Crítica de Teatro: “La rebelión de los televisores”

Compañía Lúcila
Compañía Lúcila
visitas

Un ajustado equilibrio habita este montaje de la compañía Grupo de Operaciones Escénicas Lúcila, que dirige el actor antofagastino Ronald Cortez (“Poder”, “Kapital”, “Trabajo”).

Entremezcla un tipo de teatro fruto de la investigación con algunas opciones innovadora de gran sencillez y otras de bordes, incluso, convencionales.

Al mismo tiempo, toma como referencia al medio de comunicación de masas por excelencia (la televisión), para mostrar cómo su capacidad para construir imágenes de la realidad y de las personas -falsas o distorsionadas- es aplicable también a las relaciones de las personas, en la vida cotidiana.

En cierto equilibrio, como paradoja, están también la decisión de situar el duro drama que vive un afamado rostro de la TV, hace un año alejado de la pantalla, al interior de una escenografía construida sólo con frágiles cajas de cartón.

Porque esta propuesta se centra en si las imágenes que proyectan el televisor y las personas equivalen de verdad, a lo que cada uno es o sólo a lo que cada uno quiere representar.

Algunos recursos

La obra transcurre de manera simple y cotidiana, con un protagonista atribulado cuya conversación tensa e inquieta va mostrando el camino de su reflexión.

No está seguro si lo que logró profesionalmente tiene un real valor y si eso coincide con su verdadero ser, sentir y pensar.

En este recorrido se confrontará con amigos, productores, su propia familia y el eventual retorno a la pantalla chica.

Compañía Lúcila

Compañía Lúcila

Son diálogos despejados, sin elucubraciones crípticas que dibuja su entorno cotidiano, siempre empujado por el deseo de dejar de ser un “televisor” que proyecta una imagen y una forma de vivir que no le pertenece.

Es en este plano donde cobra importancia la materialidad que rodea a todos personajes de la obra.

Las cajas de cartón con que se construyó la escenografía aluden a precariedad y humildad, pero también otorgan un calor que arropa, nuevamente, en lo cotidiano, el conflicto personal y social.

El contraste que se produce le sugiere al espectador otras conexiones con la realidad, como las inequidades de la sociedad, si se considera que las cajas de cartón son desechos urbanos que dan sustento a las familias recolectoras.

En función de la teatralidad, los bloques de cajas de cartón son utilizados como cama, muebles e, incluso, dan vida al perro de la casa.

Respecto de la línea de actuación, el elenco utiliza la realidad como referencia, tal vez el aspecto menos desarrollado de la obra, en especial notorio en un par de personajes.

Sin embargo, cuando manipulan el mobiliario, desarmando parte de la escenografía, se produce otro interesante y equilibrado contraste en equilibrio.

Leopoldo Pulgar

Leopoldo Pulgar

Además, la materialidad y liviandad de los bloques se perciben simultáneamente, convirtiéndose en otra forma de aproximación a la obra que tiene el espectador.

Y si a esto se le suma el juego de la iluminación, las cajas de cartón disminuyen su apariencia uniforme y ayudan a delinear un montaje que revela un buen momento creativo de la compañía Lúcila.

Leopoldo Pulgar Ibarra
Periodista

Sala IF. Bilbao 465. F: 9 130 3330. Sábado, 21:00; Domingo, 20:00. $5.000 y $3.000. Hasta el 14 de Junio.

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Un ajustado equilibrio habita este montaje de la compañía Grupo de Operaciones Escénicas Lúcila, que dirige el actor antofagastino Ronald Cortez (“Poder”, “Kapital”, “Trabajo”).

Entremezcla un tipo de teatro fruto de la investigación con algunas opciones innovadora de gran sencillez y otras de bordes, incluso, convencionales.

Al mismo tiempo, toma como referencia al medio de comunicación de masas por excelencia (la televisión), para mostrar cómo su capacidad para construir imágenes de la realidad y de las personas -falsas o distorsionadas- es aplicable también a las relaciones de las personas, en la vida cotidiana.

En cierto equilibrio, como paradoja, están también la decisión de situar el duro drama que vive un afamado rostro de la TV, hace un año alejado de la pantalla, al interior de una escenografía construida sólo con frágiles cajas de cartón.

Porque esta propuesta se centra en si las imágenes que proyectan el televisor y las personas equivalen de verdad, a lo que cada uno es o sólo a lo que cada uno quiere representar.

Algunos recursos

La obra transcurre de manera simple y cotidiana, con un protagonista atribulado cuya conversación tensa e inquieta va mostrando el camino de su reflexión.

No está seguro si lo que logró profesionalmente tiene un real valor y si eso coincide con su verdadero ser, sentir y pensar.

En este recorrido se confrontará con amigos, productores, su propia familia y el eventual retorno a la pantalla chica.

Compañía Lúcila

Compañía Lúcila

Son diálogos despejados, sin elucubraciones crípticas que dibuja su entorno cotidiano, siempre empujado por el deseo de dejar de ser un “televisor” que proyecta una imagen y una forma de vivir que no le pertenece.

Es en este plano donde cobra importancia la materialidad que rodea a todos personajes de la obra.

Las cajas de cartón con que se construyó la escenografía aluden a precariedad y humildad, pero también otorgan un calor que arropa, nuevamente, en lo cotidiano, el conflicto personal y social.

El contraste que se produce le sugiere al espectador otras conexiones con la realidad, como las inequidades de la sociedad, si se considera que las cajas de cartón son desechos urbanos que dan sustento a las familias recolectoras.

En función de la teatralidad, los bloques de cajas de cartón son utilizados como cama, muebles e, incluso, dan vida al perro de la casa.

Respecto de la línea de actuación, el elenco utiliza la realidad como referencia, tal vez el aspecto menos desarrollado de la obra, en especial notorio en un par de personajes.

Sin embargo, cuando manipulan el mobiliario, desarmando parte de la escenografía, se produce otro interesante y equilibrado contraste en equilibrio.

Leopoldo Pulgar

Leopoldo Pulgar

Además, la materialidad y liviandad de los bloques se perciben simultáneamente, convirtiéndose en otra forma de aproximación a la obra que tiene el espectador.

Y si a esto se le suma el juego de la iluminación, las cajas de cartón disminuyen su apariencia uniforme y ayudan a delinear un montaje que revela un buen momento creativo de la compañía Lúcila.

Leopoldo Pulgar Ibarra
Periodista

Sala IF. Bilbao 465. F: 9 130 3330. Sábado, 21:00; Domingo, 20:00. $5.000 y $3.000. Hasta el 14 de Junio.