Las autoridades paquistaníes enviaron este jueves de vuelta a Grecia un avión que transportaba a 30 migrantes expulsados por Atenas, alegando que no tenían pruebas de que fueran paquistaníes.

El vuelo chárter aterrizó hacia el mediodía, pero Islamabad impidió el desembarque de 30 de sus 49 pasajeros, al asegurar que no se podía determinar su identidad y que, por tanto, no podían ser expulsados en virtud del acuerdo de repatriación que firmaron Pakistán y la Unión Europea en 2010.

El avión despegó hacia Atenas tres horas después, según las autoridades aeroportuarias, después de que 19 pasajeros obtuvieran la autorización de entrar a Pakistán.

A principios de noviembre, Islamabad anunció la suspensión de los acuerdos de readmisión de migrantes ilegales expulsados por países de la Unión Europea, a excepción de Reino Unido, al denunciar “abusos evidentes” y la falta de una “verificación correcta” de su nacionalidad.

Pakistán reactivó sin embargo el acuerdo hace unos 10 días, tras una visita del comisario europeo de Migración, Dimitris Avramopoulos.

El ministro paquistaní del Interior, Chaudhry Nisar Ali Khan, indicó en un comunicado que impidió el desembarque de esas “personas expulsadas ilegalmente”.

“Cualquier repatriado cuyos papeles no hayan sido verificados será reenviado en el mismo avión hacia el país desde el que lo expulsaron”, declaró Ali Khan.

El ministro lamentó, asimismo, que “un país europeo viole las leyes paquistaníes, a pesar de que se había aclarado el acuerdo con el comisario europeo”.

La UE negó haber violado los términos del acuerdo y aseguró en un comunicado que los números de los documentos de identidad no formaban parte del acuerdo.

“Se esperaba que las autoridades paquistaníes verificaran los números (de las tarjetas de identidad) de los migrantes ilegales que recibieron documentos para viajar por parte de las embajadas paquistaníes. Obviamente los Estados de la UE no tienen acceso a esa información interna, sólo lo tiene Pakistán”, explicó Bruselas.

Pakistán, el sexto país más poblado del mundo, es uno de los cinco principales puntos de salida de los migrantes ilegales que llegan a Europa, según el instituto europeo de estadísticas Eurostat.