Al menos 30 opositores a la designación de Juan Barros como obispo de Osorno interrumpieron una misa de confirmación que se realizaba en la parroquia El Buen Pastor de Ovejería, con pancartas y amplificadores, reiterando su demanda a que decline su nombramiento, bajo el lema “Dios es Amor, Barros es Temor y Dolor”.

El vocero del Movimiento Laico de Osorno, Mario Vargas, manifestó que seguirán a todas partes al obispo exigiendo su renuncia, convirtiéndose prácticamente en su sombra, ya que adoptaron el compromiso de no quedarse de brazos cruzados y aceptar que “un encubridor de atrocidades” llegue a la ciudad como guía espiritual.

Vargas señaló que el único día en que no se movilizarán será cuando Juan Barros renuncie al Obispado y ese día saldrán a las calles a recibir como corresponde a la nueva autoridad eclesiástica, con las puertas de la iglesia abiertas de par en par.

Por su parte, el párroco Vicente Gottschalk llamó al respeto mutuo tanto de los opositores como de quienes aceptan el nombramiento, dados los continuos enfrentamientos.

Respecto a si a su parecer los hechos acaecidos y las acusaciones en contra del obispo Juan Barros lo hacen merecedor de dar la bendición a jóvenes que ratifican su fe, el párroco se limitó a señalar que esa respuesta la mantendría en lo más profundo de su corazón.

Tras la ceremonia el obispo calificó como una pena que un grupo de disidentes interrumpan una ceremonia, donde jóvenes ratifican su fe, más aún si llegan con parlantes y micrófonos a interrumpir la misa.

Por lo anterior hizo un llamado a la unidad, más aún con todas las tragedias que han afectado a nuestro país en el último año, donde es deber de todos estar unidos y tener paz en el corazón.

Se debe consignar que el ambiente que se vivió en la parroquia fue más que tenso al momento de terminada la ceremonia, donde un importante grupo de feligreses exigió respeto e intentó evitar a toda costa que la prensa filmara o fotografiara el interior de la iglesia.

Además, el obispo fue retirado hasta una dependencia paralela, mientras se esperaba a que los manifestantes cedieran en su protesta.