El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas adoptó este jueves por unanimidad una resolución que busca allanar el camino para un despliegue de fuerzas de paz en Burundi tras meses de violencia.

La resolución, redactada por el delegado francés, condenó fuertemente la ola de asesinatos, torturas, detenciones y otras violaciones a los derechos humanos en Burundi y reclamó el inicio urgente de conversaciones entre el gobierno y la oposición para poner fin a la crisis.

Funcionarios de la ONU están elaborando planes para enviar una misión de paz a Burundi desde la vecina República Democrática del Congo a Burundi, o desplegar una fuerza regional bajo la égida de la Unión Africana, si la ola de violencia continúa fuera de control.

El lunes Francia distribuyó un texto en el que proponía a sus pares del Consejo de Seguridad imponer sanciones contra los dirigentes de Burundi que inciten a ataques o impidan los esfuerzos de paz.

El Consejo se limitó finalmente a analizar la adopción de “medidas apropiadas” para poner fin a la violencia sin evocar la posibilidad de sanciones.

Al menos 240 personas murieron en Burundi desde abril, cuando el presidente Pierre Nkurunziza anunció que aspiraría a un tercer mandato. En el mismo período se exiliaron unas 200.000 personas.