Tras los cortes de ruta que se registraron desde horas de la tarde de este miércoles en la ruta que une Cañete con Tirúa. El alcalde de esta última comuna, Adolfo Millabur, calificó esa situación como “poner un candado en la puerta de nuestra propia casa”.

Y agregó que el aislamiento en que quedan como comuna cuando se producen los cortes en la ruta “sólo nos daña a nosotros mismos”.

Las declaraciones fueron emitidas por el jefe comunal a través de su cuenta de Facebook, donde dijo que si bien para él es legítima la rebelión ante la injusticia. “No comparte los métodos empleados y su naturaleza, pues no avala la violencia”, afirmó.

Y añadió que todo ello provoca en prejuicio a los habitantes de Tirúa, que comparten un suelo en común. “Atenta gravemente contra la paz de los que vivimos en este territorio”.

Atentados en Quídico

Asimismo el jefe comunal se refirió a los atentados registrados este jueves en el sector de Quídico que afectaron a las viviendas de dos trabajadores de Forestal Mininco.

Millabur señaló que se vieron afectados, quienes ocupan los últimos eslabones en la cadena de poder -en este caso se vieron afectados trabajadores asalariados de una gran compañía forestal que “construyeron sus casas, como tantos tiruanos, con mucho esfuerzo han sido las víctimas en un problema que el Estado debiera tener la capacidad de solucionar de manera efectiva y eficiente. Los poderosos, en cambio, apenas se enteran en sus mansiones de lo que ocurre en las comunas que depredan”, recalcó.

Y agregó que “no podemos cegarnos en nuestro legítimo derecho de protesta, y atentar contra nuestro propio territorio. Es como encerrarnos con llave y prender fuego a la casa que nos cobija”

Asimismo emplazó al Estado indicando que “las medidas y soluciones momentáneas y superficiales sólo contribuirán a que el conflicto permanezca en el tiempo, y a que éste recrudezca periódicamente, perjudicando a los habitantes de nuestra comuna”.

En ese sentido, el alcalde tiruano, aseguró que el “Estado chileno pareciera estar esperando una calamidad, que puede traducirse incluso en un incidente fratricida entre habitantes de un mismo suelo, para abordar el problema con toda la seriedad que merece”.