Turquía celebró este viernes con gran pompa el centenario de la batalla de Galípoli, enviando un mensaje de reconciliación, con la sombra de otro aniversario, el del genocidio armenio, planeando sobre los festejos.

Rodeado de una veintena de dirigentes del mundo entero reunidos en las riberas del Estrecho de los Dardanelos, el jefe del Estado turco, Recep Tayyip Erdogan, honró la memoria de los soldados del Imperio Otomano y del cuerpo expedicionario franco-británico, caídos en este episodio sangriento de la Primera Guerra Mundial, y lanzó un mensaje de paz.

“Quiero repetir en nombre de todos, ante la memoria de centenares de miles de jóvenes que reposan en esta pequeña península, nuestra determinación a asegurar la paz y la prosperidad en el mundo”, dijo durante su discurso.

“Espero que Canakkale (Dardanelos) sirva como ejemplo al mundo entero (…) para transformar nuestra pena común en un instrumento de promoción de la fraternidad, el amor y la paz”, insistió, “un remedio contra el terrorismo, el racismo, la islamofobia y el odio”.

“Debemos honorar el heroísmo de los combatientes de Galípoli de ambos bandos”, declaró por su parte el príncipe Carlos de Inglaterra.

Sobre la ceremonia ha planeado, no obstante, la sombra del genocidio armenio, cuyo centenario se celebraba hoy en Ereván.

Jefes de Estado como el francés François Hollande o el ruso Vladimir Putin, han declinado la invitación de Ankara para asistir en la capital armenia al homenaje a los centenares de miles de personas fueron masacrados por el Imperio Otomano entre 1915 y 1917.

En los últimos días, los turcos criticaron duramente a todos los que, como el papa Francisco o el presidente alemán, Joachim Gauck, les reclamaban un reconocimiento expreso, tras un siglo de negaciones, del carácter planificado de esas matanzas.

Pese rechazar reconocer el genocidio armenio, Erdogan renovó este viernes sus “condolencias” a las víctimas armenias.

“Nuestros corazones están abiertos a los descendientes de los armenios otomanos del mundo” escribió el presidente de Turquía en un mensaje.

Hace un año, en abril de 2014, Erdogan, entonces primer ministro, había realizado un gesto inédito al presentar sus condolencias por las víctimas armenias de 1915, aunque negó que haya habido voluntad de exterminar.

Además este viernes, por primera vez, un ministro turco asistió en Estambul a una misa en honor de las víctimas armenias de 1915.

Fibra patriótica

Tras la gran ceremonia internacional y ecuménica del viernes, los antiguos beligerantes de 1915 comenzaron a homenajear a los muertos de la batalla de los Dardanelos en unos actos “nacionales” que durarán hasta el sábado.

Australia y Nueva Zelanda organizarán, por ejemplo, la famosa “ceremonia del alba” en la mañana del 25 de abril, a la hora precisa del desembarco de las primeras tropas aliadas en las playas turcas.

La batalla empezó en febrero de 1915 cuando una flotilla franco-británica intentó abrirse paso por el estrecho de los Dardanelos para conquistar Estambul, la capital del Imperio Otomano, aliado de Alemania.

Su fracaso obligó a los aliados a desembarcar en Galípoli, dando comienzo a una guerra de trincheras de nueve meses que causó más de 400.000 muertos o heridos en ambos bandos, y se saldó con una humillante retirada.

A pesar de la derrota, el heroísmo de los jóvenes soldados australianos y neozelandeses, que vivían su primer conflicto, contribuyó a formar la identidad nacional de ambos países.

“Su perseverancia, su entrega, su valentía y su compasión nos definieron como nación”, declaró el jefe de gobierno australiano Tony Abbott.

El Imperio otomano acabó la guerra en el bando de los perdedores y fue desmantelado. Pero la batalla de Galípoli se ha convertido en un símbolo de la resistencia que llevó al nacimiento de la moderna república turca en 1923.

A un mes de los comicios legislativos turcos del 7 de junio, la ceremonia del viernes sirvió para tocar la fibra patriótica nacional: “Pagamos un precio muy alto por la victoria de Galípoli. No hay que olvidar que debemos a ese espíritu y a esa perseverancia nuestra independencia actual”, afirmó Erdogan.