El Congreso de Estados Unidos renovó el martes la prohibición de transferir a los prisioneros ubicados en la cárcel de Guantánamo, en la isla de Cuba, para evitar que el presidente Barack Obama cierre el centro de detención militar.

Al menos 83 senadores en 100 emitieron votaron por mantener la Ley de presupuesto de defensa 2016, en la cual se restablece esa restricción. La Cámara baja había aprobado la semana pasada por 370 contra 58 mantener la prohibición de transferencia, que involucra a los 112 presos de Guantánamo.

Una primera versión de la ley se aprobó en octubre, pero Obama la vetó, sobre todo debido a las restricciones en Guantánamo.

Esta vez, la Casa Blanca no amenazó con su veto, pues sería inútil ya que el Congreso tendría la mayoría de dos tercios necesarios para neutralizarlo.

La transferencia de presos a Estados Unidos fueron prohibidas por el Congreso en 2011, impidiendo al presidente hacer efectiva su promesa para cerrar la prisión militar, que fue construida en 2002 en nombre de la “guerra contra el terrorismo” declarada tras los atentados del 11 de septiembre de 2001.

Pero el gobierno de Obama prepara abiertamente un plan para transferir a Estados Unidos a 59 detenidos considerados los más peligrosos (los otros 53 se clasifican como transferibles al extranjero).

Varios sitios para acomodarlos están a estudio del gobierno en los estados de Carolina del Sur, Kansas y Colorado. El Pentágono debe publicar en breve un informe al respecto.

Tal decisión se haría en desafío total al Congreso y la mayoría de los republicanos denuncian desde hace varias semanas que tal acto sería ilegal.

“El Senado aprobó muchas veces a lo largo de los años esta prohibición, respaldada por miembros de ambos partidos”, dijo Mitch McConnell, líder de la bancada republicana en el Senado.

Los legisladores de los estados en los que se prevé enviar a los detenidos de Guantánamo están particularmente furiosos, alegando que esos lugares se convierten en potenciales puntos de atentados.