En un intento por bajar la tensión el sangriento conflicto armado colombiano, el gobierno y la guerrilla comunista de las FARC relanzarán este viernes en La Habana su programa conjunto de desminado, que quedó paralizado luego que recrudecieran las hostilidades la semana pasada.

Ambas delegaciones de paz sostendrán una reunión pública este viernes en la tarde para anunciar nuevas medidas en el histórico plan de desminado acordado en marzo, en la que participará la canciller colombiana María Ángela Holguín, que acaba de sumarse al equipo negociador del gobierno.

En esta reunión, las partes anunciarán medidas para instrumentar el “acuerdo sobre limpieza y descontaminación del territorio de la presencia de minas antipersonales”, informó la cancillería de Cuba, país sede de las conversaciones y garante del proceso de paz.

Las minas, sembradas a lo largo del conflicto armado de medio siglo, están presentes en más de la mitad de los municipios colombianos y han dejado desde 1990 más de 11.000 víctimas, entre muertos y heridos.

Las fuerzas militares dejaron de usar minas antipersona desde que en 1997 Colombia suscribió la Convención de Ottawa, que prohíbe su uso y comercialización, pero las guerrillas y también los paramilitares las siguieron utilizando.

Colombia es el segundo país con mayor cantidad de víctimas por las minas, después de Afganistán. La limpieza la hará una agencia noruega especializada.

Bienvenida a Holguín

Este viernes, la guerrilla dio la bienvenida a Holguín y, en un gesto inusual, también tendió la mano al presidente colombiano Juan Manuel Santos, quien inició negociaciones con las FARC en 2012, afirmando que éste enfrenta una “campaña de desprestigio (…) dirigida a debilitarlo y obligarlo a romper el proceso de paz”, que busca acabar un conflicto de medio siglo.

“Creemos que la experiencia diplomática de la canciller Holguín puede incorporar la dosis de tranquilidad necesaria. Bienvenida”, dijo la guerrilla en un mensaje de su comandante supremo, Timoleón Jiménez (“Timochenko”), leído ante la prensa por su jefe negociador en La Habana, Iván Márquez.

La ministra y el empresario Gonzalo Restrepo se integraron a la delegación oficial en un momento crítico del proceso de paz, tras un recrudecimiento de las hostilidades que ha dejado unos 45 guerrilleros y una quincena de soldados muertos en los últimos días, lo que llevó a los países garantes del proceso, Noruega y Cuba, a pedir el miércoles nuevos esfuerzos para evitar seguir escalando el conflicto.

La Unión Europea también pidió el miércoles a ambas partes que “sigan comprometidas a continuar las negociaciones” y dijo que además “deben adoptarse medidas concretas hacia una desescalada de la situación en el terreno”.

Holguín ingresó al Palacio de Convenciones de La Habana, sede de las conversaciones de paz, sin formular declaraciones a la prensa, siguiendo la costumbre de la delegación del gobierno, encabezada por el ex vicepresidente colombiano Humberto de la Calle.

La guerrilla saludó también la designación como nuevo ministro de Defensa del empresario Luis Carlos Villegas, un ex delegado del gobierno en los diálogos en Cuba, afirmando que es “un hecho de positivas repercusiones para la mesa” de diálogo.

Villegas, hasta ahora embajador en Estados Unidos, reemplaza en Defensa a Juan Carlos Pinzón, quien se ha caracterizado por emplear un duro discurso contra las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), la mayor guerrilla de ese país.

Armisticio, tregua o cese el fuego

Actualmente se desarrolla en La Habana el trigésimo séptimo ciclo de conversaciones de paz, que debe cerrar el domingo, dedicado al sensible tema de reparación de las víctimas.

Pero en medio de la tensión, el planteamiento de un armisticio domina el discurso de la guerilla.

“Si realmente queremos que esto marche hacia el éxito, debiéramos considerar con toda seriedad la posibilidad de pactar un armisticio, una tregua o un cese bilateral de fuegos, como se quiera llamarlo”, dijo Márquez, quien destacó los llamados a la paz de la Unión Europea y de los países garantes.

En abril Santos ordenó reanudar los bombardeos a las FARC. A su vez, la guerrilla levantó la semana pasada una tregua unilateral, a raíz de un ataque militar en Cauca, suroriente de Colombia, en el que murieron 27 rebeldes, incluido uno de sus delegados de paz, Jairo Martínez.

El conflicto colombiano, el último que queda en América Latina, ha dejado 220.000 muertos y seis millones de desplazados, según cifras oficiales.