Es una de las dos obras notables de 2015. Y la consolidación de una voz dramatúrgica de largo aliento y proyección.

“Pájaro”, de Trinidad González (“Insomnio”, “La reunión”), asentada en un encuentro social y trivial de cuatro amigos, gira casi con suavidad, hacia una realidad diametral, sorprendente, casi fantasiosa y profunda.

Lo hace sin vender una imagen de teatro rupturista, en que no saca los pies de la tierra. La evolución gravitante y creíble del relato textual es donde radica parte del valor del montaje.

La otra fuerza escénica -se expresa como corriente alterna y modulaciones inestables- son las actuaciones, en especial la de Nicolás Pavez, el actor que encarna a este hombre que dice ser un pájaro.

Comodidades incómodas

Gente de vida cómoda, intelectuales, artistas exitosos, progresistas dados a pontificar sobre la vida conforman el ambiente humano en esta propuesta.

Tal vez por mera intuición, la dueña del departamento sale a la calle y regresa con un sujeto que encuentra entre la basura. El grupo casi colapsa cuando el extraño les dice que es un pájaro a la deriva y que utilicen su imaginación si quieren ver sus plumas.

Risas, arriscamiento de nariz, algo de desprecio y cierta curiosidad los lleva a un desafío cuyo resultado ni se imaginan, donde sentirse libre, sin ambiciones ni envidias, sólo disfrutar y sentirse contento con lo que tiene y no tiene son los gustos del desconocido. Unos se burlan, otros lo defienden. Para todos es una situación novedosa, algo intrigante.

Fitam

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Miradas múltiples

En esta relación de doble o triple espejo, los personajes de “Pájaro” se miran y miden, forzando seudos contrastes y coincidencias creando una obra en que fusionan comedia y drama.

La mirada de la dramaturga y directora pone en contradicción lo que cada uno es con lo que les hubiera gustado ser. Certezas y conflictos están atrapados en la renuncia a los ideales, en la búsqueda de cualquier tipo de éxito, en creerse distintos y superiores, con cuotas a largo plazo de aburrimiento y frustraciones. Y con el miedo a la libertad que culminó en una opción de vida que los amarga y los deja solos.

Trinidad González conecta lo cotidiano y lo trascendente, aporta un perfil femenino (muy difícil de probar, pero que se siente) que no se sustenta sólo en lo emocional, como suele definirse el trabajo de las mujeres. Su mirada, textos y diálogos también tienen un componente más frío y calculador, una racionalidad flexible que acoge lo inverosímil.

Fitam

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En el armónico living de la obra va descubriendo detalles en las palabras y en las cosas. El diálogo ágil subraya lo cotidiano que sobrevuela temas de envergadura. Pero también deja a franjas de esos mismos territorios personales en el mundo interior de cada uno. Miedo y soledad.

Quedan en una oscuridad similar a la que sobreviene al concentrarse la iluminación en el rectángulo del living. Desde esas sombras emerge y se va este pájaro humano.

Leopoldo Pulgar Ibarra
Periodista

Centro Cultural Gabriela Mistral (GAM). Alameda 227. Teléfono: 25 66 55 00. Horarios: Jueves, viernes y sábado a las 21:30 horas; domingo 20:30 horas. Entrada general $ 6.000; estudiantes y tercera edad $ 3.000. Hasta el 6 de Diciembre.