El Ministerio de Justicia y Gendarmería estarían analizando las opciones ante la inminente sobrepoblación penal e, incluso, el eventual cierre de la cárcel Punta Peuco, exclusiva para militares condenados por graves violaciones a los derechos humanos.

Según detalla La Tercera, una de estas posibilidades más obvias es trasladar a estos delincuentes hasta otros recintos penitenciarios, entre ellos Colina 1, donde se está habilitando uno de los pabellones para recibir a sesenta personas.

Asimismo, se estarían estudiando una mejoras en la seguridad del recinto, en especial a la hora de recibir a las visitas que, en el caso de concretarse esta medida, tendrían que acceder por un lugar distinto, para evitar incidentes con los familiares de los otros reos.

Actualmente Punta Peuco cuenta con una población de 101 militares, y su capacidad máxima es de 112 reclusos, algo bastante superior a la cantidad original de personas para la que estaba pensado el recinto, que 2013 comenzó a albergar a los criminales que fueron trasladados desde el penal Cordillera, el cual fue cerrado durante el gobierno de Sebastián Piñera.

Ahora, el debate sobre el cierre de este penal ubicado en Til Til, cobró fuerza en el último mes, con los nuevos antecedentes que surgieron en torno al caso Quemados y las revelaciones de la víctima que sobrevivió, Carmen Gloria Quintana, quien aseguró que la presidenta Michelle Bachelet cerraría el recinto en septiembre de este año.

Pese a lo anterior aún no existe confirmación oficial desde el Gobierno, que sólo ha entregado declaraciones vagas asegurando que los penales se encuentran en constante análisis, y los cierres de estos son parte de la evaluación que La Moneda y el Ministerio de Justicia realizan habitualmente.

La sobrepoblación penal es un problema que actualmente afecta a la mayoría de las cárceles del país, y esta podría incrementarse con la aprobación de la agenda antidelincuencia, que busca aumentar las penas de los criminales. Esto también sería una preocupación para Gendarmería, detalla La Tercera, ya que la institución debe enfrentarse día a día al hacinamiento y los problemas de seguridad en las cárceles.