Cansada del mal comportamiento de su hijo de 10 años en la escuela, una madre estadounidense decidió tomar una drástica medida para terminar con la situación.

Chiquita Hill, una mujer de 33 años residente en Georgia, le pidió a funcionarios del departamento de policía de Columbia, que fingieran detener a su retoño, con el objetivo de darle una lección que recordara el resto de su vida.

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“Yo sólo quería asustarlo. No hacerle daño”, señaló Hill al diario norteamericano New York Daily News, añadiendo que su idea era que el niño entendiera que “hay consecuencias por sus acciones”.

Según dijo la mujer, el estudiante de quinto grado (símil de quinto básico) se había portado mal en la escuela, siendo “grosero e irrespetuoso” con sus compañeros y profesores.

Tras darse cuenta que no podía hacer entrar en razón a su hijo, Hill decidió llamar a la policía, quienes estuvieron dispuestos a ayudarla.

“Hablé con el operador, le dije lo que estaba pasando. Cuando están fuera de servicio vienen y hablan con los niños”, afirmó.

Sean, quien cumplirá 11 años este mes, en un principio no creía la amenaza de su madre, hasta que un oficial llegó a la casa.

En el lugar, los policías hablaron con el niño sobre su mal comportamiento. Sin embargo, al ver que aún no comprendía el impacto de sus acciones negativas, bajo el consentimiento de la madre los funcionarios esposaron al menor y lo subieron a la patrulla, donde lo mantuvieron detenido por alrededor de 5 minutos.

En las fotografías que la misma madre compartió en Facebook se ve que el niño llora desconsolado. “Todo pasó muy rápido. No tuvo tiempo de reaccionar… Estaba asustado”, dijo la madre a la cadena ABC News, añadiendo que al bajarse del vehículo policial el niño la abrazó y le dijo que nunca más se portaría mal.

Chiquita Hill | Facebook

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“Le dije que su comportamiento y sus acciones afectan a los que están a su alrededor”, comentó la mujer y aseguró que tras este episodio el niño ha cambiado “drásticamente” su actuar. La madre indicó que ahora el pequeño es respetuoso con sus compañeros y docentes. “Me he mantenido en contacto con su profesor y me ha estado dando informes”, dijo.

“Levanté a mi hijo de la mejor manera que conozco, para que pueda ser un miembro productivo de la sociedad. Quiero que se enderece antes de que crezca, porque no quiero que vaya a la cárcel (en el futuro)”, sentenció la mujer.

Por último, Hill manifestó su agradecimiento a los policías. “Le mostraron que hay otras consecuencias. Estoy muy agradecida”, señaló.

Chiquita Hill | Facebook

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Problemas de autoridad

Al respecto, la psicóloga juvenil de la Universidad del Desarrollo (UDD), María Inés Diez Escobar, indicó que en este caso “queda de manifiesto la necesidad de la madre de contar con un medio de apoyo externo a su autoridad, recurriendo a una figura masculina de autoridad, personificada por los policías”.

La especialista indica que esto lleva a preguntarnos “¿qué pasa con esta mamá que no ve otra salida para proteger a su hijo que llamar a la policía?”.

Por otro lado -indica la profesional- también cabe cuestionarse ¿qué podría explicar las conductas de este niño y su falta de acatamiento de las normas tanto de sus profesores como de la madre? y ¿qué lleva a que ésta tome una medida extrema de autoridad y castigo?

“Pareciera que las figuras de autoridad, representadas tanto por la madre como por sus profesores, se han visto sobrepasadas o no saben cómo relacionarse con el niño para lograr un adecuado comportamiento escolar y social”, señala la experta, añadiendo que esta historia evidencia la necesidad de “poner límites y contar con figuras de autoridad al interior de la familia y de la escuela, que apoyen y faciliten el proceso normativo en la infancia, en una acción complementaria, tendiente a promover la interiorización de las normas que guíen la conducta”.

“Este caso pone de manifiesto que existe un problema que se debe resolver, representado en las conductas del niño, y no causado por éstas”, complementa.

Para la psicóloga se trata de “una situación que está expresando una dificultad en el desarrollo de las relaciones sociales y adecuación a las normas, que puede ser producto de diversas causas -sociales, afectivas, biológicas u otras- que deben ser atendidas para lograr una adecuada resolución y facilitar un desarrollo saludable. Y por otro lado, expresa una dificultad de la familia y de la escuela para ejercer su rol de autoridad y de formadores, que también debería ser foco de atención”.

Por su parte, la psicóloga infantil Carolina Venegas, indicó a BioBioChile que en este caso “se está utilizando una estrategia conductual como es el castigo, que se enfoca en otorgar un estímulo aversivo (desagradable) frente a una conducta negativa para que ésta disminuya. Eso es lo que está haciendo esa mamá técnicamente”.

Ella indica que si bien la madre consiguió con ese estímulo que el niño mejorara su conducta, fue a costa de que el menor sintiera ansiedad, angustia y temor.

Además, señala que se presentó “este supuesto control ambiental” como “la consecuencia de su propia conducta”, pero “sin acompañarlo en sus frustaciones, sus dificultades conductuales, que la mayoría de las veces, son producto de los vínculos con las figuras de apego, y de cómo en los niños se van regulando”, de acuerdo a éstas.

Chiquita Hill | Facebook

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