Vecinos de Ránquil aseguraron que la erradicación de casas de los sectores aledaños a la celulosa Nueva Aldea es una buena alternativa, pero debe ir acompañada de mejoras en el estándar de sus procesos.

Malos olores, ruidos molestos, escurrimientos, y con ello un deterioro de la calidad de vida de los habitantes aledaños a la Planta de Celulosa Nueva Aldea, es el día a día que expuso la presidenta de la Junta de Vecinos del sector La Concepción, Carmen Navarrete, en el programa Frente Regional.

La dirigenta explicó que si bien al principio hubo un funcionamiento aceptable, las condiciones de la operación de la industria han ido empeorando.

No se ha generado apoyo ni en beneficios, ni en materia laboral. No quieren que la planta se vaya, pero desean que se invierta en tecnología y que se preocupen de levantar el polo económico y turístico perdido.

Actualmente hay una mesa de trabajo orientado a un proceso de inversión en mitigación de olores y la erradicación de la gente, que a juicio de la dirigenta, debe ir más allá.

Ni el municipio ni las autoridades regionales han aportado con la fuerza que esperaban. Los vecinos, indica Carmen Navarrete, esperan que sea una actitud que cambie.