En el afán por bajar de peso a través de innumerables dietas y restringiéndose de diversas comidas, algunas personas suelen deprimirse cuando no consiguen suprimir esos kilos de más. Sin embargo, el organismo siente todo: si te desanimas, puede ser que te hundas en los excesos o caigas en actitudes poco saludables para lograr tu objetivo.

Por el contrario, con el pequeño ejercicio de visualizarte con tu peso ideal, estás contribuyendo a ponerte en forma. Esta técnica es simple, debes pasar de imágenes y pensamientos negativos que tengas hacia ti y transformarlos en positivos; pero ¿Cómo? Ese el desafío.

Cambio de actitud

Utilizada por diferentes terapeutas como una herramienta creativa, no sólo es usada en el ámbito de dietas y regímenes, también la usan atletas, deportistas y personas dedicadas al entrenamiento de destrezas para reafirmar la creencia de que cualquiera puede y es capaz de lograr lo que se proponga, según afirma Camila Aguayo, Psicóloga, Magíster en Psicología Clínica de la Adolescencia y docente universitaria.

“La visualización crea un escenario mental y emocional que permite al entrenado potenciar creencias con afirmaciones positivas acerca de su posible cambio”, comenta.

Minoru Nitta (CC) Flickr

Minoru Nitta (CC) Flickr

Complementaria a una alimentación saludable y entrenamiento físico, la visualización es una herramienta o habilidad en la cual tenemos que estar ejercitando constantemente.

“Ayuda a trabajar en las imágenes mentales negativas que usan las personas para boicotear sus decisiones a favor de un cambio. A través del trabajo terapéutico se espera que el paciente, imagine escenarios posibles de boicot de su cambio versus escenarios posibles hacia un cambio ideal”, manifiesta la especialista.

La memoria de nuestro cuerpo

Todo lo pensamos sobre nuestro cuerpo incide directamente en la relación que tenemos con él y en esta concepción concilian distintos factores sociales y psicológicos que median cómo las personas piensan y se sienten sobre su organismo.

“Están allí incluidos, los estereotipos sociales y los modelos ideales que son inculcados a través de los medios de comunicación, los cuales impactan en la comparación que cotidianamente las personas realizan para definirse como alguien delgado, atractivo, feo, desagradable, etc.”, comenta Camila Aguayo.

Son estos estereotipos sociales los que nos crean imágenes preconcebidas de cómo debería ser nuestro cuerpo, pero también bajo este punto se agrega la experiencia subjetiva que cada uno tiene en relación a la comida o el entrenamiento físico.

“Hay familias donde se valida el ejercicio y la buena alimentación, mientras en otras la ‘buena mesa’. En este sentido, no basta sólo con pensar positivamente, la relación con el cuerpo se construye desde la infancia y se debe trabajar en ello, requiere mirar profundamente sobre el amor hacia uno mismo, el auto cuidado y el bienestar”.

Asimismo, la psicóloga recomienda que si el problema con la autoestima es grave o el sobrepeso es alto, la persona deba visitar a un especialista en el área para detectar aquellas creencias y emociones activadoras de ansiedad y compulsión al comer, las cuales por lo general son inconscientes.

Visualiza tus metas

El llamado -y temido- efecto rebote es una de las principales preocupaciones después de lograr el peso deseado. Si es habitual realizar dietas que al terminar la persona olvida los hábitos adquiridos y redobla su peso, es señal de trastornos alimenticios, lo cual requeriría de trabajo terapéutico.

“Las personas que a lo largo de su vida mantienen cambios bruscos en su peso, deberían mirar más allá de la comida y el cuerpo, enfocarse en sus emociones y lo que está expresando esta situación. Para ello, la psicoterapia es de mucha ayuda”, concluye Camila Aguayo.

Lo fundamental es llevar a cabo un régimen en base a una alimentación sana y balanceada, con ejercicio físico y una actitud positiva. El sitio de la publicación española Woman Madame Figaro, entregó estos pequeños pasos para realizar la técnica de la visualización:

Primer paso: Escoge una foto tuya antigua, pero que te guste cómo te ves y estés contenta con tu físico. Debes intentar memorizarla para cuando realices los ejercicios de visualización.

Segundo paso: Relájate y abstráete de todo lo que te rodea. Encuentra un lugar tranquilo y calmado, siéntate en una posición cómoda, cierra los ojos, para luego efectuar respiraciones profundas. Luego, visualízate en algún lugar donde hayas sido feliz, captándolo todo: olores, luces, vivencias y estados de ánimo, céntrate en lo placentera de esa experiencia vivida.

Tercer paso: Después de que te hayas concentrado y rememorado tu vivencia agradable, debes visualizarte en ella con el aspecto físico que deseas tener. En conjunto, tienes que repetir frases que te ayuden como motivación y estímulo para lograr tu acometido, piensa en lo que deseas de manera positiva y verbalízalo.

Cuarto paso: Práctica los pasos anteriores de manera frecuente. Al final del día, por unos momentos cierra los ojos y visualiza lo que quieres recorriendo los ejercicios anteriores. Recuerda que siempre deben ser experiencias agradables y frases que te animen, así tu cuerpo responderá de mucha mejor manera a tus nuevos hábitos alimenticios.