Los senadores Jacqueline van Rysselberghe (UDI) y Antonio Horvath (IND) gestionan con el Ministerio de Salud la realización de exámenes a los 10 casos más graves de trabajadores que dicen estar enfermos tras exponerse por varios meses al asbesto en la planta Bocamina 1.

Gonzalo Bulnes, un joven de 31 años, está internado en la UTI del Hospital Regional de Concepción. Su pronóstico es reservado y según su padre, el diagnóstico de enfermedad pulmonar difusa no arroja claridad sobre lo que padece.

Debido a la presión que ha ejercido un grupo de trabajadores, ya se les hizo exámenes a dos de ellos, que habían salido sanos en los exámenes de la mutual, pero que en el scanner del hospital regional fueron detectados con afecciones respitarias sin explicación.

Otros dos, que en la práctica no paran de toser, fueron llamados también a la aplicación de exámenes.

Omar González, vocero del grupo, dice comprender cuando no les creen la rapidez con que han dado cuenta de los síntomas de una enfermedad que toma hasta 15 años en manifestarse.

En todos los casos, la mutual de seguridad nada detectó a los trabajadores pesquisados, pero luego el mismo examen en el hospital regional sí arrojó patologías pulmonares difusas. El grupo espera que finalmente todos quienes estuvieron expuestos al asbesto puedan ser evaluados.