El gigante automovilístico alemán Wolkswagen, decapitado por el escándalo de los automóviles trucados, seguía inspirando el jueves un fuerte recelo que se extendía a un sector clave de la economía y afectaba en particular a BMW.

BMW perdió un 5,15% en la Bolsa de Fráncfort, bajo el impacto de informaciones de la revista especializada AutoBild que aseguraban que las emisiones de sus automóviles diésel eran once veces superiores a las autorizadas por la Unión Europea (UE).

La empresa de Múnich negó terminantemente esas alegaciones. “En BMW no manipulamos ni recurrimos a engaños sobre nuestros tests. Acatamos las normativas de todos los países y los requerimientos legales de los tests en todos ellos”, recalcó.

AutoBild apuntaba que “Volkswagen no es el único constructor cuyos vehículos emiten niveles sospechosos de óxidos de nitrógeno” y citaba como ejemplo de ello a automóviles del grupo BMW, aunque sin llegar a afirmar que se tratase de un engaño deliberado.

La acción de Volkswagen, que se se había desplomado a inicios de la semana, cerró con una ganancia de 0,58%.

El grupo había empezado la sesión con importantes alzas interpretadas como un guiño del mercado después de la renuncia de su presidente, pero la tendencia se fue desinflando debido a anuncios que denotaron el fuerte recelo que sigue inspirando y que se extiende a todo el sector.

Controles en la UE y advertencia de S&P

La Unión Europea pidió a los estados miembros que efectúen verificaciones a nivel nacional.

Un pedido que encontró eco inmediato en Gran Bretaña, que instó a sus constructores a llevar a cabo las verificaciones necesarias. También Francia anunció “controles aleatorios” en un centenar de vehículos comercializados en su territorio.

La calificadora Standard and Poor’s (S&P) anunció por su lado que colocaba a Volkswagen bajo “vigilancia negativa”, etapa previa a un posible recorte de “uno o varios escalones” de la nota de su deuda a largo plazo.

“Anticipamos multas e importantes costos para solucionar este asunto”, explicó la agencia en un comunicado.

El gran banco nórdico Nordea decidió por su lado dejar de comprar valores del grupo.

El sector automovilístico vive convulsionado desde que la semana pasada Estados Unidos denunciara a Volkswagen por haber manipulado resultados de los tests de emisiones contaminantes de sus motores diésel, mediante un software especialmente diseñado para ello.

La firma reconoció luego haber colocado ese dispositivo fraudulento en once millones de vehículos en todo el mundo.

En España, el diario El País aseguró que Seat, una filial del grupo VW, equipó 500.000 vehículos con los motores trucados.

El caso hundió las acciones bursátiles de VW (-35% entre el lunes y el martes), le valió un aluvión de demandas que podrían costarle decenas de miles de millones de dólares y forzó el miércoles la renuncia de su presidente Martin Winterkorn, que dirigía el grupo desde 2007.

El nombre de su reemplazante debe ser anunciado el viernes.

Posibles sucesores

El próximo jefe de VW deberá lidiar con los litigios legales y con la erosión de imagen de un grupo identificado hasta ahora con la excelencia de la industria alemana.

Los medios germanos barajan varios nombres entre los posibles sucesores de Winterkorn, con altas probabilidades de que sea alguien con responsabilidades en alguna de las filiales.

VW posee doce marcas, como Seat en España, Skoda en Reública Checa, Audi y Porsche en Alemania, Lamborghini em Italia y Bentley en el Reino Unido.

Uno de los nombres más citados es el de Matthias Müller, actual jefe de Porsche, de 62 años.

Otros ejecutivos mencionados son Herbert Diess, el actual jefe de la marca Volkswagen, un tránsfuga de BMW, y Rupert Stadler, jefe de Audi.