El Servicio Nacional de Geología y Minería (Sernageomin) informó el hallazgo de dos nuevos meteoritos en el Desierto de Atacama, de 30 y 300 gramos cada uno, con tamaños entre 4 y 10 cm de largo en el mayor de sus ejes, del tipo rocoso.

Tras los análisis en el Laboratorio Químico del Sernageomin, se estableció que los especímenes tienen los componentes típicos de los condritos, minerales ferromagnesianos silicatados, aleaciones de hierro-niquel y sulfuros de hierro, entre otros. Según se informó, el material extraterrestre fue descubierto durante el trabajo en terreno para la elaboración del Mapa de Geología Básica de Chile.

El director nacional de la institución, Rodrigo Álvarez Seguel, indicó que el material relevante “incrementa la colección nacional de meteoritos, presente en varias instituciones y personas, y nutre el conocimiento técnico que se puede aportar al país respecto de este tipo de muestras geológicas y su relación con la superficie donde fueron encontradas”.

“Como institución, ya estamos elaborando un protocolo de búsqueda y recuperación de meteoritos para así propiciar la incorporación de esta información a la cartografía geológica. La idea es potenciar el lugar del país en las ciencias geológico-planetarias e interactuar con otras entidades de vanguardia”.

Recientemente, la colección de Chile, albergada en diversas entidades, superó a la de Argentina, con lo cual se convirtió en la más abundante de Sudamérica, pasando de 60 a 500 especímenes desde el año 2000 a la fecha. Pese a ello, la normativa no explicita la propiedad de los meteoritos, con lo cual se ha generado un mercado negro de estos objetos, que entre coleccionistas y curiosos pueden alcanzar los 3.000 euros ($2,2 millones). Incluso es posible encontrar relojes fabricados de este material.

Sernageomin

Sernageomin

El geólogo Leonardo Baeza Bravo, de la Unidad de Geoquímica del Sernageomin, especificó que los meteoritos fueron encontrados en las cercanías de la localidad de Paposo, en la cordillera de la Costa, en el desierto de Atacama. “Se trata de elementos valiosos, no tanto por su tasación en el mercado negro, sino por constituirse en una evidencia científica que incluso, dependiendo de su tipo, puede dar pistas sobre el origen de la vida”, explicó.

Para desentrañar conocimientos del hallazgo, se trabaja bajo la hipótesis de que la proveniencia de este material en el Cinturón de Asteroides, el planeta Marte, la Luna y los cometas, convierte a los meteoritos en una fuente de información sobre el origen e historia temprana del Sistema Solar. “Estas piezas son utilizadas para determinar la edad del Sol y los planetas y sirven para la comprensión del origen y evolución de la nebulosa solar”, indicó la institución.

Al respecto, explican en el Sernageomin, la teoría moderna sobre el origen del sistema solar y de la diferenciación interna de los planetas terrestres (Mercurio, Venus, Tierra, Marte) está basada, en gran parte, sobre el estudio de meteoritos. Estos hallazgos también permiten estudiar el origen del agua y de la vida.

Los expertos señalan que además de la información intrínseca que se puede extraer de los meteoritos, en el caso de los encontrados en Atacama, se podría obtener información complementaria que permitiría incrementar el conocimiento sobre estas antiguas superficies desérticas, y así entender de mejor forma procesos geomorfológico-climáticos imperantes durante miles de años. Todo esto enriquecería la información asociada a los mapas geológicos que elabora el Sernageomin.

Se estima que el 70% de los meteoritos caen en el océano y no pueden ser recuperados, mientras que el otro 30% se reparte uniforme y aleatoriamente sobre las superficies de todos continentes. Sin embargo, hay lugares que reúnen condiciones favorables para su recuperación, como los desiertos fríos o calientes (la Antártica o Atacama, por ejemplo) donde las superficies son estables en términos erosivos.