En la actualidad hay una serie de miedos que muchas veces no sabemos las razones de su origen, ni menos su nombre. Y es en este plano en que surge una conducta en que tomar una curva, adelantar un auto o transitar por cualquier sitio en que haya mucha congestión son claros síntomas de amaxofobia. Una patología que quizás no es muy común, pero que actualmente afecta a un 33% de los conductores de todo el globo.

Si bien sus síntomas y origenes dependen de cada individuo, suele manifestarse con una pequeña crisis de ansiedad la que en ocasiones va acompañada de un ataque de pánico al momento en que la persona está manejando su vehículo.

Momento en que aparece el miedo al volante y a no poder controlar ciertas situaciones externas, lo que provoca que uno comience a tener un fuerte rechazo a conducir, explica al portal de noticias ABC.es el psicólogo clínico, Javier Díaz Calero.

Cabe mencionar que Díaz es uno de los pioneros en lo que a tratamiento de este miedo se refiere, y además está al frente de la web «Conduce sin miedo» donde, además de poder encontrar información sobre esta especie de patología, se puede realizar un cuestionario para poder obtener una aproximación a este problema.

El especialista indica que empezó a tratar esta fobia en 1985, fecha en que esta patología era bastante puntual. Sin embargo, fue en el año 2000 con la creación de su página web, en la que respondía dudas acerca de este trastorno, es que se comenzó a propagar, llenando su página de consultas. “Fue entonces cuando me percaté de que realmente funcionaba como una fobia”, explica Díaz Calero.

Según los datos derivados de la encuesta realizada por el Instituto Mapfre de Seguridad Vial (2005) y los aportados por la web, aproximadamente 15.000 personas en España pueden estar severamente afectadas por esta fobia, donde un 87, 50% representan a mujeres, mientras el 12,50% restante corresponde a hombres.

Flickr |Stereogab

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Según el mismo profesional, quienes padecen de amaxofobia suelen tener además pensamientos catastróficos sobre lo que podría haber ocurrido en el caso de tener un ataque mientras van frente al volante, haciendo que se sientan incapaces de soportarlo. Así, su forma de reaccionar suele responder a dos modelos: o restringir las vías por las que circulan o directamente abandonar la conducción de manera radical.

En cuanto a la aparición del trastorno, éste puede aparecer en aquellas personas que acaban de obtener la licencia de conducir (25%) y que cuando intentan volver a conducir se estresan tanto que dejan de hacerlo En su caso aparece una «obsesiva» preocupación por los demás y no soportan sentirse juzgados por los otros usuarios de la vía.

Por otro lado está el grupo más grande (cerca de un 60%), que paradójicamente es gente que lleva más de 5 años al volante y cuyas crisis suelen coincidir con algún tipo de estrés en su vida, por lo que acaban desarrollando síntomas de ansiedad cuando se pasean por las carreteras.

Frente a eso, evitan pasar por lugares en que tuvieron una crisis y se niegan a estacionar en sitios en que detenerse sea un tanto complejo. En una segunda fase la inquietud es tal, que terminan por padecer una ansiedad anticipatoria al hecho de conducir.

Frente a tal panorama, el profesional indica que hay varias maneras de superar y tratar este problema. Escenario en que se debe tener en cuenta que no todas las personas sometidas a situaciones estresantes van a sufrir trastornos fóbicos, pues existen también una serie de características personales que suelen repetirse y que influyen, como son antecedentes de trastornos de ansiedad y depresión, edad, fragilidad emocional, baja autoestima y alto nivel de autoexigencia.

Con todo, la amaxofobia se puede superar. Eso sí, hay que tener presente que se trata de una fobia vinculada a un hecho en el que existe un riesgo real donde el tráfico es el mayor protagonista, por lo que, su recuperación es paulatina.

“Se trabaja una vez por semana con los pacientes, siendo necesarias unas 30-40 sesiones, donde la terapia más eficaz es la de exposición, enfrentarse a aquello que nos provoca miedo, que en este caso es volver a conducir. La idea es hacerlo de manera progresiva, cambiando las asociaciones catastróficas y trabajar de a poco los miedos”. sostuvo el experto.