jaime Anguita, se manifestó tranquilo.

Luego, el 6 de octubre de 2010, se presentó el primer informe forense del Servicio Médico Legal de Temuco, el que detalló que Haeger murió producto de una intoxicación por herbicida, lo que provocó que, a comienzos de diciembre, se barajara cerrar la investigación por un posible suicidio.

Así transcurrió más de un año sin novedades en materia investigativa, hasta el 2 de marzo de 2012, cuando se ordena exhumar los restos de la mujer para una nueva autopsia, siendo el momento en que la indagatoria adquiere un nuevo rumbo y con consecuencias.

El hecho que detectives de la Policía de Investigaciones no encontraran el cadáver a pesar de los constantes registros en la vivienda no pasó desapercibido, derivando en un sumario que culminó con seis peritos sancionados por negligencia en sus labores. El jefe de la PDI en Los Lagos, prefecto Ernesto Vidal, reconoció, en una forma particular, errores.

Situación que causó molestia en el Ministerio Público, donde el entonces fiscal nacional, Sabas Chahuan, apuntó contra la policía.

Y los resultados de la segunda autopsia, el 21 de noviembre de 2012, revelaron lesiones en las muñecas de Viviana Haeger y que su causa de muerte estaba en estudio. Debieron pasar cerca de 3 años para que un nuevo informe forense confirmara que la contadora murió a manos de terceras personas. Así lo detalló el fiscal Naim Lamas.

Debieron pasar más de cinco años para determinar la causa de muerte de Viviana Haeger y las miradas se tornaron contra su esposo, Jaime Anguita, quien en entrevistas y ante el juicio público aseguró ser una víctima más del crimen y que era inocente.

Pero si el caso ya no contaba con suficientes cambios en la indagatoria, fue el pasado martes 8 de diciembre que la Brigada de Homicidio de la PDI en Osorno detuvo a Anguita, luego que su supuesto complice, José Pérez Mancilla, confesara ser el autor del crimen por directa orden, mediante un pago, del viudo de la contadora.

Es el caso de Viviana Haeger, una indagatoria donde se creyó mediante peritajes que se había suicidado, debiendo exhumar su cuerpo, con 6 efectivos de la PDI sancionados por labor negligente, tres autopsias para corroborar la causa de muerte y hoy, a cinco años de su asesinato, uno de los mayores enigmas policiales podría estar en vías de encontrar una respuesta.